Por Ramiro García Morete
“Quiero vivir mientras la gente pareciera haberse tirado a dormir”. Serían las tres o cuatro de la madrugada. Como otras medianoches -momento en que se descuelga el traje de padre- seguramente había perdido la noción del tiempo con la Gracia de cuerdas de nylon que compró veinte años atrás al llegar de Bragado. Pero ahora estaba ahí, en la terraza del edificio, “solo con las nubes desfilando en el cielo”. Y “todas las luces de los edificios que se veían desde la terraza estaban apagadas. Sentí paz y armonía y también soledad y tristeza”. Con el mundo atado a la pandemia, él tampoco atravesaba un gran momento y ya comenzaba a preguntarse “por el sentido de todo”. Aunque reconocerá no sin humor: “Soy una persona feliz pero también soy el rey del drama”. Y en esa conjunción de emociones, variadas e intensas, surgiría la primera de varias canciones en un repertorio igualmente variado e intenso.
Con recursos técnicos limitados pero compensados por la inventiva, determinación y alguna pequeña ayuda de sus amigos, volvería a prender su computadora EXO “de la época del reloj de arena” para volcar un puñado de canciones urgentes y eclécticas, cuyo tono doméstico para nada es displicente sino cálido y dedicado. Las experimentaciones con el chill-hop y los beats servirían para darle nuevos recursos a un pulso cancionero marcado por Silvio y por Charly, pero con una atmósfera que remite a experiencias como “El Salmón” o “La mañana del aviador”. “Paloma negra” es lo nuevo de Joaquín Rodríguez o Elmuditoantisocial. Lo-fi, pero alta fidelidad emocional, atravesando distintos estados y apuntando siempre a la canción. Esa pequeña chispa que mantiene encendida su esencia bohemia y las ganas de vivir cuando mucha gente -no importa si de noche o de día- pareciera haberse tirado a dormir.
“En mi rutina diaria, además de las cuestiones domésticas, hay una pausa exclusivamente dedicada a la inspiración -introduce Rodríguez-. Tomar notas constantes sobre algún acorde o frase que surja… A veces esa pausa no dice nada y ese día duele como un día perdido, pero a sabiendas de que mañana iré por más. Así fui forjando un camino, un hábito, un oficio”. Y al parecer, la inspiración lo encontró trabajando. “Todo empezó tímidamente, pero en un abrir y cerrar de ojos apareció el sacudón y no paré de escupir canciones. La inspiración heavy pateó la puerta. Ya estaba dentro de casa y no quería dejarla ir”.
“Debería hacer un video de cómo es que grabo, produzco y mezclo las canciones -comenta sobre sus métodos-. Mis recursos tecnológicos son escasos. Y además mi conocimiento es a base de tutoriales en YouTube y perlitas que uno encuentra en las redes”. Y cuenta: “Desde que empezó la cuarentena me puse como objetivo grabar lo que vaya surgiendo y hacer lo mejor que pueda con lo que tenga a mano. Esto puede jugar en perjuicio mío porque el producto final tal vez no sea agradable para el oído que no está en busca de cosas nuevas o proyectos autogestivos. Pero eso es un desafío que estoy dispuesto a afrontar y disfrutar. Cuando el producto está terminado me siento realizado y con ganas de emprender proyectos nuevos, y en estos tiempos esas sensaciones son valiosas”.
Sin embargo, esas supuestas limitaciones no dejan de representar una estética, doméstica y nocturna: “A las 00, cuando ya casi todos en casa duermen, es el momento de la pausa en donde me pongo de lleno a trabajar en estas cuestiones. El placer que me produce es tal que pierdo noción de la hora y es ahí cuando temo… Porque la vida en casa arranca temprano y el cuerpo o la cabeza no quieren arrancar. Pero nadie dijo que esto iba a ser fácil. Así que ajo y agua, como decían en mi pueblo”.
“Cuando mencionás a El Salmon y el gran Moretti, podría decir que todo eso está en mi espíritu aventurero de antaño, cuando llegué a La Plata buscando lo que no encontraba en otros lugares. Quizás eso se deslice en este disco. Pistas simples, guitarras sin tanto adorno, la voz con deficiencias, melodías tristes en casos. Yo creo que cada momento tiene su ritmo, su soundtrack. La música es una sola. El resto son tonteras que nos quieren hacer creer”.