Por Pablo Pellegrino
A pocos días de finalizar la gestión, el gobierno de Mauricio Macri intentó por todos los medios minimizar los alcances de la crisis que deja tras cuatro años de administración del Estado con un frenético proceso de endeudamiento.
Desde las oficinas del Ministerio de Hacienda, y en la voz del propio titular de esa cartera, Hernán Lacunza, el gobierno saliente se encargó de difundir datos sobre la economía, llegando al extremo de manifestar que se crearon un millón y medio de puestos de trabajo cuando el desempleo superó las dos cifras y el empleo registrado cayó.
«Nosotros cumplimos con todo, ahora hay que ver la continuidad después del 10 de diciembre», dijo ayer el ministro, al tiempo que consideró que «en términos de herencia, tenemos una siembra positiva».
Sin embargo, un reciente informe del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda indicó que el gobierno de Mauricio Macri dejará una deuda que asciende a los 324.000 millones de dólares, conformada en un 80% por obligaciones en moneda extranjera.
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Según la UNDAV, la proporción de la deuda nominada en moneda extranjera con respecto a la deuda total es la mayor desde la crisis de 2001-2002, y el flamante gobierno del Frente de Todos deberá afrontar solo en los primeros seis meses de gestión vencimientos que superan los 45 mil millones de dólares.
UNDAV: el gobierno de Mauricio Macri dejará una deuda que asciende a los 324.000 millones de dólares, conformada en un 80% por obligaciones en moneda extranjera.
«De estos, u$s 26 mil millones están nominados en moneda nacional (57%) y u$s 19 mil millones en moneda extranjera (42%). Excluyendo la deuda intra Estado, los vencimientos ascienden a u$s 24 mil millones, con la mitad nominada en moneda dura», advierte el informe.
El panorama se complejiza aún más en los años siguientes: de acuerdo con el informe, entre 2020 y 2023 los vencimientos ascienden a 200 millones de dólares.
Pesada herencia ⚠
En los próximos cuatro años, el país deberá afrontar vencimientos de deuda por casi 224.000 millones de dólares. pic.twitter.com/xe1lzQFott
— Economía en UNDAV (@EconomiaenUNDAV) November 28, 2019
«No sólo el stock de deuda sobre PBI creció sustancialmente sino que empeoró su composición: la deuda en moneda extranjera se incrementó en u$s 87 mil millones (+54%) mientras que la nominada en pesos cayó en u$s 13 mil millones (-18%) entre 2015 y el 2019», advirtieron.
Al mismo tiempo, durante la Administración de Cambiemos se privilegió el endeudamiento con privados, que en 2015 se encontraba en el orden de los 74 mil millones de dólares y en el segundo trimestre de 2019 ya sumaba unos u$s 144 mil millones. «La deuda con organismos financieros internacionales se disparó en un 135% desde 2015», señalaron.
«De la misma forma, la deuda protegida por tribunales extranjeros creció en u$s 76 mil millones (+116%) desde 2015. En cambio, la deuda protegida por tribunales locales se mantuvo constante», informaron desde la UNDAV.
«Desde abril del año pasado que los mercados financieros voluntarios de crédito internacionales se encuentran cerrados para la Argentina. Por tal motivo, el gobierno saliente debió recurrir al FMI en lo que ha representado el mayor préstamo en la historia del Fondo. Sin embargo, los dólares prestados por el organismo multilateral no sólo se han utilizado para pagar deuda contraída por el propio gobierno sino también para vender divisas en el mercado de cambios con el aparente objetivo de contener el tipo de cambio (sin éxito)», consideraron en el documento.
«El proceso de endeudamiento en los últimos 4 años ha sido acelerado al punto que el propio ejecutivo nacional debió reperfilar la misma deuda que suscribió durante su gestión, iniciando lo que será con toda probabilidad un proceso de reestructuración de la deuda pública que deberá ser continuado por el próximo gobierno», dice el informe.
Finalmente, el documento del Observatorio de Políticas Públicas de la UNDAV considera que «en cualquier caso la Argentina se encuentra ante una disyuntiva que deberá ser administrada con especial expertise: deberá renegociar las condiciones financieras sin entrar en un default abierto pero sin sobrecargar el presupuesto público con el peso de los intereses para evitar un mayor ajuste fiscal que comprometería los objetivos de crecimiento y reactivación de la economía».