El intento de Juntos por el Cambio de desacreditar al gobierno mediante la cacería de brujas iniciada alrededor de la campaña de vacunación no hizo más que sacudir las propias irregularidades en el manejo de las vacunas dentro del gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Las denuncias por acuerdos de Horacio Rodríguez Larreta para favorecer privilegios a prepagas y obras sociales dejaron al desnudo las mismas corruptelas que la coalición intentó adjudicarle al oficialismo.
El martes pasado, el jefe de gobierno porteño fue denunciado junto a su ministro de Salud, Fernán Quirós, acusados de entregarles dosis de la vacuna contra la covid-19 a algunas obras sociales y medicinas prepagas para uso exclusivo de sus afiliados. Al mismo tiempo, fueron señalados por la presunta vacunación a militantes de Juntos por el Cambio en una asociación vecinal de Parque Chacabuco cuya referente es una dirigente radical. Tras el sorteo pertinente, las presentaciones judiciales recayeron en el Juzgado Federal Nº 4, a cargo de Ariel Lijo.
La causa, que es señalada como una maniobra de «privatización» de las vacunas, fue impulsada por la abogada laboralista Natalia Salvo, quien apuntó al jefe de gobierno porteño y al titular de Salud por «privatización del acceso a la vacunación contra el coronavirus» debido a «los contratos con prepagas y obras sociales, a las que se les entregó dosis para el uso exclusivo de sus afiliados».
«Lo que se supone un programa equitativo que proteja a la población terminaría siendo un negocio de privados por exclusiva responsabilidad de los funcionarios de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que deciden que las vacunas sean ‘solo para socios’», expresó Salvo en su denuncia.
Como si esto fuera poco, la medida por la que Rodríguez Larreta ahora es acusado fue justificada por el mismísimo ex presidente de la Nación, Mauricio Macri. El ex jefe de Estado sostuvo en declaraciones públicas que el manejo de las vacunas es «justo y equitativo» y no representa delito alguno. «Quiero manifestar mi apoyo a Horacio y al plan de vacunación del Gobierno de la Ciudad, que es transparente, justo y equitativo. Todo lo contrario de los casos de avivadas y favoritismo que vimos en estos días», expresó Macri a través de las redes.
La maniobra de Larreta cobró visibilidad especial tras el desarrollo de una feroz campaña mediática y política de Juntos por el Cambio en busca de deslegitimar al oficialismo en torno al manejo del plan de vacunación. No obstante, las operaciones de la coalición opositora no pudieron detener el avance del plan que, en provincia de Buenos Aires, tuvo 30.000 vacunados solo durante el día miércoles.
El propio gobernador bonaerense, Axel Kicillof, decidió enviar un fuerte mensaje a la oposición en torno a la causa desatada alrededor de Larreta y Quirós. «No tenemos en la provincia vacunatorios ocultos ni privatizados. En la provincia no hemos privatizado la vacuna», dijo el mandatario, y agregó: «Trataron de sembrar en la cabeza de la gente que las vacunas eran veneno, y eso lo vencimos, tenemos más de 3 millones de inscriptos en la provincia y a medida que van llegando las dosis, vacunamos».
En tanto, la denuncia que ahora pesa sobre el gobierno de CABA tomó tal trascendencia que la ONG Amnistía Internacional decidió intervenir y realizar un pedido de información. El organismo internacional pide «mayores detalles sobre la asignación de dosis» de vacunas contra la covid «a entidades privadas de salud», a raíz de la denuncia sobre una presunta «privatización» de la campaña de vacunación en el distrito.