Search
Close this search box.
Search
Close this search box.

«Dos días después de las PASO, el gobierno sacó los carteles del maquillaje al Teatro Argentino»

A un día del inicio del escrutinio definitivo de las PASO bonaerenses, que se realizará en el emblemático Teatro Argentino de La Plata, los trabajadores difundieron imágenes de empleados del gobierno provincial que retiraron la enorme cartelería instalada en las paredes de la fachada, donde la gestión de Vidal anunciaba obras millonarias para el teatro. 

En medio de la ola polar, las autoridades, empleados de la Justicia Electoral y representantes partidarios que participen del recuento de votos se encontrarán con las pésimas condiciones edilicias del complejo lírico, que contempla, entre otras falencias, la falta de calefacción.

«no tenemos gasoil para encender el grupo electrógeno que alimenta las bombas depresoras de napas»

Los trabajadores del teatro consideran que la quita de los carteles que promocionaban la inversión de 590 millones en refacciones y mantenimiento está vinculada con el resultado adverso que tuvo el gobierno de María Eugenia Vidal el domingo y «quieren ocultar ahora que eso fue un maquillaje». 

A principios de 2016, Vidal anunció que el emblemático edificio sería reacondicionado con una inversión millonaria en distintos puntos del lugar, pero los trabajadores, que mantienen una conflictiva relación con la gobernación y denuncian desde hace meses el abandono, sostienen que «no hubo un control o supervisión de qué se hizo con la plata».

«Hay obras que se ejecutaron, pero los problemas persisten», dijo a Contexto Mauricio Peters, uno de los trabajadores que la mañana del martes presenció el curioso episodio en el que camionetas con ploteos de la firma Colombi S.A., ganadora de la licitación para las obras, retiraba los carteles verdes de la fachada del edificio. 

«No tenemos calefacción, no tenemos red de incendios porque no hay agua, seguimos con las mismas filtraciones y se está deteriorando todo el patrimonio, no tenemos gasoil para encender el grupo electrógeno que alimenta las bombas depresoras de napas, y si se corta la luz sin esas bombas tenemos en seis horas diez metros de agua en el subsuelo, por supuesto, con riesgo de vida para quienes trabajan ahí», enumeró. 

Cuando fueron anunciadas por Vidal a principios de 2016, las obras contemplaban la puesta en valor y embellecimiento de la fachada y plazas secas del teatro, la habilitación de las torretas (salidas de emergencia), el reacondicionamiento del sistema de detección de incendios, la impermeabilización de terrazas y veredas y la puesta en valor de la maquinaria escénica. Además, desde 2017 está totalmente paralizada la sala principal del teatro con capacidad para 2.000 personas ya que también iba a ser reacondicionada. 

«La obra de las torretas se hizo parcialmente, todavía no están habilitadas y se les hizo un lavado de cara», explicó Peters, y añadió que, entre otras cosas, «no están presurizadas con inyección de aire para que el fuego no alcance a los que están escapando».

Tampoco se completó correctamente la impermeabilización de las veredas. Aunque sí se hizo con las terrazas, en los subsuelos del teatro el agua sigue filtrando. «Todos los subsuelos están filtrando agua y se está deteriorando todo el patrimonio, es decir, se ejecutó la obra pero el agua sigue filtrando», añadió. 

«De maquinaria escénica no se hizo absolutamente nada», continuó uno de los trabajadores de mantenimiento del teatro, y destacó que eso es especialmente peligroso porque «es todo lo que se mueve en el escenario y está sostenido con lingas que están vencidas y deshilachadas en escenarios donde transitan trescientas personas por ópera». Además, agregó que se instaló «una parrilla alternativa en un lugar que no estaba previsto ni proyectado y ahí van a colgar toda la luminaria fija», que no responde a los estándares de puesta en escena lírica. 

«NO TENEMOS CALEFACCIÓN, NO TENEMOS RED DE INCENDIOS PORQUE NO HAY AGUA, SEGUIMOS CON LAS MISMAS FILTRACIONES Y SE ESTÁ DETERIORANDO TODO EL PATRIMONIO»

La calefacción es otro de los grandes problemas que sufren los trabajadores y particularmente los músicos, que ensayan en los subsuelos del edificio, donde el frío es aún más duro. 

«Arreglaron las calderas, las podés encender, pero todo lo periférico a las calderas que funciona gracias a ellas está roto y puede estallar en la caldera o en las líneas que transportan el calor. De hecho, tuvimos dos personas quemadas con vapor por una explosión así», narró Peters, y añadió que «las calderas del teatro no solo permiten calefaccionar, sino que cumplen un rol escenotécnico, porque no es cualquier temperatura la que tira en el escenario o en la sala de ensayo, es un calor adecuado a la cuestión escenotécnica».