Por Florencia Abelleira
En las afueras de la casa de Susana “Pocha” Camiña, donde funciona el Centro de Extensión “Por un futuro mejor”, se reunieron mujeres y hombres del barrio Altos de San Lorenzo para asistir a la inauguración de la Escuela Popular de Formación en Género que va a funcionar allí durante los sábados de agosto y septiembre.
“Las injusticias en el marco de la violencia de género y la desigualdad las vivimos cotidianamente, y la posibilidad de revertirlas viene desde la organización, la militancia y el compromiso”, expresó Mariana Gras, presidenta del Consejo Nacional de las Mujeres, en el acto de inauguración. Y jerarquizó, por sobre todo, que las soluciones se logran con la política. “Tenemos que construir en conjunto las herramientas que permitan romper con las injusticias que hoy vivimos”, le dijo a las vecinas y vecinos que estaban sentados en ronda, en la calle 82 entre 21 y 22 de La Plata, donde se desarrolló la jornada.
“Tenemos que construir en conjunto las herramientas que permitan romper con las injusticias que hoy vivimos”, dijo mariana Gras.
La presidenta del Consejo Nacional de las Mujeres hizo énfasis en las distintas políticas públicas que se implementaron contra la desigualdad de género, como el programa Ellas Hacen, que le da trabajo a más de 100 mil mujeres. “A ellas les habían dicho que no servían para nada, que tenían que quedarse en su casa, que tenían que hacerle caso a su marido. Esas mujeres hoy terminan el secundario, eligen darle de comer a sus hijos y son protagonistas de su historia”, continuó.
Allí estaban presentes vecinas que trabajan como obreras de la construcción en Romero. “A nosotras nos enseñaron a hacer las placas y luego a construir las casas”, le respondió una de ellas a Gras, y agregó: “Dicen que sólo los hombres pueden revocar, y nosotras estamos construyendo hogares gracias a Ellas Hacen”.
“Cuando decimos que es con la política, la política es esto, herramientas de transformación para el pueblo. Todas y todos tenemos derecho a vivir una vida mejor, y estos doce años demostraron que es posible”, finalizó Gras.
En la inauguración también estuvieron presentes Silvina Negrete, candidata a concejal por el FpV Nacional y Popular, Gastón Castagneto, candidato a primer concejal por la misma lista, y Susana Camiña, dueña de la casa donde se desarrollará la Escuela Popular de Formación en Género y donde funciona una sede de FinEs desde hace varios años.
Primer encuentro
“Tenemos que empoderarnos, como dice Cristina, ¿y cómo lo hacemos?: uniéndonos y organizándonos”, les dijo Susana Camiña a las más de cincuenta mujeres que asistieron al primer taller de la escuela. Sentadas en ronda, cada una tomó una porción del ovillo de lana que empezó a circular entre ellas, y se presentaron mirándose una a la otra, haciendo notar las diferencias y las similitudes que las reúnen. De diferentes edades, con muchos hijos o con ninguno, casadas, divorciadas o solteras, las mujeres dijeron en voz alta lo que esperaban de cada encuentro y comenzaron a tejer la red de confianza que las va a unir cada sábado durante los meses de agosto y septiembre.
La Escuela Popular de Formación en Género es una iniciativa del Consejo Nacional de las Mujeres. Son 68 experiencias que se replican en distintas partes del país y están coordinadas por más de dieciséis Universidades nacionales. La que se desarrollará en lo de “Pocha” Camiña está llevada a cabo por profesoras y alumnas de la Facultad de Periodismo de La Plata, entidad de la que depende el Centro de Extensión.
La Escuela Popular de formación en Género es una iniciativa del Consejo Nacional de las Mujeres. Son 68 experiencias que se replican en distintas partes del país y están coordinadas por más de dieciséis universidades nacionales.
En relación con la modalidad de “popular” de cada escuela, según Mariana Gras: “Implica hacerse cargo del conocimiento que tienen las mujeres y hombres en los barrios y sentarse a construir desde una paridad, colectivamente, herramientas para lograr que efectivamente seamos iguales”. Para la presidenta del Consejo, es una manera de romper con las estructuras de la Universidad cerrada y poder llevarla al barrio y viceversa.
Allí las mujeres y los hombres que asisten cada sábado hablan de los roles sociales que son asignados para cada uno, de la violencia, de la planificación familiar, los métodos anticonceptivos. A través de metodologías vinculadas a la educación popular, atravesadas por la horizontalidad y dinámicas de aprendizaje colectivo, hablan de sus problemas, de sus experiencias y de cómo lograr mayor igualdad en su entorno. Para Mariana Gras, “Cuando se logra la construcción de estos espacios, uno se da cuenta de que lo que a cada uno le sucede también le pasa a otros y no es azaroso. En estos espacios las mujeres hacen mapas de violencia, relevamiento de las situaciones de cada barrio, y se crea fuerza armando un tejido social desde las bases”.
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