Por Ramiro García Morete
El abogado repasa “la historia detrás de las denuncias contra el Estado por violaciones de derechos humanos”. Hoy las 17:30 será presentado junto a Estela Carlotto y Fabián Salvioli, con trasmisión por Youtube.
“No existe un estado que no viole los derechos humanos. Sería ilusorio. Eso no pasa…Pero hay que poder lidiar y resolverlo. Y reparar a las víctimas”. Se sabe que tiempos, dinámicas y factores que operan dentro de la Justicia no deben ser interpretados linealmente. Un caso puede tener lugar durante un gobierno, reposar diez años en la justicia nacional y luego llegar a la Corte Interamericana durante otra gestión. Y que más allá de políticas generales, no todos los funcionarios de un gobierno actúan igual. También se sabe que si bien es la marca más trágica de nuestra historia reciente, las violaciones de Derechos Humanos trascienden a la última dictadura cívico militar. Y que además su especificidad, detrás de cada sentencia hay personas e historias. Con estas premisas, más de 350 entrevistas y 44 casos paradigmáticos ordenados cronológicamente y en un lenguaje comprensible, Sebastián Rey presenta “La Argentina en el banquillo. La historia detrás de las denuncias contra el Estado por violaciones de derechos humanos”. Un material más histórico que jurídico sobre las denuncias realizadas contra la Argentina ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos entre 1976 y 2020 como marco. Desde la perspectiva del tiempo y la investigación, Rey ofrece un enriquecedor repaso sobre la materia en los últimos 40 años, a partir de las decisiones que se adoptaron tanto a nivel nacional como internacional, evaluando el contexto en el que se dictaron y los cambios normativos y de prácticas que generaron. El abogado , Magíster en Derechos Humanos y Doctorando en Derecho –además de docente en distintas universidades- presentará el libro hoy a las 17:30 junto a Estela Carlotto (Presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo) y Fabián Salvioli (Ex integrante del Comité de Derechos Humanos, ONU). La actividad –que forma parte de la Jornada Internacional de Derechos Humanos organizada por el Instituto de Derechos Humanos · UNLP- es gratuita y se transmitirá por por el canal de Youtube del Instituto: https://www.youtube.com/channel/UCVFwBZzvg6jyy2Z2QwJg9fg.
El hecho de abordar la historia reciente, pero con cierta distancia ofrece una nueva mirada: “Por supuesto –asiente Rey-. El caso paradigmático es La Tablada, que analizo en el libro- Cuando ocurrieron los levantamientos a fines de los 80, recordá que eran ´parias´, nadie quería apoyarlos. Todos los organismos de DD.HH. lo cuestionaron y consideraron ataque a la democracia. Después la Corte Interamericana les dio la razón de que los habían torturado… Las décadas hicieron que pasaran de victimarios a víctimas”.
Adolfo Pérez Esquivel, Estela Carlotto, Graciela Fernández Meijide, Jorge Fontevecchia, Horacio Verbitsky, Raúl Zaffaroni, Ricardo Gil Lavedra y Santiago Cantón son algunos de los entrevistadxs por el autor. Y entre los temas que se analizan están las denuncias de los crímenes de la Dictadura Militar, la defensa de la libertad de expresión, el ataque al Regimiento de La Tablada, las muertes de Bulacio y Menem (hijo), el Triple Femicidio de Cipolletti, el crimen del Subcomisario Gutiérrez y la “Aduana Paralela”, el secuestro de Macri, la “Maldita Policía”, y la Ley de Cupo Femenino.
“Hay muchos temas diferentes. Obvio que los primero casos son durante la dictadura y luego los casos de esa etapa que recayeron ya en democracia. Hay que entender que el sistema de proyección internacional actúa una década después de que la justicia nacional no de respuesta. Durante el menemismo se trataban casos de la dictadura y ahora la mayoría son de la era de Menem”.
Por eso no es fácil asociar linealmente la gestión y postura de DD.HH. de cada gobierno con los procesos judiciales. “Uno tiene que hacer análisis. Es bastante sencillo resolver para un gobierno porque le echando la culpa a al anterior. No es que está resolviendo sus propios problemas. Son dos o tres gestiones para atrás. Esas distancias facilitan los reconocimientos o las soluciones amistosas con la víctima”. Sin embargo, “más allá de eso lo que puede ver cuál fue la relación con la Comisión Interamericana y la Corte Interamericana y las reacciones en el poder judicial. La dictadura ni contestaba. Alfonsín tuvo una posición conciliadora y aprovechó para sancionar leyes de reparación. El gobierno de Menem, a pesar de su relación con EE.UU., no tuvo un vinculo tan malo como se cree y logró acuerdos con la victimas. La relación de De la Rua fue muy tirante. Recordemos la huelga de hambre de los presos de La Tablada”. Rey no tiene dudas de que “el momento de Néstor fue el de mejor relación”. Pero volviendo al complejidad de cualquier análisis, sobre el final del Kirchnerismo “Chavéz estaba con mala relación con la OEA. Eso repercutía en los DD.HH. Como en ese momento se movían en común varios países, impactó en Argentina. La última etapa fue muy tirante”.
Respecto al macrismo y la oleada conservadora pone como ejemplo cuando en el caso Fontevecchia la Corte sostuvo que la Corte Interamericana de Derechos Humanos no puede revocar sentencias del Máximo Tribunal argentino, sentando un precedente alarmante. “Cosas que creíamos saldadas…se volvieron veinte años atrás. Con los Derechos Humanos la lucha es día».
El autor cierra aclarando que “no es un libro clásico jurídico donde se analizan sentencias. Se trata de visibilizar, que había detrás de cada caso y darle micrófono a esas personas que a veces toman forma de numero o iniciales y se desconoce la historia detrás”. Rey menciona casos como el de Leonardo Forneron, cuya hija de una relación casual fue dada en adopción y a pesar del ADN, pasaron trece años hasta que la Corte Americana diera la sentencia. O el caso de Sandra Chávez, mujer acusada de matar a su esposo en un procedimiento lleno de abusos y disparates como llamarla “viuda alegre”. “Íntimamente creemos que todos las violaciones de DD.HH. están ligados con la dictadura y ya no es así. Si bien ocupan un lugar importante, las democracias ya tienen otras violaciones. Libertad de expresión, violencia institucional, derechos sociales. Todos los gobiernos, de cualquier signo. No existe un estado que no viole los derechos humanos. Sería ilusorio. Eso no pasa…Pero hay que poder lidiar y resolverlo. Y reparar a las víctimas”.
El libro puede obtenerse a través de ww.bajalibros.com