Mi nombre es Juan. Estoy en la Unidad 9, en la Ciudad de La Plata. Soy estudiante de la carrera de Periodismo y Comunicación Social. En la cátedra de Análisis de la Información nos dieron la posibilidad de escribir sobre lo que quisiéramos. Y ¡hay mucho para contar! En este contexto todo es nuevo, hasta para mí que ya llevo casi nueve años de mi vida acá. Hoy puedo decir que mi cambio es sincero, la razón me convence y tengo muy claro que no existe justificación para el mal acto que cometí. Pero el pasado queda atrás y hoy voy a contar el estímulo que una persona puede representar para nosotros. Se trata de José Luis, conocido como “El Chango”, el primer compañero recibido en contexto de encierro.
José Luis es un luchador. Una persona respetuosa, con educación y ética. Muchas veces tuvo que esperar para salir a dar materias. Lo veíamos bañado, cambiado, con su mochila al hombro en la leonera, con la certeza de que lo que ya había estudiado se lo podía transmitir al profesor. Lo veíamos soñar con que le digan “estás aprobado”.
La primera materia que dio fue Derecho a la Comunicación. El Chango estaba muy contento. Y todos supimos que había aprobado por el cambio automático de su semblante. Él corrió a contárselo a todo el mundo y también se lo dijo a sus afectos, por teléfono. Ese momentito fue muy importante y creo que para ustedes, los que están del otro lado y leen estas palabras, también lo es.
En el Centro de Estudiantes Santo Tomás de Aquino hay registro de 280 estudiantes de diferentes carreras. El Centro tiene una biblioteca. Y allí está Chango, que coordina y ayuda a cualquier compañero que lo necesite. Como siempre.