Si un corazón solitario no es un corazón, tal como decía el mismo poeta que la huella hace al camino, ¿una ciudad vacía es realmente una ciudad? Pues bien: puede que a la ciudad y sus espacios los hagan aquellos que los habitan y también sus huellas. Esas que quedan impresas inclusive cuando la rutina o –mucho peor– el abandono los deja como desnudos y a la vez tan poblados de sentido.
En esa ausencia, casi como un eco o un contraplano, se oye y se cuenta tanto o más de lo que esos territorios representan. Y mucho más cuando se trata de edificios o lugares públicos, como un ministerio o el Anfiteatro del Bosque. Algo de todo esto, con el rigor de la investigación y la potencia de la imagen, interpela (Des)habitados.
Se trata de un fotolibro –en una edición especial de Bardo– donde el colectivo La Mezcla propone “mirar detenidamente aquello que vemos (sin ver) de manera cotidiana», ya que «sólo así emergen las formas del espacio construido, las texturas cambiantes de las superficies, las materialidades combinadas, las marcas de uso del espacio, devolviéndonos una imagen inquietante de aquellos espacios que muchas veces habitamos y transitamos de una manera distraída y condescendiente”.
Hoy a las 18 hs, La Mezcla dialogará junto al colectivo SADO sobre los caminos que hicieron posible este libro en el cierre de una muestra de Bardo en Nova (Calle 54 N° 686 e/ 8 y 9)
(Des)habitados, una mirada sobre el espacio público fue seleccionado como finalista en el concurso latinoamericano FELIFA-Futura 2016 y por el CdF en Ediciones 2018. Cecilia Basterrechea (quien junto a Emilia Celoria, Matías Ezcurra, Gabriel Gómez y Ramiro Galeliano conforman La Mezcla) refuerza de modo introductorio: “La temática que abarca son los espacios públicos y la idea fue pensarlo desde la ausencia. En esa tensión en la imagen proponer cuál es su fin, qué nos permite apropiarnos… y defenderlo en estos tiempos”. Y extiende: “En 2015 había una idea sobre el espacio público que estaba lejos de lo que predomina en este momento. En ese momento podíamos pensar la ausencia de la gente y el abandono. Hoy las imágenes del abandono cobran mucha fuerza”.
«El proceso tomó dos o tres años porque empezó como una serie fotográfica y termino en un fotolibro, intervenciones en los espacios. Tuvo otro carácter. Es una propuesta colectiva, en un seminario de formación en Nova que es una escuela cooperativa. A partir de esa propuesta colectiva nos conformamos y seguimos de la misma manera. Empezamos a ver la serie y la mirada parece objetivar el espacio. En ese sentido, la forma de mostrar era un fotolibro y jugar con el objeto, una forma de reforzar el sentido”, agrega.
«En principio pensamos en la identidad de La Plata. El primer recorte fue el espacio público más ligado a la Administración y al gobierno”, aclara y explaya: “La estética se fue recortando. Se fue dando en un proceso. Lo que pensamos fue en esos lugares tan amplios y las repeticiones de cosas en la Administración Pública. Empezamos sacando fotos con la gente, con los materiales, con los detalles, con la cantidad de papeles, gente transitando. Hicimos ese primer registro pero después empezamos ver a partir de la ausencia”. Y define: “La ausencia de todo eso refuerza el sentido de lo público, la gente y el uso”.
Basterrechea afirma el sentido político de la fotografía y a la vez lo bueno de la divergencia dentro del grupo. Por eso remarca que el proceso “tenía que ser colectivo. De hecho se hizo de manera autogestionada. Tratamos de aprovecharlo, de aprender, consultar con otros, conectarnos con diseñadores que nos ayudaran en eso”.
Para adquirir el fotolibro, los interesados pueden escribir a Si! comunicándose con @lamezclacolectivofotografico, @bardofotolibros o @novaescueladefotografia.