En los últimos días, pocos fueron los medios de comunicación que dieron visibilidad a la delicada situación que atraviesa la Villa 31 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde el avance del COVID-19 experimentó una curva ascendente de casi 2.000% en solo una semana y, además, el servicio de agua potable está cortado desde hace ocho días. El problema fue denunciado por la organización La Poderosa, que el último sábado presentó una carta de urgencia inmediata al gobierno de Horacio Rodríguez Larreta.
En cinco días, la Villa 31 experimentó un ascenso de 3 a 57 casos de COVID-19. La cifra fue revelada por el referente de la organización La Poderosa, Ignacio Levy, quien sostuvo: «Eso quiere decir que en cinco días la curva del coronavirus para los pobres, en la ciudad más rica del país, creció un 1.900%. En esos días la villa estuvo sin agua y está sin agua».
En las últimas horas de ayer se difundieron videos de los residentes de Villa 31 donde remarcaban la falta de agua y de soluciones. «Cómo pretenden que no salgamos a la calle si tengo que salir a comprar agua, o esperar que compañeros me traigan agua. Es algo básico para nuestra higiene en plena pandemia», señaló Ramona, vecina del barrio.
Adolfo Pérez Esquivel y Nora Cortiñas, referentes de la lucha por los derechos humanos, difundieron un comunicado donde anunciaron que denunciarán la situación ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. «Para dimensionar y visibilizar la gravedad de la violación a los Derechos Humanos más esenciales en la Villa 31 de Retiro, donde ningún problema entre su titular y la empresa prestataria pueden justificar estos 9 días sin agua para más de 50 mil personas», expresaron en el texto.
En el otro extremo de la provincia de Buenos Aires, la falta de gestión de Juntos por el Cambio se replica en la ciudad de La Plata. En la capital bonaerense, gobernada por Julio Garro, la alarma por el avance del COVID-19 y el dengue se combina por la creciente pobreza y desempleo en los barrios más relegados de la ciudad.
«En el tercer cordón la presencia de la Municipalidad es nula. En zonas como Villa Elisa, Villa Elvira, cruzando Altos de San Lorenzo, atrás del Cementerio, Los Hornos. No hay trabajo, no hay mejoras en las condiciones de vida de la gente. Hay casos de hantavirus, hay dengue. No hay controles sanitarios», dijo a Contexto Ángel Ibañez, referente barrial de la organización SURGE.
«Nosotros vemos con preocupación la falta de políticas sanitarias más estrictas, pensadas para el conjunto de la ciudad. Vemos que es distinta la forma de tratamiento dentro del casco, fuera del casco y en los barrios periféricos. La gente de los barrios relegados sigue padeciendo que la pobreza llegue al 40%; no hay empleo, hay compañeros de los barrios que viven el día a día. Todavía no nos hemos sentado en el Comité de Emergencia», agregó Ibañez.
Recién la semana pasada, el Concejo Deliberante de La Plata logró desarrollar su primera sesión virtual, donde se logró aprobar la emergencia económica en la ciudad. Con esta medida, por impulso del Frente de Todos, se busca reasignar casi un 10% del presupuesto municipal para un fondo específico que, entre otros puntos, atienda de manera directa la demanda alimentaria en comedores y merenderos en plena cuarentena.
En tanto, el último domingo se llevó adelante una olla popular en el barrio El Carmen, ubicado en la frontera con Berisso, coordinada por la organización Barrios de Pie. Durante los días anteriores también se repartieron viandas a jubilados de las zonas de Romero, Villa Elvira, Arana, Tolosa y City Bell en La Plata, y Villa Progreso y Villa Argüello de Berisso, entre otros barrios. La organización ha denunciado en varias oportunidades la falta de suministros para cubrir las demandas de los barrios periféricos de la ciudad.