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«ERA un poco obvio que yo iba querer hacer los afiches y toda la gráfica de la banda», dice Valentino Tettamanti, sumándose a una larga lista de trazos reconocibles que encuentran su correlato en la música. La tapa de Cosecha Tardía, su disco debut recién editado, podría ser un flyer de Concepto Cero. Pero también esa cara deforme de líneas ligeras y apretadas, y esa extraña forma de oscuridad, aún con colores vivos, se conectan directamente con las formas de Borracara, la banda que Tettamanti (guitarra y coros) integra desde principios del 2013 junto a Sebastián Di Siervo (bajo y voz) y Bruno War (batería).
En estas primeras siete canciones, su música suena como un pique hasta la esquina de noche y a los gritos, con espasmos hardcore y distorsión punk. «Desde el comienzo supimos que queríamos tocar hardcore, pero sin pensarlo, como algo natural», dice.
¿Qué supone para vos esta irrupción directa en la música?
Yo toco en bandas desde hace como 10 años ya, solo que con ninguna llegamos a la constancia de tocar tanto tiempo y tan seguido como para poder grabar. A la par de esto, justo se dio que venía laburando bastante en gráficas de bandas, entonces fue muy natural todo. Básicamente, nunca dejé de tocar ni de dibujar.
Si tuvieras que definir conceptualmente a Borracara, ¿cómo lo harías?
Seba dice: «David Lynch». Hay como un guiño que se dio por casualidad con «Cabeza Borradora», y un poco va por eso lado. Respecto al concepto musical, todos escuchamos un montón de cosas, pero se dio que coincidimos tocando hardcore-punk, o al menos con esa intención. Y si bien la banda es pesada, o rápida, le damos mucha bola a los cuelgues, al espacio para jugar un poco con los distintos climas.
Dentro de esta propuesta bastante pesada y extrema, ¿qué espacio le otorgan a las letras?
La letra tal vez sea más importante que la música, al menos tenemos ese criterio. La intención es contar algo, claramente. Decir cosas, expresarnos. En general son letras personales y tal vez algo bajoneras, pero es el espacio que tenemos para ser así, después somos pura alegría. Nos gusta también reirnos del absurdo y hablar de eso.
¿Encontrás similitudes entre tu estilo como dibujante y tu estilo como guitarrista?
Puede que haya similitudes: soy bastante desprolijo en ambas disciplinas. En los dos casos me gusta nutrirme de influencias estilísticas variadas y mezclarlas. Se dio que puedo vivir de lo que hago como dibujante, ilustrador o diseñador, y que la música sea algo que conservo como puramente placentero. Pero disfruto muchísimo de ambas y las encaro con muchas ganas.
¿Tenés algún músico como referente en La Plata?
En lo personal, mis referencias siempre estuvieron ligadas al harcore-punk: Demencia, Elysées, Violent Affair… Pero si tengo que decir músicos concretos, creo que debería nombrar a Marcos Moreno (Patifiesta, Mundo marino, Pura sangre, La máquina de hacer chorizos) y Julia Porto (La máquina de hacer chorizos, Lost Innocence, Surinam, Montaña). Además de músicos referentes, son grandes amistades con las que aprendí a tocar tocando.