Desde el viernes, el Encuentro se hacía sentir en La Plata. Plaza San Martín había amanecido con un campamento de artesanas de todo el país y las calles ya recibían a las primeras encuentreras, que copaban, de a poco, las calles, centros culturales y plazas de la ciudad capital. Mientras tanto, el dedo estigmatizante municipal ponía vallas y policías en cada edificio público e iglesia.
La lluvia sacudió la madrugada del sábado y la tormenta eléctrica de la mañana obligó suspender la apertura que estaba prevista para las 9:00 en el Estadio Único. Sin embargo, la Campaña Somos Plurinacional, que motoriza el pedido por el cambio de nombre, llamó a movilizarse igual. «El Encuentro es de todas y de todes, lo construimos entre todes, y lo que no se nombra no existe y lo que no existe no tiene derechos», afirmaron bajo una lluvia que no pudo detener lo que se venía.
La «Marcha de las Putas» pasó por la Comisaría Novena de La Plata, con jurisdicción en la zona roja. Allí denunciaron el hostigamiento policial.
Desde las 15:00, las Facultades de la Universidad Nacional de La Plata se convirtieron en sedes de 87 talleres definidos por la Comisión Organizadora (CO), mientras que la Campaña Somos Plurinacional alargó la lista a 114, desbordados todos ellos de mujeres y disidencias.
Aborto legal, violencias y derechos laborales
El temporal también obligó a suspender varias actividades culturales, entre ellas, la «corsadera» y el Festival por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, que de igual manera, despejada la tormenta, tiñó de verde 7 y 50 con un gran pañuelazo, que comenzó a dar muestras de la masividad del Encuentro, con la exigencia de que el Estado dé respuesta al derecho a decidir de mujeres, lesbianas y cuerpos gestantes.
Las trabajadoras sexuales, que tuvieron una participación masiva en los talleres, con veintiún aulas asignadas en el Colegio Nacional, también se movilizaron el sábado. La «Marcha de las Putas» pasó por la Comisaría Novena de La Plata, con jurisdicción en la zona roja. Allí denunciaron el hostigamiento policial. «Hubo casos de violencia, de armados de causas. Nosotrxs venimos denunciando malos procedimientos, violaciones sistemáticas hacia las compañeras, travestis y trans, trabajadoras sexuales de la ciudad de La Plata. Esta comisaría siempre las violenta con requisas en el espacio público. Es inconstitucional y es violencia», afirmaron les organizadores.
«Señor, señora, no sea indiferente, se mata a las travestis en la cara de la gente», fue el grito que atravesó la Marcha Plurinacional contra los travesticidios y transfemicidios, que se consolidó por segundo año consecutivo tras el paso por Trelew. Durante dos horas, la movilización que arrancó en 1 y 58 pasó por Plaza Matheu y encaró por 7, pasando por Judiciales, donde se reclamó la libertad de las travestis y trans detenidas injustamente, y culminó en Gobernación, donde se pidió el cese de los crímenes de odio -hubo sesenta transfemicidios en lo que va del año-, así como mejores condiciones de vida para la comunidad.
El sol de Abya Ayala y una marcha plurinacional y diversa
El domingo, el sol asomó en La Plata y las actividades coparon las calles: la peatonal feminista, el bosque con la «Plaza de Todes», el festival de la Campaña contra las Violencias, las asambleas de trabajadoras y la asamblea de feministas de Abya Ayala, forma de autodesignarse de los originarios latinoamericanos.
Frente a la glorieta de Plaza San Martín, la asamblea de Abya Ayala reafirmó la identidad plurinacional del encuentro, con la participación de pueblos originarios de toda Latinoamérica presentes, quienes denunciaron las violencias, desde el colonialismo hasta el machismo. «Protegemos nuestro cuerpo como nuestro primer territorio de defensa», sostuvieron.
La marcha fue el momento cumbre. Con siete kilómetros recorridos, más de cuatro kilómetros de extensión y 500 mil participantes, la movilización se convirtió no solo en la más masiva de la historia de la ciudad, sino de los Encuentros, dando cuenta de la diversidad de feminismos.
Mujeres, lesbianas, trans, travestis, bisexuales, no binaries, originarias, afros, negras, marrones, migrantes, trabajadoras de la economía popular, campesinas, rurales, villeras, futboleras, deportistas, docentes, médicas, periodistas, obreras, cooperativistas, desocupadas, piqueteras, putas, murguistas, actrices, artistas, peronistas, troskistas, socialistas, radicales, ecologistas, niñes, antiespecistas, abolicionistas. Todas, y más, marchando.
Por mandato popular, Somos Plurinacional
Sin lugar a dudas, la discusión central fue el cambio de nombre. La necesidad de reconocer a las 36 naciones prexistentes y la diversidad no es nueva. Por el contrario, la exigencia también estuvo en los encuentros de Chaco (2017) y Trelew (2018), territorios toba y mapuche respectivamente. En La Plata, territorio querandí, este grito se multiplicó de la mano de la Campaña Somos Plurinacional, que llevó la exigencia a cada instancia del Encuentro.
Si durante los plenarios organizativos se exigió que sean las encuentreras y no solo las platenses las que definan el cambio de nombre, el mensaje de las mujeres y disidencias que llegaron a la ciudad capital fue claro. A pesar de no abrirse una instancia «oficial» en el cierre del acto, la mayoría de los talleres se pronunciaron a favor del cambio de nombre, pero el apoyo se hizo canto, y sobre todo cuerpo, en las calles: la masiva movilización tuvo a la Campaña Somos Plurinacional como una de las protagonistas centrales.
El grito, a pesar de la resistencia de la Comisión Organizadora, se hizo escuchar con fuerza en el acto de cierre, de la mano de Zulema Enríquez, activista quechua, docente y periodista, y de Claudia Vásquez Haro, docente y referente de OTRANS, quienes dieron cuenta de la diversidad de feminismos y la necesidad de que el Encuentro esté a la altura, de nombrarnos a todxs. La ovación tampoco dejó dudas.
«Ayer 500 mil mujeres y disidencias marchamos por las calles de la ciudad de La Plata dando cuenta de que la historia nos demanda que este Encuentro ya es Plurinacional», dijo Enríquez desde el escenario. «Los feminismos somos indígenas, comunitarios. El feminismo no es hegemónico. El feminismo no es de las mujeres blancas y de clase media. El 34° Encuentro de La Plata ya es Plurinacional», insistió.
Vásquez Haro, en tanto, reivindicó un «feminismo amplio y popular», en donde «nos expresamos todas y todes». «Venimos a acentuar el compromiso de seguir luchando en contra de todo tipo de violencia contra las mujeres y las disidencias sexuales, en contra de la xenofobia, del racismo. Tenemos que aprender a escucharnos y respetarnos en las diferencias. No podemos callar nuestras voces. El enemigo no está acá. El enemigo es el patriarcado», sostuvo.
«Ayer 500 mil mujeres y disidencias marchamos por las calles de la ciudad de La Plata dando cuenta de que la historia nos demanda que este Encuentro ya es Plurinacional»
«San Luis será plurinacional de mujeres, lesbianas, travestis, trans y no binaries»
Por ovación popular, en 2020 San Luis, territorio de huarpes, comechingones y ranqueles, será por primera vez la sede del Encuentro que ya promete ser desde su organización Plurinacional.
«Allí las mujeres también sufren. Sufren la falta de trabajo, la precarización laboral, el desarraigo de las que migran desde provincias vecinas, la violencia de mujeres de sus parejas, el hambre de sus hijos. Pero también luchamos», sostuvieron las sanluiseñas que subieron al escenario. «Mujeres, todas, San Luis las espera», arengaron. «Será plurinacional de mujeres, lesbianas, travestis, trans y no binaries», aseguraron.