Lucha contra el hambre: sin dudas, uno de los temas que mayor relevancia tomó en los últimos años fue el incremento del hambre y la consecuente emergencia alimentaria propiciada durante los años de gestión macrista. «Más de 15 millones de personas están sufriendo de inseguridad alimentaria en uno de los países productores del mundo», destacó Fernández. En ese sentido, volvió a reiterar la intención de generar un consejo social para trabajar con productores, empresarios, agropecuarios y movimientos sociales para paliar de manera inmediata la situación en los sectores más relegados de la sociedad.
Derechos humanos y justicia: uno de los puntos que abordó Alberto Fernández fue la ratificación del compromiso con los procesos de Memoria, Verdad y Justicia, así como su intención de garantizar la independencia de la Justicia y apuntar a los entramados entre el poder político y el aparato judicial. «Nunca más a una Justicia contaminada por servicios de inteligencia, ‘operadores judiciales’, procedimientos oscuros y linchamientos mediáticos. Nunca más a una Justicia que decide y persigue según los vientos políticos del poder de turno», expresó Fernández.
Intervención en la AFI: en sintonía con el anterior punto, el presidente expresó su intención de intervenir la Agencia Federal de Inteligencia como parte de un plan de restructuración de seguridad a nivel nacional. «Se trata de aprovechar valiosos y mayoritarios recursos que hoy existen en nuestro sistema de justicia, de modo de terminar con la mancha ominosa que un sector minoritario le provoca a la credibilidad de las instituciones», remarcó.
Deuda y FMI: «He decidido que no le daremos tratamiento parlamentario al Presupuesto nacional proyectado por el gobierno saliente para el ejercicio 2020. Sus números no reflejan ni la realidad macroeconómica, ni las realidades sociales ni los compromisos de deuda que realmente han sido asumidos». Es quizás uno de los puntos más importantes del discurso, de cara a la relación con el Fondo Monetario Internacional y la insostenible deuda que ahora debe enfrentar la Argentina.
«Un presupuesto adecuado solo puede ser proyectado una vez que la instancia de negociación de nuestras deudas haya sido completada y, al mismo tiempo, hayamos podido poner en práctica un conjunto de medidas económicas, productivas y sociales para compensar el efecto de la crisis en la economía real», agregó.
Pobreza: el presidente hizo referencia a «aliviar la carga de la deuda para poder cambiar la realidad». En ese sentido, resaltó el plan de Acuerdos Básicos de Solidaridad en la Emergencia, donde múltiples sectores discutirán elementos básicos para el bolsillo de los trabajadores, como precios, salarios, tarifas, tipo de cambio, aspectos monetarios, fiscales y sociales. «Los únicos privilegiados serán quienes han quedado atrapados en el pozo de la pobreza y la marginación», definió.
Integración regional: Fernández apuntó a robustecer el MERCOSUR y la integración regional como parte de rescatar el «proceso iniciado en 1983 y potenciado desde 2003». La relación con Brasil se convirtió en el proceso clave de cara a la etapa próxima, con una «agenda ambiciosa, innovadora y creativa, en lo tecnológico, productivo y estratégico». Fuertes expectativas para la restauración de un bloque regional en América Latina.
Soberanía y Malvinas: el presidente se comprometió a defender los «derechos soberanos sobre las islas Malvinas, la plataforma continental, la Antártida Argentina y los recursos naturales que estas extensiones poseen, porque pertenecen a todos los argentinos». En sintonía con las prioridades del orden geopolítico y ambiental, Fernández propuso un paradigma de «transición hacia un modelo de desarrollo sostenible, de consumo responsable y de valoración de los bienes naturales».
Género y movimiento de mujeres: Fernández fue contundente al asegurar que «Ni una Menos debe ser una bandera de toda la sociedad y de todos los poderes de la república. El Estado debe reducir drásticamente la violencia contra las mujeres hasta su total erradicación». En ese sentido, expandió las políticas de diversidad y género también hacia todo aquel que «sufra los estereotipos, los estigmas, por la forma de vestirse, por el color de piel, por el origen étnico, el género o la orientación sexual».
Medios de comunicación y contenidos: Fernández puso énfasis en cómo la pauta oficial debe contribuir a la «generación de contenidos educativos» en los medios para la «formación pedagógica de los jóvenes». Asimismo, anunció la convocatoria a instituciones periodísticas para contribuir a este punto. «No habrá pauta del Estado para financiar programas individuales de periodistas. Solo se destinará a instituciones periodísticas. En la relación con los periodistas, más que nunca tiene sentido aquella frase de que ‘las cuentas claras conservan la amistad y el respeto’».
Pymes y cooperativismo: tras repasar el fuerte ahogo experimentado por este sector durante los últimos cuatro años, Fernández ratificó la iniciativa de reactivar sus principales motores. El Plan de Reactivación de Obras Públicas o impulsar la tecnología en pos del desarrollo industrial son algunos de los puntos. «La economía popular y sus movimientos organizados, el cooperativismo y la agricultura familiar serán también actores centrales de estas políticas públicas. La cultura del trabajo se garantiza creando trabajos formales con todos los beneficios de la seguridad social. Por eso pondremos en marcha acciones que faciliten que todos los titulares del salario social complementario puedan insertarse en el mundo laboral y cobrar por su trabajo», manifestó.