Las localidades de Barker y Villa Cacique, en el distrito bonaerense de Benito Juárez, entraron en alerta ante el despido de cien operarios de la planta local de la cementera Loma Negra, y ahora temen por el posible desmantelamiento de la fábrica. A fines de marzo, el pueblo entero salió a las calles cuando empezaron a avanzar los retiros voluntarios, hecho que observaron como el inicio del cierre de la planta. Ahora, esa advertencia está más cerca de ser realidad.
“La decisión se toma en un contexto en el cual la compañía tiene sobrecapacidad, sumado a los altos costos de producción y a los costos logísticos que insume el funcionamiento de esa fábrica”, argumentó la empresa cementera, al sostener que las cesantías responden a la falta de rentabilidad económica.
Lo cierto es que, sobre un total de casi 350 trabajadores, el centenar de cesantías pone en un serio riesgo la continuidad de las actividades, que ahora debieron reducirse a un solo turno. Mientras tanto, en la población local crece la incertidumbre sobre cómo afectará la crisis de Loma Negra a la vida productiva de la región, que ya experimentó en 2001 quedar al borde de convertirse en un “pueblo fantasma” ante la pérdida masiva de puestos de trabajo.
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En tanto, al mismo tiempo que se iniciaron los retiros voluntarios, Mauricio Macri anunció con entusiasmo la instalación de otra sede de la cementera en la ciudad de Olavarría, lugar que, según advierten, podría barrer con la producción de Barker. Acorde a lo indicado por los trabajadores, Olavarría podría “producir tres veces lo que produce Barker, con un aproximado del 20% de la gente que trabaja en esa planta”.
“Si las 350 personas que trabajamos acá dejamos de estar, los quioscos del pueblo no funcionan, los almacenes no funcionan, los comercios no funcionan. Esto ya pasó en 2001, mucha gente se tuvo que trasladar. En 2006 se pudo reactivar, pero llegó a ser un pueblo fantasma”, expresó en su momento Juan Manuel, uno de los cientos de empleados de la cementera, en diálogo con Contexto durante la jornada de protesta que tuvo lugar a fines de marzo.
Cabe recordar que Loma Negra, propiedad del grupo brasileño Camargo Correa, emplea a 3.000 operarios en todas sus fábricas. El achique en la planta de Benito Juárez se produce en la misma semana en que Arcor decidió cerrar su planta de La Campagnola en Mendoza. Desde la Asociación Obrera Minera Argentina (AOMA) no descartan llevar adelante una nueva medida de fuerza.