Por Pablo Roesler
“Acá está la cocina”, dijo el nieto recuperado Leonardo Fossati señalando con el índice un punto preciso de la maqueta que representa la Comisaría 5ta de La Plata. La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, miraba con atención el edificio en miniatura instalado en el ingreso de lo que fue uno de los centros de detención clandestina de la Policía Bonaerense durante la dictadura cívico militar. Estela visitó por primera vez el lugar que ayer fue abierto como “Espacio para la Memoria y la Promoción de los Derechos Humanos”, y las lágrimas le surcaron la cara cuando el joven que recuperaron en 2005 ubicaba el lugar donde funcionó la maternidad clandestina, el lugar donde nació y tuvo su último contacto con su mamá.
La abuela y el nieto, acababan de comenzar un recorrido por lo que fue un campo de exterminio durante su apertura como sitio de reflexión, encuentro y memoria. Los acompañaban al secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda; su par de Provincia Guido Carlotto; el director de Formación de la Secretaría de Nación, Matías Moreno; el gobernador de la Provincia, Daniel Scioli; el diputado nacional del FPV y nieto recuperado, Horacio Pietragalla; HIJOS, otros nietos, y representantes de organismos de Derechos Humanos.
“Este es un punto de partida, es la piedra fundamental, porque es la apertura hacia la concreción de un proyecto colectivo que incluye a los sobrevivientes, a los familiares”, dijo Fossati durante el acto de apertura, realizado frente a la cocina donde funcionó la maternidad clandestina en la que él nació de su madre atada de pies y manos. “Este es el puntapié inicial, porque esperamos en un futuro no muy lejano poder contar con toda la comisaría 5ta como Espacio de Memoria, porque fue todo el edificio un centro clandestino de detención: hubo desaparecidos, hubo 13 mujeres embarazadas, hubo niños que pasaron por acá y hubo bebés que nacieron acá y fueron apropiados”, aseguró y recordó a Ana Libertad Baratti de la Cuadra, la nieta restituida en agosto del año pasado, que también nació ahí.
El acto de apertura del Espacio que llevarán adelante Abuelas, Nación y Provincia, se realizó frente a la puerta de lo que fue la maternidad clandestina. Allí, el Secretario de Derechos Humanos de la Nación recordó que el Espacio para la Memoria llevará “la huella de todo el horror, pero esa huella nos debe servir para poder comprender definitivamente que las políticas de derechos humanos van a fortalecer la democracia”.
“Toda la dirigencia política debe cumplir con estos estándares, que no solamente son tratados internacionales, sino que resultan una manera y un modo de vida de poder sentir y vivir el dolor de nuestro pueblo”, señaló Fresneda. Y completó: “Llevarlo adelante, como una consigna verdadera, porque escuchar a las víctimas es no solamente escuchar a los débiles, sino también escuchar los es escuchar a los militantes de aquellos tiempos que lucharon por un mundo mejor, de una Argentina para todos y que hoy la estamos logrando con Néstor, Cristina y con todos los compañeros de este proyecto político Nacional y Popular”.
Estela de Carlotto, a su turno, dijo que ayer cumplió otro sueño. “Un sueño, duro, doloroso, necesario, para no perder la memoria y señalizar los lugares por donde pasaron muchas víctimas de la última dictadura cívico-militar”, aseguró.
“Es un día histórico”, dijo a Contexto más tarde, cuando el acto finalizó y el portón se abrió, de par en par, para que el público recorriera el lugar. “Es un festejo en el que el recuerdo nos invade, pero no nos tiene que anular la tristeza, sino transformarlo en lucha, y a mí como docente, como madre, como abuela, me da la sensación de que los niños o adolescentes que pasen cuando este lugar sea plenamente un lugar de historia y memoria, se les cuente y en sus libros también exista la historia que nos tocó vivir, y ojalá nunca llegue para ellos”, completó.
Del acto también participaron Ofelia Wilhelm y Giselle Fernández, la mamá y la hermana de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner. También a ellas la historia oscura de la comisaría 5ta les desgarró la familia: “El 29 de enero de 1971 en horas de la madrugada el Dr. Osvaldo P. Fernández, quien iba acompañado por su esposa, fue asesinado por el Sargento 1º Ángel Ávalos al pasar conduciendo su auto frente a la comisaría”, indica una placa con el título Historia y Violencia Política, ubicada junto al portón de acceso al Espacio de Memoria. Es un homenaje, pero también una contextualización: durante la dictadura de Levingston, la doctrina de Seguridad Nacional adelantaba el horror que ocurriría apenas cinco años después.
En la última dictadura cívico-militar, entre abril de 1976 y febrero de 1978 en la Comisaría 5º funcionó en forma simultánea con sus actividades habituales un Centro Clandestino de Detención y Tortura, por el que se estima que pasaron más de 200 personas, muchas de ellas aún desaparecidas. Allí funcionó una maternidad clandestina donde nacieron al menos dos niños en cautiverio y otros tres fueron llevados luego del secuestro de sus padres. Al menos 13 mujeres embarazadas, de las que sólo sobrevivió Adriana Calvo, estuvieron secuestradas en ese centro. También allí fue secuestrado Jorge Julio López, el testigo desaparecido tras declrar contra Etchecolatz cuya imágen ocupa un espacio de ese lugar que, desde ayer, es un nuevo sitio de Memoria.
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“Es importante que estos lugares tengan una pertenencia de memoria y de recorrido histórico. Hablando con Ignacio Ramonet me decía que ésto es único en el mundo, así que es importante seguir llevando adelante la política de Derechos Humanos de este Gobierno”. Horacio Pietragalla, diputado nacional FPV y nieto restituido.
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“Esta inauguración es, a escala internacional, insólita. Ocurre prácticamente en ningún país. Ni siquiera en América Latina, donde se cometieron tantos atropellos durante las décadas de las dictaduras militares, han habido unas políticas tan avanzadas como las que se lanzaron a partir de la elección del presidente Néstor Kirchner”. Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique.
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