Por Pablo Pellegrino
El periodista de Clarín, Daniel Santoro, se presentó en el juzgado de Dolores para prestar declaración indagatoria en el marco de la causa que investiga la megarred de espionaje ilegal con fuertes vínculos con funcionarios políticos, judiciales y periodísticos. Desde antes del mediodía y hasta pasadas las 16 hs, respondió preguntas del juez Alejo Ramos Padilla y el fiscal Juan Pablo Curi, que decidirán si las pruebas reunidas hasta el momento y el relato que efectuó son suficientes o no para procesarlo.
Según relató él mismo a la salida del tribunal, recibió «un trato respetuoso de parte del juez y el fiscal», y consideró que «no hay nada para procesarme y espero una decisión ajustada a derecho».
«Solamente hice comentarios sobre Marcelo D’Alessio en la medida en que [el falso abogado] usó mi nombre sin mi conocimiento y sin mi autorización para extorsionar personas en actividades que yo desconocía completamente», explicó el periodista.
Sobre el vínculo cercano que mantenía con el falso abogado, que en enero de este año fue denunciado por el empresario agropecuario Pedro Etchebest por una extorsión en curso, dijo que son indicios que «no constituyen ninguna actitud de parte mía participando de operaciones de inteligencia o integrando una banda dedicada a la inteligencia paraestatal».
Esta es una semana con una agenda particularmente cargada en Dolores: además de Santoro, está citado para declarar el jueves el fiscal Carlos Stornelli, declarado en rebeldía hace más de tres meses, y el exespía Jaime Stiuso, que expondrá en condición de testigo.
En la previa a la declaración de Santoro, que estaba pautada para el mes pasado pero pidió retrasarla hasta este miércoles por la ausencia de uno de sus abogados, hubo una fuerte campaña en los medios de prensa oficialistas en contra del expediente que se tramita en Dolores, por el supuesto atentado a la libertad de expresión que supone la indagatoria. En esa línea, una solicitada publicada en el diario donde trabaja el periodista y otros periódicos de Capital Federal condenaba el supuesto «intento deliberado de criminalizar la labor de informar a la sociedad sobre temas de interés público» y solicitaba el «respeto del secreto profesional y la reserva de las fuentes».
A pesar de la advertencia de los firmantes, el propio Santoro aclaró que el juez no le pidió revelar ninguna fuente y solo se limitó a hablar de su vínculo con D’Alessio.
Desmentido por su colega
Otro episodio curioso ocurrió durante su diálogo con la prensa en las inmediaciones del juzgado de Dolores, cuando contó las circunstancias en las que conoció al falso abogado. «Yo lo conocí a D’Alessio en noviembre de 2016», respondió Santoro, y contó que fue por intermedio de una colega suya, la periodista Virginia Messi. Sin embargo, la aludida publicó unos minutos después una desmentida en las redes sociales. «No aclares porque oscurece, Daniel», comienza el texto que publicó en Facebook, en el que sostiene «no conozco a Marcelo D Alessio. Creo que nunca hable en mi vida con él. No está en mi agenda. No es mi fuente. No viene a mis cumpleaños».
«Tal como explico muy bien hoy Daniel Santoro hace una pila me llamó Rodrigo González (abogado de consulta, tipo inteligente y simpático con el que aún tengo contacto) para pedirme un teléfono de Satoro por el tema efedrina. Le consulte a Santoro, le pase el mail a Rodrigo y me olvide», continúa el descargo de Messi. Y concluye: «En el verano cuando Santoro deslizó que UN periodista de policiales del diario le había presentado a D Alessio tuve la sensación de ue ue hablaba de mi, que no decía toda la verdad y me ocultaba detrás del masculino UN. Se lo pregunté a él y a Rodrigo:¿che, fui yo?».
La respuesta de Santoro fue que se quedara tranquila porque no había aportado su nombre. Sin embargo, la respuesta del abogado González fue otra: «Santoro no conoció a Dalessio por mi contacto sino, más tarde, por el fiscal Bidone», afirmó Messi. Cabe recordar que el exfiscal Juan Bidone está procesado en la causa de Dolores en la que confesó haber colaborado con la banda.
Uno de los casos más resonantes en los que está implicado Santoro es el de la denominada «Operación Fantino». Ese era el título que llevaba una de las carpetas halladas durante el allanamiento a la casa de Marcelo D’Alessio, que consistía en un seguimiento sobre el conductor televisivo y algunos de sus colegas. El interés por Fantino surgió, según expuso Ramos Padilla en el Congreso de la Nación, por un almuerzo que compartió con la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Además del conductor del ciclo Animales Sueltos, las actividades de inteligencia habían alcanzado también a la periodista Romina Manguel, también participante del programa.
messi: «Santoro no conoció a D alessio por mi contacto sino, más tarde, por el fiscal Bidone».
En la carpeta, el falso abogado sostenía que toda esa recopilación de datos había sido facilitada por Daniel Santoro, que, después de la revelación del documento, renunció al programa. «No tengo absolutamente nada que ver con ese informe, nunca le di mi consentimiento para que transcribiera nada, son todas falacias», dijo el miércoles a la salida del juzgado.
El juez Ramos Padilla imputó al periodista no solo valerse de información originada por la banda para sus investigaciones, sino también participar activamente en las actividades, particularmente en los casos de Brusa Dovat, exdirectivo de PDVSA, y del empresario Mario Cifuentes. Con respecto al primero, existen en el expediente los chats que mantuvo D’Alessio con Santoro sobre el «ablande» que estaba realizando el primero sobre Brusa Dovat, donde el objetivo final era «sentarlo» ante el fiscal Stornelli para una declaración voluntaria. Sobre este caso, el periodista dijo a la prensa a la salida de la declaración que la entrevista fue con el consentimiento del exdirectivo de la petrolera venezolana.
Con respecto a Cifuentes, empresario propietario de la petrolera OPS, el falso abogado lo habría presionado y amenazado con publicaciones en Clarín sobre su firma. En su declaración como testigo, el empresario dijo que en una oportunidad D’Alessio le envió un mensaje para que mirase el programa Animales Sueltos y, al hacerlo, se encontró con Santoro haciendo menciones a la firma OPS en el caso por el que fue detenido el expresidente Lula en Brasil. Según Cifuentes eran mensajes ocultos que formaban parte de la extorsión de D’Alessio, ya que su firma no tenía nada que ver con el caso brasileño. El periodista también aportó un precio inexacto del inmueble atribuido a Lula, pero que sí coincidía con la suma que el falso abogado le reclamaba a Cifuentes.