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COVID-19: el INTI produjo en dos meses un respirador alternativo para casos de emergencia

Con el fin de robustecer el sistema de salud frente a la pandemia de COVID-19, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), junto con cinco pymes, lograron armar en dos meses la primera partida de respiradores artificiales para usar en casos de emergencia.

Un grupo de cincuenta investigadores del Estado y del sector privado realizaron este desarrollo en base a un proyecto propuesto en un principio por el Massachussets Institute of Technology (MIT). Consiste en la automatización de una bolsa de ventilación manual –conocida como AMBU por su nombre en inglés (Airway Mask Bag Unit)– que en casos de emergencia médica se usa de forma manual para darle apoyo respiratorio a un paciente por un lapso de 48 horas continuas.

«Se trata de un sistema simple, que emplea un motor para accionar un mecanismo que comprime la bolsa de ventilación manual, en el que los parámetros ventilatorios que se controlan son la frecuencia respiratoria, la presión inspiratoria, el tiempo inspiratorio y la presión positiva al final de la expiración», indicó el organismo de tecnología industrial. «Todo elemento en contacto con los gases del paciente es de grado médico y permite la colocación de sistemas de filtros HEPA entre el tubo traqueal y el dispositivo, de forma que el aire exhalado por el paciente esté libre de COVID-19», añadieron.

Estos respiradores no suplantan a los de alta tecnología, pero son importantes para complementarlos, sobre todo ante un eventual pico de la pandemia.

La iniciativa fue coordinada por el Ministerio de Desarrollo Productivo y el INTI, una vez instalado el virus en el país y decretado el aislamiento social preventivo y obligatorio. Participan, asimismo, cinco pymes dedicadas a la producción de insumos de equipamiento en salud que tendrán a cargo la fabricación una vez superados los controles, y tecnólogos del Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa (CITEDEF), de Fabricaciones Militares y de la Facultad de Ingeniería del Ejército

Los componentes de estos respiradores son íntegramente de origen nacional y se podrán fabricar hasta doscientos por día. Desde el INTI calculan que podrán entregar alrededor de 5.000 respiradores mensuales.

Rubén Geneyro, titular del INTI, explicó que el proyecto resultó de fusionar el trabajo del MIT con «un grupo de empresas que tenían una vinculación importante con el INTI, para trabajarlo en conjunto». «El hecho destacado es hacer la automatización de una bolsa de ventilación manual, que se usa en general para casos de emergencia en los hospitales, hacia un prototipo mecanizado controlado en forma electrónica», remarcó en declaraciones al canal C5N.

En cuanto a la financiación, el proyecto fue seleccionado por la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación, en el marco de su convocatoria a proyectos asociativos (FIT COVID19), lo que implicó un aporte no reembolsable superior a 12 millones de pesos y otro de 7,6 millones de las empresas.

Desde la Agencia que preside Fernando Peirano señalaron que «el proyecto resulta atractivo desde el punto de vista técnico y social y asimismo resulta estratégico y beneficioso para el país, no solo por sustituir importaciones, sino también por brindar a la sociedad y a los sistemas de salud un dispositivo que permitirá abastecer a la demanda de respiradores durante esta emergencia de impacto mundial».

Solo restan las pruebas

El proyecto se encuentra en su fase final. Desde el INTI esperan que en los próximos días se lleven a cabo los ensayos de seguridad y eficacia de los primeros lotes producidos exigidos por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT). De ser aprobados, se comenzará inmediatamente con la fabricación.

Las pymes, en tanto, presentaron documentación técnica respaldatoria que también deberá recibir su correspondiente aprobación.

El prototipo del ventilador para cuidados intensivos ya superó el protocolo establecido por los profesionales de la salud en la Asociación de Anestesia, Analgesia y Reanimación de Buenos Aires (AAARBA) en cuanto a las prestaciones mínimas de eficacia.