En Colombia, los asesinatos de líderes sociales, defensores de derechos humanos, dirigentes políticos y firmantes del Acuerdo de Paz se han vuelto cotidianos. Sectores de ultraderecha (dentro y fuera del gobierno) han atacado de manera sistemática al proceso de paz y han buscado sabotearlo por todos los medios. A eso se suman la inacción del gobierno y el discurso violento de grupos políticos que han construido su poder en base a la guerra, la violencia y el terror.
En ese marco, el pasado jueves 19 de noviembre se conoció un comunicado del grupo autodenominado «Águilas Negras». En el panfleto que fue reproducido por varios medios el grupo, supuestamente paramilitar, amenaza a dirigentes políticos, periodistas y líderes sociales. Además, expresan su apoyo a quien es el mayor símbolo del violento discurso político contra la paz de Colombia: el expresidente y ex senador del partido Centro Democrático, Álvaro Uribe Vélez.
Entre los dirigentes amenazados aparece el referente del partido Colombia Humana, Gustavo Petro, quien señaló en Twitter: «esta amenaza de muerte proviene de un grupo que ya decidió acoger las tesis de Álvaro Uribe Vélez y aplicarlas de forma armada. Es el uribismo armado».
A pesar de la violencia, los crímenes y las amenazas, la gran mayoría de los colombianos no se resignan ante quienes quieren acostumbrarlos al horror. Por ello, Contexto dialogó con Iván Cepeda, senador del Polo Democrático Alternativo, reconocido militante de derechos humanos y uno de los referentes amenazados por las Águilas Negras.
El senador Cepeda habló sobre las amenazas de ese grupo presuntamente paramilitar, sobre el intento del expresidente Uribe de entorpecer el accionar de la Justicia y sobre el ataque al proceso de paz.
Aseguró: «El exsenador Uribe, luego de un largo proceso judicial, ha adoptado la estrategia de atacar, de manera implacable, a través de toda clase de calumnias y desacreditaciones, a todos los jueces de la república que lo investigan. De igual manera, intenta desacreditarme como víctima reconocida en esos procesos (por los cuales Uribe está siendo juzgado). Esa campaña no ahorra ni recursos ni métodos muy sucios para despertar toda clase de sentimientos adversos en contra nuestra».
«En una sociedad en la que existe un ambiente de violencia política, esos llamados e incitaciones a la violencia tienen efectos, como lo son las amenazas del grupo que se hace llamar «Águilas Negras», pero del cual no se tiene noticias de su existencia, así que puede ser que ese nombre sea utilizado por toda clase de sectores de extrema derecha o, incluso, sectores provenientes de las propias fuerzas militares, para actuar contra quienes defendemos la paz y reclamamos la justicia en este proceso por soborno y fraude procesal por el que se investiga a Uribe», sostuvo el senador.
Cepeda explicó que estas amenazas «no aparecen en el escenario como un hecho aislado. Aquí, desde hace cuatro años se ha lanzado una campaña para atacar y destruir el proceso de paz. Ese ataque tienen múltiples expresiones: el asesinato de cientos de líderes sociales que reclaman la implementación del acuerdo, el ataque y asesinato de quienes firmaron el acuerdo paz (ya son 242 exguerrilleras y exguerrilleros asesinados) y el ataque a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), que es el organismo que debe garantizar la justicia».
«Hay que tener en cuenta que en estos cuatro años no solo se ha incumplido el Acuerdo de Paz, sino que también se han perpetrado ataques perversos en su contra», concluyó el senador.