“No al cierre de calle 2. No al bajo nivel de 1 y 32”, reza un cartel gigante con letras rojas en la ferretería La Hormiga. El cartel, casi como una señal de tránsito, sorprende a los automovilistas que optaron por tomar calle 2 camino a La Plata. Hernán es comerciante de la zona y es también uno de los tantos vecinos que se oponen a la obra que comenzará este año y dejará atrás uno de los deseos históricos de los habitantes de la zona.
El paso a nivel de 1 y 32 es una iniciativa del Ministerio de Transporte de la Nación, como parte de las obras de electrificación de la Línea Roca, y tendrá como objetivo eliminar las barreras que hoy regulan el paso de los automóviles, permitiendo una mayor frecuencia ferroviaria en el tramo Constitución-La Plata, al tiempo que se plantea una mayor fluidez en el ingreso de autos a la ciudad. Sin embargo, la inminente obra tiene sus rechazos entre los vecinos, que aún siguen pujando por el soterramiento del tren.
“Trae más perjuicios que beneficios. Es una obra pensada en Buenos Aires, para ir y venir de allá. No pensaron en todos los vecinos que vivimos al otro lado de la obra”
“Trae más perjuicios que beneficios. Es una obra pensada en Buenos Aires, para ir y venir de allá. No pensaron en todos los vecinos que vivimos al otro lado de la obra”, consideró Hernán desde su ferretería ubicada en 2 y 32, en el límite entre Barrio Norte y Tolosa.
La rambla de 32 es uno de los puntos que se verán más afectados por la obra, que se cobrará entre 1 y 4, al menos en su construcción, el espacio verde utilizado por cientos de vecinos para hacer ejercicios, así como alrededor de noventa árboles, según cuantificaron los frentistas.
Del otro lado de la rambla está Tolosa. Fundada en 1871, es para muchos la cuna platense, pues la ciudad nació en 1882. Al año siguiente, la Estación Tolosa comenzó a tomar forma ante la inminente llegada del tren que vino a conectar Buenos Aires con la nueva capital bonaerense. Así, a la vera de calle 1 se forjaron las vías y Tolosa quedó partida en dos: al este de las vías quedaron cerca de cincuenta manzanas, mientras que el grueso de los habitantes quedó del otro lado, una división que aún pesa en una localidad que siempre buscó unificarse.
Los tolosanos, nucleados en la Comisión de vecinos por tren subterráneo, afirman que esto empeorará con el paso bajo nivel, quedando casi cerrados cual gueto y complicando las actividades cotidianas del barrio, transformándolo por completo.
Según advierten los vecinos, el cierre de la calle y de los cruces pondrá en riesgo no sólo a los comerciantes y sus empleados, sino que también complicará las tareas cotidianas de los tolosanos a la hora de realizar sus compras.
Con un gran afluente vehicular camino a La Plata, calle 2, de 528 a 32, con la plaza central y con más de noventa comercios y servicios, es hoy una de las arterias principales de la zona este de Tolosa, y será la calle más afectada por esta obra. Según advierten los vecinos, el cierre de la calle y de los cruces pondrá en riesgo no sólo a los comerciantes y sus empleados, sino que también complicará las tareas cotidianas de los tolosanos a la hora de realizar sus compras.
En esta calle, uno de los comercios principales es El Principito. Atendida por sus dueñas, “nacidas y criadas en Tolosa”, la librería ve un complejo futuro cuando se cierre la calle. “Para consumir algo del otro lado, tanto el que viene como el que va, va a tener que recorrer como veinte cuadras”, destacó María José, una de las dueñas del lugar. “Siempre acá hubo un lado de la vía y del otro. Siempre se luchó para que se abra”, agregó.
“No sólo nos afecta como comerciantes, sino también como vecinas. Fuentes de trabajo va a quitar, pero también va a quitar la libertad de andar. Una de las cosas que más se quiere de Tolosa, hace años luz, es que sea una, no dos. Con esto, aparte de ser dos, Tolosa se va a ir para abajo”, explicó en tanto Mirta.
En este marco, los vecinos exigen que se dé marcha atrás con la decisión del paso bajo nivel y se escuche el anhelo histórico de los tolosanos y de miles de platenses de Zona Norte: el soterramiento del tren desde la estación de Tolosa hasta La Plata. De esta forma, no sólo se eliminarían las barreras, con las consecuentes mejoras del tránsito y del transporte ferroviario, sino que se apostaría a la integración urbana, como pretenden los frentistas, avalados con proyectos realizados por especialistas.
“La idea es que el tren esté bajo nivel, así libera la calle 1 para que la gente pueda transitar, tanto el vehículo como el peatón, de una forma más libre; que haya más comunicación entre este lado y el otro, que siempre ha quedado separado por las vías”, explicó Silvia, farmacéutica de calle 2 e/ 32 y 33 que rechaza la idea del paso bajo nivel.
“A mí me va a afectar mucho. Trabajamos con afiliados que quedan del otro lado, y los que están por ejemplo en 115 o 116 van a tener que ir caminando hasta 117, ir hasta 3 o 4, y volver caminando hasta calle 2”.
“A mí me va a afectar mucho. Trabajamos con afiliados que quedan del otro lado, y los que están por ejemplo en 115 o 116 van a tener que ir caminando hasta 117, ir hasta 3 o 4, y volver caminando hasta calle 2. La gente antes cruzaba directo. Ahora va a tener que caminar tres cuadras para un lado, tres cuadras para el otro, a la vez descender; esto divide más y saca el dinamismo que hoy en día tiene que tener una ciudad.”
“Desde el Municipio no nos dicen nada. Tratamos de dialogar, presentamos argumentos por lo que nos parece que está mal la obra, hay escritos, hay petitorios, pero no nos dan bolilla”
Si bien los vecinos insisten en el soterramiento, la Municipalidad de La Plata apoya la iniciativa impulsada por Transporte. “Desde el Municipio no nos dicen nada. Tratamos de dialogar, presentamos argumentos por lo que nos parece que está mal la obra, hay escritos, hay petitorios, pero no nos dan bolilla”, relató Hernán. “Están cegados con una obra que para nosotros está mal”, concluyó.
Desde el Municipio de Julio Garro tampoco se «da bolilla» a las normativas. Cabe destacar que para desarrollar tamaña obra en la ciudad de La Plata se debe pasar primero por el Concejo Deliberante. Sin embargo, nunca llegó al recinto local para su tratamiento a pesar de que la Ley Orgánica de las Municipales lo demande.