A más de cinco meses de iniciada la cuarentena por la pandemia de covid-19, los diferentes barrios de la ciudad de La Plata afrontan el momento más delicado de la crisis sanitaria, ante una gestión municipal ausente en la periferia y con una actitud «flexibilizadora» en el manejo del casco urbano. Las organizaciones sociales siguen sin obtener ayuda de la Comuna y apelan a la coordinación con Provincia para afrontar los múltiples problemas acarreados por el avance del virus.
Prevención y asistencia por parte tanto de las agrupaciones populares, en conjunto con grupos voluntarios de la Universidad Nacional de La Plata, son las acciones que hoy realizan en el día a día en las diferentes regiones del Gran La Plata. Mientras tanto, la poca colaboración por parte de la Municipalidad fue lograda a fuerza de movilizaciones y protestas, como también a causa de los distintos pedidos y proyectos impulsados desde el Frente de Todos local en el Concejo Deliberante.
«La situación es compleja por muchos motivos. Ya de entrada la actitud ‘aperturista’ de Garro, principalmente, nos pone a los sectores más vulnerables en riesgo total. Las organizaciones sociales y las universitarias, junto a los recursos de Provincia, intentan tapar los baches que deja la Municipalidad con respecto a esta pandemia. Si no tenemos más casos en los barrios es porque las organizaciones sociales están laburando codo a codo», dijo a Contexto Ángel Ibáñez, referente platense de la Corriente Surge, uno de tantos sectores que coordinan el trabajo de agrupaciones y cooperativas de la capital bonaerense.
Tanto Ibáñez, como Alberto Ramírez, del Frente Carlos Cajade, y Juan Sábato, del Frente Eva Perón, se reunieron ayer con la diputada provincial del Frente de Todos Florencia Saintout para conversar sobre la delicada situación de los barrios de La Plata y articular acciones conjuntas.
«La reunión sirvió para comenzar a discutir y visualizar las políticas públicas que son necesarias en los barrios. La diputada Saintout nos dio el compromiso de gestionar ante los organismos provinciales sobre todo la posibilidad de articular demandas que tienen que ver con el hábitat, el acceso a la tierra y el trabajo de las poblaciones más vulnerables», dijo a Contexto Alberto Ramírez.
A principios de agosto se realizó un «ollazo popular» en las puertas de la Municipalidad de La Plata, impulsado por las organizaciones barriales y cooperativistas, para demandar mayor asistencia alimentaria en merenderos y comedores, hoy convertidos en los principales espacios de contención de las familias en emergencia. Asimismo, se exigió el aumento de ingresos para cooperativistas que, al día de hoy, continúan en sus tareas en pleno contexto de aislamiento por 7.200 pesos mensuales.
Mientras tanto, la preocupación persiste ante la intención de la gestión de Julio Garro de plegarse a la dinámica adoptada por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que busca habilitar el funcionamiento de polos comerciales y gastronómicos, a contrapelo de las recomendaciones que Nación y Provincia han previsto para el AMBA. El propio jefe comunal expresó semanas atrás su perspectiva de avanzar hacia una «cuarentena voluntaria» en la capital bonaerense, en pleno marco de incremento de casos de covid-19.
«En ese tipo de decisiones, nosotros lamentablemente vemos que se traducirá en más muertos, literal. Desde que se asumió esa actitud, en el casco urbano aumentaron los contagios tres veces más que en los barrios de mayor complejidad», dijo Ibáñez, y agregó: «Por ejemplo, entre Los Hornos, Altos de San Lorenzo y San Carlos, hacen juntos la cantidad de casos diarios que tiene el casco. Lamentablemente, esa inconsciencia va a perjudicar a los barrios más vulnerables, porque cuando llega no hay manera de pararlo».