Tras la denuncia del diputado nacional Pablo Yedlin a la Secretaría de Salud por la falta de vacunas desde 2016, la Fundación Soberanía Sanitaria constató que existen «faltantes o entregas irregulares de vacunas clave para prevenir enfermedades ya eliminadas de nuestro país como la poliomielitis o la difteria, y de otras controladas como el sarampión o la rubeola».
La Secretaría de Salud de la Nación, que encabeza Adolfo Rubinstein, había respondido a un pedido de información pública de diputados nacionales donde reconoció que hubo desde 2016 un recorte en la compra de vacunas necesarias para inmunizar a la población. El diputado –autor de la Ley 27.491 que considera la vacunación como «bien social»– advirtió casos «alarmantes» como «los de la vacuna para la Hepatitis A, para la cual en 2016 se adquirieron 880.000 dosis, y en 2018 sólo 401.000, y la de la vacuna para la Hepatitis B, que pasó de 715.939 en 2016 a 300.000 en 2018».
«También ha DISMINUIDO la cantidad de dosis adquiridas por el área. En 2014 se compraron un total de 40.800.000 dosis, número que no volvió a alcanzarse entre 2016 y 2018»
En este marco, desde Soberanía Sanitaria elaboraron un informe en base a datos disponibles producidos por la Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles y otros recabados de cinco municipios bonaerenses. Allí contextualizan que «desde 2016 se han desarrollado una serie de medidas enmarcadas en una política de desfinanciamiento de la salud pública en general y de la política de inmunizaciones en particular que deja a la población más vulnerable ante posibles enfermedades».
El impacto del plan de vacunación «es categórico y definitivo» porque implica que ciertas enfermedades no requieran más internaciones o cirugías. «Tras la incorporación de la vacuna contra la Hepatitis A en 2005, en 2008 se dejaron de hacer trasplantes de hígado por dicha enfermedad. Esta política pública permitió además evitar más de 12.800 internaciones por año a causa de neumonía bacteriana en niños menores de 5 años», sostienen en el informe.
«Las vacunas no son un tipo de intervención individual. Solo sirven si cubren una tasa de inmunización alta. Es el efecto rebaño: si más del 90% de la población está inmunizada, no hay terreno para que circule la enfermedad contagiosa», dijo a Contexto Nicolás Kreplak, médico sanitarista, ex Viceministro de Salud de la Nación y titular de Soberanía Sanitaria. «Cuando tenemos tasas de cobertura que caen por debajo del 90% porque el Estado compra menos que la población objetivo, así no va a evitar la circulación de enfermedades», completó.
Entre las vacunas faltantes que integran el Calendario Nacional de Vacunación, que desde la Secretaría de Salud de la Nación distribuyeron en menor cantidad con respecto a 2018, se encuentran la Triple Bacteriana Acelular, destinada a embarazadas y clave para disminuir la mortalidad en bebés menores de dos meses por tos convulsa. La única provincia que recibió las dosis que necesitaba fue La Pampa. A su vez, en el caso de la vacuna contra el meningococo, los datos son aún peores: todas las provincias recibieron menos del 70% de las dosis requeridas.
«También ha disminuido la cantidad de dosis adquiridas por el área. En 2014 se compraron un total de 40.800.000 dosis, número que no volvió a alcanzarse entre 2016 y 2018», enfatizaron desde la fundación sanitaria.
Kreplak se refirió asimismo a las consecuencias por la falta de vacunas indispensables. «Vuelven a circular las bacterias que generan las enfermedades, y vuelve a haber decenas de miles de internaciones y avance de la mortalidad en enfermedades que eran controladas. Es un retroceso en lo que habíamos avanzado», añadió.
Los casos en la provincia
El informe relevó información de los municipios de La Matanza, Avellaneda, José C. Paz, Mercedes y otro del conurbano que solicitó no ser mencionado. De ese estudio comprobaron que, del total de vacunas incluidas en el Calendario Nacional de Vacunación, sólo en tres casos se recibió el 100% de las dosis requeridas. Son la vacuna contra la difteria y el tétanos (Doble Bacteriana), la vacuna contra la difteria, tos convulsa y tétanos (Triple Bacteriana) y la vacuna pediátrica contra gripe. «Para el resto de las vacunas, las dosis enviadas por el (ex) Ministerio de Salud de la Nación estuvo muy por debajo de los requerimientos de la provincia».
En los cinco municipios hubo falta de alguna vacuna obligatoria. En detalle, explicaron que «de los 5 distritos relevados, en 4 hay faltantes de la vacuna antimeningocócica en los efectores de salud». Y continuaron: «Dos recibieron la mitad o menos de las dosis requeridas. Tres de los distritos relevados manifestaron tener faltantes de esa vacuna. También son tres los municipios que registran faltantes de la vacuna contra el HPV. Finalmente, la vacuna triple bacteriana acelular también está en falta en algunos de los distritos relevados».
«si más del 90% de la población está inmunizada, no hay terreno para que circule la enfermedad contagiosa»
«Un municipio del conurbano bonaerense ha recibido solo el 20% de las dosis requeridas por año de la vacuna antimeningocóccica, 24% de la BCG y 26% de la quíntuple. En el caso de los materiales descartables para aplicar las vacunas la situación es aún más crítica donde, por ejemplo, se entregó solo el 5% de las agujas intramusculares 22G que se requieren», añadieron.
«Estos faltantes redundan en la disminución de la coberturas de vacunación. Es decir, en menos chicas y chicos bonaerenses vacunados y protegidos contra enfermedades. Las vacunas contra la hepatitis B, la poliomielitis (OPV), contra la difteria, tos ferina, tétanos, hepatitis B y Haemophilus influenzae tipo b (quíntuple), hepatitis A y contra el neumococo (Neumo 13) han bajado su cobertura en 2017 respecto a 2015», concluyó el informe.