Por Ramiro García Morete
«Se dice de mí». Por alguna razón estaba fascinada con Tita Merello y esa canción –la más icónica– le había abierto una puerta que, por un tiempo, quedaría entreabierta. Nacida en Boedo y crecida en Villa Luro y La Paternal antes de su amada Villa Crespo, lo suyo era el teatro. Si bien su padre tocaba la guitarra y cantaba bastante bien como su madre, ese gusto heredado por Mercedes Sosa o Violeta Parra cedía ante su temprana vocación. Las clases con Diana Vilella a los 8 años marcarían un camino donde las biografías y libros sobre cantantes que admiraba quedarían en un segundo plano. Pero una cosa es lo que se dice de vos y otra lo que decimos a través de otros. Y desde Alejandro Balbis cuando trabajaron en la obra Di (sobre el Popol Vuh) hasta músicos del ámbito del tango –»que no suelen ser condescendientes», dirá– le devolvían «señales». O palabras tan sencillas como: «Negra, vos tenés que cantar». Con una voz áspera e histriónica, capaz de ir del susurro al agudo, mezcla rara de Mercedes Simone y Tom Waits, entre «lo divino, lo siniestro» como el gato de Villa Crespo, vio que pasaba algo y comenzó a estudiar y grabar.
En 2010 editó Tango Rante, con clásicos del género. «Nunca pensé que podía dedicarme –dirá en su ronca confesión–. El tango hizo que pudiera creer. Y acá estamos». En ella creyó la Orquesta Fernández Fierro, «un gran amor de mi vida». Pero antes había surgido la idea de un disco con repertorio contemporáneo. Canciones como «El pampero», con aires de zamba, la interpelaron y conformó un sólido equipo con el brillante letrista Diego Baliardi y las notables músicas de Lisandro Silva Echevarría. Así fueron construyendo un repertorio hecho «a medida» sobre una Buenos Aires caótica y política, llena de fantasmas y de presente, maldita y redimida. Y sin ataduras a ningún género: blues, milonga, flamenco y candombe. Sería recién tras su partida de la Fernández Fierro que concretaría un destacable álbum llamado La Martingala, el mismo que presentará en Guajira (49 e/ 4 y 5) este viernes 20 a las 21 hs. En él canta: «Buenos Aires ¿quién sos?». ¿Y quién es Julieta Laso? ¿Qué se dice de ella? Que cuando canta, dice.
«Este disco arranca antes de que entre en la Fernández Fierro», introduce Laso. «Empecé a trabajar con los compositores. Y fuimos trabajando muy juntos en las letras… Están hechas a medida. Hablan de mí. Salían a partir de charlas y noches compartidas. Eso le da un toque muy personal a la hora de cantar». Ese rasgo personal no se logra poniendo el foco en ella sino viendo desde ella y cómo ve el mundo. Especialmente una ciudad atestada de humanidad y política. «Absolutamente. Todas las canciones lo tienen. No solo las que hablan de situaciones sociales. La idea era decir algo, que fueran canciones honestas», dice. Y define a esa narradora: «Es una persona a la que le va mal, que maldice, que tiene deseos, que busca redimirse». Y aclara: «No es tango. Es un disco de música popular, música rioplatense».
Su estilo vocal destaca por lo personal y si bien hace nueve años que estudia, considera que hay algo orgánico y natural. «Medio que la forma me encontró más a mí que yo a ella. A lo largo ha ido cambiando. Cuatro años con la orquesta es un tiempo que imprime un modo de cantar muy fuerte y particular. Luego fui también bajando un poco los decibeles, encontrando otros matices. Son procesos que llevan tiempo». Y evoca: «Las primeras veces eran frente a músicos de tango, que no suele ser condescendientes. Me pasaba algo. Y vi que pasaba algo. Tampoco tengo apego por lo académico. Para mí lo importante es que tiene que pasar algo. Algo que no pasa habitualmente». Y completa relacionando con la actuación: «Se vinculan mucho. Me considero más una intérprete. Es que estoy contando una historia. No lo tomo de otra manera. Puedo hacerlo con la voz quebrada, sin voz. No importa. Siento que hay algo que uno puede hacer igual».
En la presentación de La Plata, Laso interpretará también canciones populares latinoamericanas y estará acompañada por Noelia Sinkunas (piano), Matías Fernandez Levi (batería), Cristian Basto (contrabajo) y Manu Careter (bandoneón) como músico invitado. Para el resto del año le esperan fechas en CABA, Santa Fe, Mendoza y la preproducción de un futuro disco.