A las nueve muertes producidas por el incendio de una comisaría de Esteban Echeverría el pasado 15 de noviembre, se sumó ayer la víctima número diez. Se trata de Fernando Argüello, de 33 años, quien se encontraba internado en estado crítico en un hospital de Lanús.
La tragedia, conocida ahora como la masacre de Esteban Echeverría, se produjo a raíz de un incendio en modo de protesta en los calabozos de la Comisaría 3° de ese distrito del sur del conurbano. Según las denuncias de los sobrevivientes –en la seccional estaban hacinadas unas veintisiete personas–, cuando comenzaron las llamas los efectivos policiales cortaron el paso del agua y abandonaron a los internos a su suerte.
A casi un mes del hecho, la muerte de Argüello elevó el número de víctimas fatales a diez. Otros dos sobrevivientes continúan con tratamientos ambulatorios para tratar las lesiones producidas por el incendio. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM), que patrocina a las familias de las víctimas, denunció que las autoridades del gobierno provincial siguen sin pronunciarse públicamente por estos hechos.
“Esta masacre también fue producto del hacinamiento, las condiciones inhumanas de detención y la falta de elementos de seguridad: la comisaría no contaba con colchones ignífugos, sistema de prevención de incendios, plan de contingencia ni matafuegos adecuados para apagar el fuego. Los dos matafuegos existentes se encontraban vencidos y tenían colchones de gomaespuma, prohibidos por ser altamente inflamables y tóxicos”, expresó la CPM.
Al momento de la masacre, sobre la comisaría pesaban siete clausuras: seis por orden judicial y una por resolución del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, la Cartera que conduce Cristian Ritondo desobedeció esas órdenes.
Argüello había sido aprehendido por tenencia ilegal de estupefacientes para comercialización. Al igual que otras de las víctimas, se trataba de un delito con una baja expectativa de pena.
En tanto, por un pedido formulado por la CPM, la semana pasada la Auditoría de asuntos internos del Ministerio de Seguridad desafectó a los cinco policías que prestaban funciones en la comisaría la madrugada del 15 de noviembre.