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«No hay ningún país que haya bajado tasas de delitos bajando la edad de punibilidad»

Una vez más la baja de edad de imputabilidad está en la agenda del gobierno nacional. Según detallaron medios oficialistas, el Ministerio de Justicia ya tendría su proyecto redactado y buscaría aprobarlo en sesiones extraordinarias en febrero. La polémica iniciativa establece una baja de imputabilidad penal a los quince años y la creación de un régimen socioeducativo y terapéutico para “los menores que cometen delitos independientemente de la edad”.

Desde el espacio “No a la Baja” consideraron que esta iniciativa “constituye una medida que es ineficaz para solucionar la inseguridad, que incluso empeora la situación en vez de resolverla, que es inconstitucional porque es regresiva en términos de derechos humanos, y que culpabiliza a lxs adolescentes de los problemas que deben resolverse con la intervención del Estado social antes que penal”.

Contexto dialogó con Vanesa Salgado, especialista en problemáticas sociales infantojuveniles, miembro del Observatorio de Adolescentes y Jóvenes del Instituto Gino Germani e integrante de «No a la Baja».

¿Es eficaz la propuesta de bajar la edad de imputabilidad para resolver el problema del delito?
No. Como hemos dicho, argumentado, y hay un montón de cosas escritas al respecto, no resultaría una medida eficaz para combatir lo que dicen querer combatir con esto, que sería la inseguridad.

El panorama no cambió desde el verano 2017, donde se hicieron consultas desde el Ministerio de Derechos Humanos y el Ministerio de Seguridad. En esa oportunidad nosotros participamos desde varios ámbitos y explicamos todos los argumentos de “No a la Baja”, que fueron amplia mayoría. Lo curioso es que el gobierno, como otros sectores, no argumentan, no explican qué resolverían realmente. Lo hemos pedido taxativamente y no lo explican.

Esto está basado en una falacia, se monta una campaña electoral barata que es: “La gente quiere vivir segura, nosotros le vamos a vender seguridad”. Esto es mentira. Si realmente a quien le preocupe el delito como parte de su seguridad, en el caso de que vivir inseguro, sea que no te roben y que no lastimen en consecuencia, no se bajaría la tasa de ese tipo de inseguridad encerrando a los pibes cada vez más pibes, porque no son los pibes menores de dieciséis años los que cometen la mayoría de los delitos en Argentina: está demostrado por los propios números oficiales.

Esto no resiste ningún análisis estadístico, al contrario, la estadística tiende a bajar: el 3,5% de todos los delitos lo cometen los menores de dieciocho años, los demás, el 96,5%, los cometen los adultos. Y la cantidad de pibes que cometen delitos tiende a bajar, no a subir, con lo cual no hay explicación estadística lógica para hacer política criminal si realmente quieren combatir el delito.

En 2017, el presidente Mauricio Macri manifestó que en el gobierno tenían “estudios” al respecto y que la baja había funcionado en “experiencias” en el “mundo entero”. ¿Esto es así?
No. Nosotros les hemos pedido que presenten los estudios porque estudiamos la temática en legislaciones comparadas y no hay ningún país donde se hayan logrado bajar las tasas de delitos a partir de esas medidas. No lo hemos encontrado, por eso les hemos dicho que si tienen otras cosas las presenten. Pero incluso en los momentos de debate del tema no las presentan y no hay nada que sostenga ese discurso.

El borrador habla de instancias socioeducativas, cuando hoy estas existen y están fallando.
Si no fuera tan grave, uno se reiría. Están achicando el Sistema de Promoción y Protección de Derechos de la Niñez, esas son las instancias educativas que tendrían que existir. Ya está pensado, está escrito, hay una Ley (N° 13.298). Vulnerando la ley se están achicando todos los dispositivos que tienen que ver con la promoción y protección de derechos que son nada menos que esto: los dispositivos que hacen falta territorialmente para que los pibes puedan tener garantizado su derecho a la alimentación, a la educación, a la recreación y demás. Eso se esta achicando. Y se proponen medidas de esa naturaleza como paliativas dentro de dispositivos de castigo.

El sistema penal no nació para otorgarle derechos a nadie, quien espere, quien considere que hace falta que te toque el sistema penal como ciudadano, tengas la edad que tengas, para que te garanticen algún derecho, es una postura sumamente complicada: no conoce el sistema penal o nunca entró a una cárcel, o es de un nivel de perversión absoluta esa fantasía. El sistema penal ha nacido para castigar. Nació en el mundo moderno para limitar al Estado en el castigo, para que no haya horca y haya juicio. Eso es el sistema penal, organizar el castigo. Pensar que va a dar espacios de rehabilitación es falaz. No es cierto, no tiene esa lógica. Tiene que funcionar antes. A nosotros, cuando nos dicen «¿qué hacemos con un pibe de catorce que comete un delito?», lo que hacemos es cumplir con la Ley de Promoción y Protección de Derechos. El problema es que el Estado tiene mucho que hacer y no hace.

Hoy tenemos un alto grado de desigualdad y pobreza golpeando fuerte en la niñez, con un 62,5% de niños pobres según datos de la UCA. En este marco, desde el Gino Germani, ¿cómo evalúan la propuesta de un Estado punitivista, cuando se necesita de un rol social?
Eso es justamente el tema. Acá hay una decisión política que es poner dinero en políticas punitivas, en despliegue punitivo, desde la compra de pistolas taser hasta generar cárceles, dispositivos de encierro; en cualquiera de sus formas implica dinero. Hay una decisión política de poner recursos en ese tipo de despliegues y no en políticas sociales. Se cierran escuelas, se achican comedores, se achican los dispositivos de Niñez en la provincia de Buenos Aires en concreto, por ejemplo, y se decide poner recursos en las formas del castigo. Eso es una mirada de la sociedad que incluso excede a este gobierno, este gobierno la lleva adelante y es un exponente, pero es una mirada que es: organizar la sociedad a partir del castigo y la represión y no a partir de cuidar a la gente con políticas públicas sociales que garanticen derechos.

Claramente es una posición ideológica del tipo de sociedad que se está intentando construir en la Argentina. Porque incluso a quienes no les interesan los derechos de aquel que comete delitos, igual no le van a resolver su problema chiquito de que no le roben su auto y su casa metiendo a la gente presa. A la gente de ninguna edad, porque no se combate así el delito, porque el delito contra la propiedad privada tiene una explicación en la desigualdad. Si vos no resolvés los problemas estructurales de desigualdad, no vas a resolver el problema del delito; generá todas las cárceles que quieras, salí a matar gente por la calle (como ya hacen), que de todas maneras tu problema chiquito de vivir tranquilo (si sólo te importara eso, si no te conmueven esos pibes que no comen en este país) igual no te van a resolver tu problema chiquito. Es mentira. Es falaz por donde lo mires.

En realidad es un tipo de sociedad: es una sociedad para pocos, y para construir una sociedad para pocos tenés que reprimir a los muchos.

¿Qué rol cumplen los medios en la construcción de esta sociedad y de estos castigos?
En general hay un caso y a partir de eso se genera la embestida. Esta vez ni siquiera hay un caso y se organiza la embestida igual. Los medios tienen mucho que ver, porque hay una construcción de esto, una construcción falaz, barata, de que la gente exige seguridad y así juntan la seguridad que la gente exige a las medidas punitivas.

Hay que discutir qué es vivir seguro y los medios no hacen eso. Algunos porque juegan el mismo juego en complicidad de este tipo de construcción de sociedad de la que estamos hablando, que nosotros no queremos. Y otros porque termina siendo más fácil subirse a un discurso berreta sin investigar, sin información propia, de creer realmente que hay una forma de combatir el delito que es a través de medidas de este tipo.

Entonces, los medios terminan siendo cómplices de esta situación, por lo menos los hegemónicos, porque también tiene que ver con el tipo de sociedad que ellos (como empresas) necesitan para crecer, es una postura ideológica, no es inocuo. Los medios no se suman a cualquier discurso, se suman a los que sirven para esa sociedad gobernada a través de los mecanismos de castigo.

¿Te parece que este discurso será reflotado nuevamente en un año electoral?
Es una bandera electoral bien fácil de usar sobre presupuestos falaces. Es fácil usarla porque se monta en este pánico moral de la seguridad. El problema de los argentinos es que vivimos inseguros y esa seguridad va a estar dada de la mano de la militarización de los espacios públicos. Todo eso es un argumento falaz pero eso prende mucho en la construcción de la opinión pública. La gente tiene miedo y el miedo manda. ¿Qué genera el miedo? ¿Cómo se genera el miedo en la gente? Diciéndole que el problema que tienen es que se levantan a la mañana y no saben si van a volver a la noche porque alguien los va a matar. Y estadísticamente les pueden pasar muchas otras cosas más probablemente que alguien los robe, sin embargo se habla del robo. Si a vos te dicen que tu vida depende de que encarcelen gente, claro que vas a salir a aplaudir que encarcelen gente. Es lógico.