“No es lo habitual dejar que algo te inunde el corazón”. Aquella tarde, al salir del Pedagógico, fueron al cumple de una compañerita y vio como Tili sacó la guitarra. Es cierto que en su casa, donde los gustos paternales se repartían entre Gieco, Vicentico o Floyd y Queen, su madre tocaba un poco. Y puede que un tío también. Pero cuando su amiguito – que “siempre fue un erudito de la música”, según recordará- se puso a tocar “Flaca” de Calamaro y se armó una ronda de ojos fascinados, a Pablo. Entonces no solo decidiría aprender el instrumento sino que sería usual pasar los recreos con este niño que ya conocía toda la discografía de Virus o de Sosa. Precisamente sería muy similar a “De música ligera” aquella canción que se sería la primera de tantas. “Ceratoso” será un neologismo para definir algunos elementos de un futuro disco que entonces no solo era futuro sino impensado. La adolescencia encontraría Pablo Agüero y Tili Duartez tocando en algunos grupitos, pero ya sobre el final de la secundaria había más ganas de armar una banda que canciones. En búsqueda de un baterista, no dudarían en “robarse” a Tincho (Martin Constantini) al verlo tocar en Puente. El fondo de su casa o quincho oficiaría hasta el día de hoy de sala para los metódicos ensayos. Aunque durante un tiempo sería Antú (Fernández Rodríguez), otro amigo de Villa Elisa, que pondría su propia casa- cuando la banda consiguió otra batería- para que los ensayos tuvieran su supervisión. La misma donde hoy maquetean con el Ableton o el Reaper.
A decir verdad, desde el principio habría otros alrededor que en cierta modo acabarían conformando un equipo: Fermín Irigoyen con su estudio El Gallinero, Gera Echeverría y sus proyecciones, Libertad Centeno y sus fotografías. (@mostravisual) . Sería cuestión de grabar para corroborar que no solo Antú debía ser parte estable sino que al tomar el bajo, Tili podía volver a su instrumento natural. Y por sobre todo, a potenciar ese dialogo entre los acordes más limpios y abiertos de Pablo con sus sonindo más filoso. Sobre ritmos acompasados y modulaciones, había estado claro desde un principio que aquello no sería un power trío tradicional- Y ya como cuarteto el pop y el indie se filtrarían en sus canciones. Lo que sí se registraría en esa foto que sabe ser un primer disco-tal como entienden- un sonido vivo. “Haciamos las canciones con lo que teníamos en la sala”, dirá Pablo.
A la par de perfeccionarse en sus instrumentos e inclusive dar clases, los cuatro pasarían muchas noches asistiendo a conciertos y absorbiendo información de otras bandas de la ciudad. Entendiendo la computadora como un terreno fértil, encararían un repertorio más selectivo y cohesionado donde lo orgánico abriría paso “acentos digitales” y un audio más procesado. A su vez, el otro que siempre habita las canciones trascendería el plano sentimental y cobraría cierto sentido social. De tal proceso se desprenden “Fa” y “Máquinas”, primeros adelantos del inminente “Las Luces”, el disco que proyecta un nuevo Buendía.
Agüero anticipa un poco el tono del material que saldrá la semana que viene: “El disco en general habla del otro. En siete de nueve temas está esa relación”. Esa segunda persona podría ser uno mismo, claro: “Creo que cuando escribir las canciones siempre estás un poco hablándote a vos. Muchas veces escribo cosas para no olvidármelas, obviamente escondidas bajo las canciones. Hay de eso estar pensando en voz alta. Y no solo del otro en el sentido de bordear al otro. No es un disco que reclame. Habla de la relación con el otro, pero no desde un lugar en el que ´yo tengo la posta´”. Y compara con el primer disco: “Las canciones fueron pensadas desde un lugar más afectivo. Por eso la mayoría terminaron siendo canciones de corazón roto o de desamor. Y en este disco, si bien siempre podes darle ese significado, el disparador fue más social y político. Todo te va a tocar personalmente. Cuando estábamos haciendo el disco tuvimos presente la frase :lo personal es político. Y por ahí las canciones plantean algo que puede ser político pero desde el lugar de uno”.
Desde los dos adelantos también se percibe un nuevo enfoque en el tratamiento musical. “´Máquinas´ es uno de los temas más procesados del disco- comenta Agüero-. La mezcla fue pensada por Fermín como más ochentaosa. ´Fa´ es un tema que fue pensando más indie o rock tranquilo con corcheas en viola, la bata en la cHancha. Pero respecto al disco anterior hay muchas otras cuestiones. Lo primero es que en el disco anterior hacíamos todas las canciones eque teníamos. En este armamos 14 temas o 15 y descartamos hasta que quedaron nueve. Hay un diferencia de elegir los tema que van mejor juntos en función de la búsqueda del sonido que vos queres”.
“Siempre nos costó mucho definir el género o estilo- reconoce el cantante- El primer disco es muy dificil. Porque son canciones un poco atípicas por los ritmos irregulares, las armonías. Este segundo disco es un poco más fácil”. Y explica el trasfondo: “Antes de armarlo estábamos escuchando bandas de la Plata. Salíamos a ver los cuatro juntos. Eso nos dio más panorama. También bandas como Huevo, Marilina Bertoldi. Veíamos y nos dábamos cuenta qué escuchaba la gente, qué estaba escuchando la gente. Más allá de que el género sea o no parecido te sirve”. Así es que en el futuro album, “entra lo digital, lo cuadrado, lo más limpio. Es rock, es canción y tiene un lado digital. Varios de LO temas tienen acentos digitales que fueron pensados en la maqueta, que no te da el armado en la sala. Tiene influencias medio ´ceratosas´, no como imitación, pero estuvo presente. Hay algunos guiños en las letras inclusive, que el que es muy fan”.
Con 22 años de edad, refuta cierta idea instalada sobre el rock como música pasada. “Creo que no hay que pensarlo como generación. Hay mundillos en la música. Hay un mundillo armadísimo del tecno, del rap, otro el rock. Se desarrollan independientemente. Nosotros no sé…habremos escuchado esa música más de pibes. Pero esa cuestión de que el rock está muriendo no la creo. Porque hay lugares en que está intacto. Sí hay una cuestión del rock un poco más digital, como Marilina. Hay mucho de eso. El rock no tiene por qué ser algo clásico, se puede renovar un montón fusionándolo. Me parece que hay mucho para explotar”.
(Ph: Libertad Centeno)