En el marco de una tercera reunión en el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, los trabajadores aceiteros de COFCO (ex Nidera) despedidos se manifestaron y exigieron que la cartera conducida por Marcelo Villegas interceda para lograr su reincorporación.
El 4 de enero, la firma alimenticia china decidió cerrar su planta en Valentín Alsina, Lanús, con el consecuente cesanteo de sus 195 trabajadores, que están luchando hoy por sus puestos y apuntan directamente al Ministerio provincial por la falta de respuestas concretas.
Cabe destacar que, si bien las autoridades provinciales dictaron la conciliación obligatoria (extendida en esta nueva reunión por diez días), la misma no obligó a la empresa a reubicar al personal en sus puestos ni se avanzó con la apertura del Procedimiento Preventivo de Crisis, cuya finalidad es hacer que las partes tengan un diálogo antes de consumar cierres de establecimientos y despidos masivos.
“La conciliación obligatoria fue acorde a la patronal y a la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, la cual acató la empresa pero los trabajadores seguimos fuera de la fábrica cuando entendemos que la conciliación tiene que ser con los compañeros dentro. Tomamos esto como una medida arbitraria, a favor de la patronal, que nos deja a nosotros en medio de la nada”, dijo en diálogo con Contexto, Fabián Cáceres, delegado de la planta por la Federación de Trabajadores Aceiteros y Desmotadores de Algodón, desde las puertas del Ministerio.
Cáceres: «la conciliación tiene que ser con los compañeros dentro. Tomamos esto como una medida arbitraria, a favor de la patronal, que nos deja a nosotros en medio de la nada”.
COFCO es una firma del Estado chino junto a capitales privados de ese país de alto alcance a nivel mundial y también local, compitiendo directamente con la estadounidense Cargill. Hace tres años se hizo con la planta de Valentín Alsina, que pertenecía a la holandesa Nidera. En su justificación para cerrar, la empresa adujo en un comunicado del 7 de enero atravesar una “crisis” producto de “una importante baja en la demanda a nivel local, condiciones desfavorables del mercado y una creciente capacidad ociosa de la industria”, y el 4 de enero avanzó con los cesanteos.
Sin embargo, por la magnitud de la empresa y con el normal funcionamiento de la planta, los trabajadores apuntan que la firma “no tiene problemas económicos”, sino que, dejando de lado la elaboración de aceites y los puestos de casi doscientos empleados, se enfocará en la comercialización de materias primas.
El viernes pasado, los representantes sindicales fueron atendidos por el secretario de Trabajo Lucas Fernández Aparicio, el segundo del ministro Dante Sica. Si bien pudieron plantearle la gravedad de la situación y desde este organismo se comprometieron a interceder en el conflicto, los trabajadores aguardan novedades sobre su reincorporación.
Mientras tanto, la cartera provincial extendió la conciliación obligatoria para diez días habiles y convocó a una nueva reunión el 14 de febrero. “Nosotros seguimos en la lucha, al costado de la Ribera, y vamos a ir hasta las últimas consecuencias. No reclamamos indemnización, sino nuestra fuente de trabajo”, concluyó Cáceres.