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Jorge Bernetti: «La literatura y los libros son un campo de batalla más en el mundo»

La tradición de la Sociedad Argentina de Escritores se inició con la presidencia de esa entidad en manos del controversial Leopoldo Lugones, entre los años 1928 y 1932. A partir de allí, figuras como Ezequiel Martínez Estrada y Jorge Luis Borges formaron parte de la dirección de la SAE en un fluctuante camino que, noventa años después, encuentra a la institución con la firme tarea de impulsar las obras fundamentales de la historia argentina en el exterior.

Para ello fue creado el Comité de Traducciones durante los años del kirchnerismo, dispuesto a fomentar las letras nacionales en un mercado internacional todavía inexplorado, pero con amplias oportunidades de trazar lazos culturales y políticos en torno a sus letras. Dentro de las funciones del Comité surgió la designación clave de Jorge Bernetti, ex director de la carrera de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP y profesor emérito de esa casa de estudios.

¿Cuál es la importancia de este espacio para el impulso de autores nacionales?
Hay mucha literatura, ensayo, poesía, investigación histórica y económica que no es conocida en el exterior porque no ha sido traducida. Generalmente, las traducciones han sido al inglés y el francés, y en muchos casos tienen su punto de consumo en las universidades. Pero hay otras lenguas que están creciendo en su importancia; pensemos solo en la lengua china. Hay potenciales lectores que no conocen los libros más clásicos de nuestra literatura. Y mucho menos los libros decisivos para entender nuestra historia.

«Hay potenciales lectores que no conocen los libros más clásicos de nuestra literatura. Y mucho menos los libros decisivos para entender nuestra historia»

¿Es un modo de tender lazos culturales e incluso hasta geopolíticos?
Es un campo de batalla cultural en el mundo: qué es lo que se impulsa para traducir y qué es lo que hacen las editoriales argentinas para promover los libros de los cuales tienen títulos y editorial. Creo que es muy importante, porque es más fácil la circulación de películas argentinas en el exterior y mucho más difícil la circulación de libros. Pensemos que tenemos que traducir Facundo o el Martín Fierro, que están traducidos en algunos casos, pero no en lenguas más «exóticas», por así decirlo.

¿Cuál sería el criterio o la línea editorial a seguir?
Más allá de la literatura, tenemos que traducir libros que hacen a la historia del país y la comprensión social y económica. Ahí viene una lucha política e ideológica en ese sentido. Tenemos que leer los más importantes que hacen a nuestra historia, los libros más críticos y analíticos. También los que hacen a nuestra economía, sociología y el ensayo. Ahí tenemos que darle importancia, no en desmedro de la poesía o el cuento. Pero a veces cuando se habla de escritores parecieran primar los cuentistas, los novelistas.

¿Por ejemplo?
Historias clave del revisionismo argentino como la obra de Rodolfo Puiggrós, de Juan José Hernández Arregui, de Abelardo Ramos o John William Cooke deberían ser traducidas. Sin que eso implique que no podamos presentar otros libros que interpreten otras corrientes más liberales. Para la cultura no hay que ser sectarios. Todo lo que tenga que ver con expandir la cultura y la historia nacional para hermanar países nos convierte en humanos más humanos.

El programa de estímulo para la traducción de autores argentinos en el exterior fue establecido por el Ministerio de Relaciones Exteriores durante la gestión de gobierno kirchnerista, una tarea que encontraba dificultades para realizarse por sus costos. La Sociedad Argentina de Escritores, hoy presidida por Alejandro Vaccaro, cuenta con la presencia de Bernetti como vocal en su consejo directivo. A partir de 2020, el reconocido periodista y escritor encarará la tarea de buscar fomento en el mercado internacional para la literatura nacional.

«Más allá de la literatura, tenemos que traducir libros que hacen a la historia del país y la comprensión social y económica. Ahí viene una lucha POLÍTICA e ideológica en ese sentido»

Hay una cantidad de nuevos escritores, historiadores, analistas que han recreado y profundizado el trabajo de generaciones anteriores. De repente uno puede editar la historia de los trenes argentinos de Scalabrini Ortiz con una serie de anotaciones que explican el sentido del proyecto. Para un lector, supongamos, de la India, que también tuvieron sus ferrocarriles ingleses, podría encontrarse y coincidir con el sentido que ese fenómeno de economía imperial británica tuvo en Argentina.

Bernetti inició su larga trayectoria como secretario de redacción de la publicación Cristianismo y Revolución a principios de los años setenta; también estuvo a cargo de la Jefatura de Prensa de la campaña electoral que en las elecciones de marzo de 1973 le diera el triunfo a Héctor J. Cámpora. Después, en el exilio, se licenció en Ciencias Políticas en México y luego, ya en democracia, fue director de la Escuela Superior de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP. Entre otras obras, fue autor de El peronismo de la Victoria y Peronismo: Cultura Política y Educación 1945-1955, junto a Adriana Puiggrós.


 

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