Hace poco menos de un año, tras la separación de Thes Siniestros, el guitarrista Martín Remiro se propuso como meta buscar la fórmula de la canción perfecta. «Si supieras las cosas que escuché para componer las canciones de Peruano», dice. «Estudié canciones que van desde el año veinte hasta la actualidad, del género y estilo que se te ocurra, y descubrí cosas increíbles».
Para elaborar los resultados, Remiro se asoció a su ex compañero de banda, el baterista Flavio Dettbarn, con quien fueron reclutando músicos de diversas procedencias: el guitarrista y tecladista Santiago Monroy -también integrante de Muerte Al Tío Cosa-, Juan Ignacio Abraham -ex bajista de Canto el Cuerpo Eléctrico– y Martín Moyano, cantante y letrista de impronta garage-punk ahora resituado en la canción.
Asistidos por el aplomo del oficio y la urgencia del exorcismo, el siguiente paso fue la grabación del disco: “La idea no era salir a tocar, ver que pasaba y después grabar”, explica Remiro. “El disco ya está porque la idea era salir con la mayor cantidad de cosas de resueltas”. Para el registro, que estiman estará listo en un mes, convocaron como productor a Fernando Taverna (Las Pelotas, Lisandro Aristimuño, Diego Frenkel). «Entre otras cosas, nos interesaba trabajar con alguien que no fuera de La Plata», cuenta Remiro. «Hay claramente un sonido platense, elaborado con mucho talento, pero nosotros queríamos evitarlo, queríamos que fuera una mirada externa, de la banda y de la ciudad».
¿Dónde se sitúa Peruano para hacer música?
A mí siempre me llamó la atención que el que quiere hacer música flashera hace música rara, pero rara en la estructura: ocho millones de partes, un coro acá, otro allá. La idea, el desafío, era mantener la forma de la canción y que lo flashero sea el contenido. Esa es mi meta, mi pregunta. No quería nada friki en estructura, quería que lo friki fuera el contenido. Eso en cuanto a lo musical, en cuanto a lo humano la clave de esta banda es delegar, ceder y confiar en el otro.
A diferencia de tu proyecto anterior, en este sos el principal compositor, ¿cómo fue el paso al frente?
Las primeras dos canciones las hice con la criolla y me di cuenta de que tenía un montón de vicios del compositor guitarrista. Cuando componés en guitarra la composición ya es el arreglo, y yo necesitaba encontrarle la vuelta para tener una idea más global de la canción. Hay algo que siempre admiré de Juan [Irio, cantante de Thes Siniestros], y es el procedimiento del compositor bajista, que tiene una mirada más amplia porque su instrumento es más complementario. Con ese recurso en mente me puse a componer con el teclado, y funcionó, porque llevaba los temas al estudio, los mostraba en el teclado pero después el teclado no estaba en las canciones, asi que cada uno tenía que resolver desde su puesto.
¿Por qué el formato canción?
Es algo que no abunda tanto en la ciudad de La Plata. Hay muchas bandas pero no hay tantas cancioneras. Las bandas cancioneras son de otro palo, tienen que ver con el rock and roll o con el blues o con la cumbia.
¿Qué quieren transmitir?
Es una banda en la que tenés que estar contento para tocar, si estás deprimido vas a tocar indie. Esta banda necesita que estemos conectados. Eso es clave, que nos atraviese la misma energía. No se cual sería la palabra correcta, pero nos interesa comunicar