La agenda 2020, la necesidad de profundizar los vínculos a pesar de las diferencias, la posibilidad de pensar una integración bioceánica y el balance de la reunión realizada en Buenos Aires de la Mesa Directiva del Parlamento del Mercosur fueron algunos de los temas abordados en la charla que Contexto tuvo con el presidente del Parlasur, Oscar Laborde.
¿Qué balance hace de la reciente reunión de la Mesa Directiva del Parlamento del Mercosur?
Es muy importante que la Mesa Directiva se haya reunido y que lo haya hecho en Buenos Aires. Es la primera vez que el encuentro se hace en esta ciudad. Esto es parte del compromiso que ha tomado el gobierno argentino para apoyar todos los espacios de integración.
La reactivación del Parlasur es parte de esa política que busca poder armar lo que desmembró el gobierno de Mauricio Macri. Parlasur, Mercosur, Unasur y Celac, todos los espacios que tenían que ver con la integración y que se habían consolidado durante la primera década de este siglo fueron atacados fuertemente por el gobierno de Cambiemos.
Ahora el Parlasur demostró que tiene vitalidad. En esta reunión participaron todos los países miembros. Fueron gestos importantes que estuviera el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y que nos recibiera el canciller argentino, Felipe Solá.
¿Qué objetivos se propusieron para 2020?
El Parlasur se ha propuesto una agenda muy interesante que está en el marco de proteger la democracia. De esa agenda se podrían destacar cuatro puntos.
El primero es participar activamente en las elecciones que se realizarán en Bolivia el 3 de mayo. Se busca desde ahora estar vinculados al Tribunal Supremo Electoral y colaborar al máximo para garantizar la transparencia tanto en las inscripciones como luego en la transmisión de datos.
Como segundo punto, vamos a colaborar con el diálogo en Venezuela. Vamos a llamar a una mesa de diálogo con los diferentes protagonistas de la política venezolana. Hay que recordar que en el Parlasur se encuentran representantes de los distintos sectores que hoy se encuentran en conflicto. Eso favorece la posibilidad de promover el diálogo.
Como tercer punto nos proponemos realizar un estudio sobre cuál es el impacto real que tendría un acuerdo Mercosur-Unión Europea (UE).
En cuarto lugar, el Parlasur también se propone estudiar más la potencialidad de una integración bioceánica. En mi opinión, en el momento actual el Mercosur tiene que pensar una fuerte salida al Pacífico. Cuando fue creado, priorizaba el comercio hacia el Atlántico. Con el empuje que ha tomado la economía china y todo el sureste asiático, es impensable no tener una vía de comunicación con el Pacífico. Hay que trabajar una ruta bioceánica.
¿Cómo se puede abordar la integración en un momento en que las diferencias políticas, en especial entre Argentina y Brasil, son tan marcadas?
Desde que se creó el Mercosur, es la primera vez que Argentina y Brasil tienen gobiernos de diferente color político. Fueron experiencias mucho más cercanas Alfonsín y Sarney, Menem y Collor de Mello, Kirchner y Lula Da Silva, Cristina y Dilma o Macri y Temer. Siempre, en un sentido o en otro, el color político fue similar. Ahora el desafío es sostenerse como región con proyectos antagónicos como lo son el de Alberto Fernández y el de Jair Bolsonaro.
Al menos en el Mercosur, que es un espacio comercial, habrá que dejar de lado las diferencias ideológicas y tratar de convivir de la mejor manera. Por más poderoso que sea el país, en el mundo actual es impensable que puedan entablar vínculos comerciales si no se lo hace desde un bloque. Estados Unidos es el único que se beneficia cuando se rompe la integración. Que pierda peso el Mercosur o que se haya concretado el Brexit y Europa esté más débil al único que le conviene es a Estados Unidos. A nuestros países solo les sirve la integración. Creo que hoy hay que fortalecer y privilegiar espacios como el Parlasur y la Celac, porque son fundamentales para nuestro futuro como región.
