Por Pablo Pellegrino
A una semana de dejar la gestión, la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, realizó un balance de gestión donde destacó los logros alcanzados en estos cuatro años de su Administración y resaltó la herencia que dejará a su sucesor, Axel Kicillof.
Con el énfasis puesto en contrarrestar la calificación de «tierra arrasada» que dio el gobernador electo luego del arrollador triunfo electoral del pasado 27 de octubre, la mandataria saliente pintó un cuadro de situación que dista no solo de la descripción del ex ministro de Economía, sino de la realidad que reflejan los números de su propia gestión.
En la presentación de lo que Vidal definió como «rendición de cuentas», habló acerca de la situación financiera de la provincia y la comparó con los números que heredó de la Administración de Daniel Scioli. «Vamos a dejar $25 mil millones en la caja y un déficit de $50 mil millones de pesos, menos que el que recibimos», afirmó la gobernadora desde Vicente López, durante el acto en que la acompañaron los miembros de su gabinete.
En esa línea destacó que la actualización de las compensaciones que recibirá la provincia por el Fondo del Conurbano, sumada a la coparticipación y la recaudación tributaria, le darán un amplio margen de maniobra a la gestión entrante.
Otro de los puntos polémicos que tocó la mandataria bonaerense respecto de la situación en que deja la provincia fue la deuda. En esa línea, hizo una extraña exposición en la que afirmó que en sus cuatro años de gobierno Buenos Aires se desendeudó, al pasar de 11.200 millones de dólares desde que asumió a cerrar con 11.000 millones.
Esos número distan de los que el propio gobierno bonaerense utilizó para desmentir a Kicillof. Semanas atrás, había sido el ex ministro de Economía provincial, Hernán Lacunza, el que había relativizado el crecimiento de la deuda y había dicho que en cuatro años hubo un incremento de 700 millones de dólares.
Sin embargo, contando las devaluaciones que se sucedieron entre 2015 y 2019, la deuda se multiplicó hasta cinco veces.
Sobre el punto del endeudamiento en los años de gestión de Cambiemos en la provincia, fueron una constante las denuncias de la oposición por la falta de publicación periódica sobre el avance de la deuda. Durante el debate por el presupuesto del año pasado, cuando Lacunza todavía manejaba la economía bonaerense, había informado a los legisladores que la deuda era de casi 300.000 millones de pesos, pero cuando presentaron el informe que alcanzaba al primer semestre de 2019 el monto era de 518.400 millones. Ese monto, en 2015, era de 122 mil millones.
«Una larga lista de mentiras»
«Si dice que tiene 25 mil millones de caja, por qué está pidiendo al Banco Provincia que canjee un bono y lo reperfile 5.200 millones. No tiene sentido», dijo a Contexto Sebastián Galmarini, uno de los integrantes del directorio del Banco Provincia por la oposición, quien consideró que el balance de la gobernadora fue «una larga lista de mentiras y omisiones».
«La provincia no está en esa situación: la deuda es mucho más alta de lo que dice, está rondando los 70 mil millones de pesos de déficit y están escondiendo deuda en distintos organismos con pedaleo a los proveedores», afirmó el funcionario.
Casi en paralelo con la transmisión, Galmarini y Juliana Di Tullio, ex diputada nacional y también integrante del Bapro, pusieron en cuestión la holgada cifra de «caja» que deja Vidal y destacaron el canje que el gobierno bonaerense quiere realizar a través del Bapro.
«El próximo 6 de diciembre vence el bono de $4.259.606.000 que el Gobierno bonaerense emitió para ‘compensar’ la transferencia de fondos que le acreditó ANSES al banco y que la gobernación desvió y malversó para afectarlos a otros fines, de los cuales hasta la fecha no hay paradero», denunciaron a través de un comunicado recientemente las comisiones gremiales internas de los trabajadores del Bapro.
«Luego de fracasar en el intento de conseguir fondeo para cumplir con el compromiso, la gobernadora presionó violentamente al directorio para que aceptara un canje de los títulos por otro emitido con vencimiento 6 de septiembre de 2020, mediante una carta que el actual ministro de Economía provincial le remitiera a Curutchet», afirmaron los trabajadores.
«Definitivamente nos pone en una situación muy difícil porque no hay un informe contable, financiero ni jurídico y, además, se está haciendo de una manera voluntaria: yo soy un intermediario, no puedo canjear un bono por decisión propia. Tendría que haber un instrumento legal, un decreto o una ley como es el endeudamiento año tras año», explicó en ese sentido Galmarini.
Según el director, «además hay un perjuicio contra el Banco de 1.000 millones de pesos, con lo cual nadie va a firmar ese canje. De hecho, se está cayendo el canje porque los directores del propio oficialismo están en contra de esa operatoria».
«Fueron 4 años muy malos. El banco quedó a disposición de la bicicleta financiera como todo el sistema y, obviamente, como una decisión de la propia Vidal de seguir el proyecto económico que planteó Macri: el banco gana directamente a través de las Leliq, del tipo de cambio y de los créditos UVA que asfixian a los tomadores del crédito», fue el balance sobre la gestión de la banca pública provincial en la Administración Cambiemos.
El senador provincial Juan Manuel Pignocco, que dejará su banca a partir del 10 de diciembre, coincidió con Galmarini acerca de la situación del Banco, y consideró que el mensaje de la mandataria saliente mostró una «imprudencia supina por las negociaciones que se están llevando adelante respecto de la deuda de Nación y Provincia».
«Lanzar páginas web con datos de una economía que no es la de la provincia es como mínimo irresponsable», dijo el senador sobre la presentación de Vidal que incluyó una página web con su nombre que contiene varios de los datos que dio durante el acto en Vicente López.
En esa línea, Pignocco remarcó la contradicción entre los sucesivos reclamos que hicieron desde la Legislatura por la publicación de los datos oficiales respecto de la deuda provincial que, sin embargo, ahora aparecerán en la página de la gobernadora. «Mostrarse en campaña a pocos meses de haber perdido las elecciones con una página web propia y sin datos oficiales es una imprudencia y falta de respeto», cuestionó.