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De la pobreza cero a dormir en la basura

Por Mariano Camún

“Si cuando finalice mi gestión no bajó la pobreza, habré fracasado”. Eso decía Mauricio Macri al comienzo de su mandato, indicando lo que sería una de las medidas de evaluación de su gobierno.

Ayer a la noche se viralizó un video escalofriante, donde un camión de basura “recolectó” a un hombre en situación de calle que dormía en un contenedor en la Ciudad de Buenos Aires.

El conductor y el recolector de residuos escucharon ruidos que provenían de la caja del camión y lo encontraron. El hombre se había acostado a dormir para refugiarse del frío dentro de un contenedor de la ciudad que gobierna Horacio Antonio Rodríguez Larreta, cuando el camión recolector pasó y «lo levantó».

El señor empezó a gritar y, por suerte, fue escuchado por los recolectores, quienes de inmediato decidieron abrir la caja y descargar la basura, con ella, a este muchacho que sufrió heridas leves. En el video se puede ver cómo el joven se muestra triste, llorando, después de esta situación horrenda.

«Quedate, quedate ahí. Sentate. Ahora va a venir la ambulancia», se escucha que le dijeron en una triste imagen que se viralizó en las redes.

https://twitter.com/i/status/1159755159368544256

Este año la pobreza ascendió al 34,1% de la población, proyectando a nivel nacional urbano las bases usuarias de la EPH (Encuesta Permanente de Hogares) del primer trimestre que difundió el INDEC. Un año atrás, se ubicaba en el 25,5%. En tanto, la indigencia trepó al 7,9%, contra un 4,9% del primer trimestre de 2018.

Esto significa que, sobre una población urbana de 40.500.000 personas, hay 13.800.000 pobres, con un aumento en 12 meses de 3.600.000 nuevos pobres. De esos totales, los indigentes urbanos suman 2.900.000, con un incremento de casi un millón de personas. Si esos mismos porcentajes se proyectan a toda la población, incluyendo el sector rural, hay poco más de 15 millones de pobres, los cuales 3,5 millones son indigentes. Tendríamos que remontarnos hasta 2002 para encontrar el punto más cercano en el tiempo donde se registraron niveles superiores a los actuales en materia de pobreza e indigencia.

Otro de los problemas que duele y que más se agravó es el de los niños y su alimentación. En 2018 se registró, como resultado de la recesión y la suba en los precios de los alimentos, el 11,2% de los chicos argentinos (esto es, 1 millón 467 mil niños y adolescentes) experimentaron hambre por falta de dinero. La cifra alude a los que por lo menos una vez a lo largo del año tuvieron hambre y fueron asistidos. Un 4,9% (642 mil chicos) está en un escalón más duro, porque habiendo pasado hambre, no recibieron asistencia.

Lejos de combatir la pobreza, la política económica de Macri no hizo más que multiplicar la pobreza, el hambre y la desigualdad. No es ningún secreto por qué ocurre esto. La inflación, los tarifazos y la megadevaluación del peso, pegaron muy duro sobre los sectores de menores ingresos.

Desde que Cambiemos llegó a la Casa Rosada en diciembre de 2015, los argentinos se sumergieron en la pobreza, cayendo por debajo del mínimo indispensable para subsistir, algo que no sucedía desde la crisis de 2001 que terminó con la salida de Fernando de la Rúa del poder.

Escribía Eduardo Galeano en su obra magistral de “Las venas Abiertas de América Latina”, en 1971: “La derecha tiene razón cuando se identifica a sí misma con la tranquilidad y el orden: es el orden, en efecto, de la cotidiana humillación de las mayorías, pero orden al fin; y la tranquilidad, de que la injusticia siga siendo injusta y el hambre hambriento”.

Es época de decisiones. Dormir en la basura no es una buena idea.