Por Leandro Gianello
El pedido de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner al ex mandatario brasileño Luiz Inácio “Lula” Da Silva para que interceda a favor del ingreso de Argentina al BRICS, el bloque de países emergentes conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, abre un nuevo paradigma geopolítico para balancear el poder de las potencias centrales. «Lula debe ser embajador para que Argentina ingrese al BRICS», indicó la Presidenta durante un acto en José C. Paz que compartió con el ex presidente y con el candidato presidencial del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, aunque la expresión, que cambia el panorama de hace un año respecto a ese bloque, no pareció calar muy hondo en la agenda mediática.
Juan Manuel Karg, politólogo, analista internacional e investigador del Instituto Gino Germani de la UBA, del Centro Cultural de la Cooperación y del CONICET, explicó a Contexto que “el pedido de Cristina Fernández de Kirchner para que Lula Da Silva oficie de embajador del ingreso argentino a los BRICS presupone una línea de continuidad con lo acontecido en 2014, cuando comenzó el debate sobre las potencialidades que agregaría al BRICS el ingreso de otro país latinoamericano”.
En tanto, el doctor en Ciencias Sociales Pablo Nemiña, investigador en la UNSAM, CONICET y FLACSO, consideró que el pedido público de Cristina a Lula y su aceptación por parte del ex presidente “es un cambio claro en la política exterior e interior de nuestro vecino estratégico”, a quien ahora la incorporación de un segundo país latinoamericano lo fortalecería.
La nueva posibilidad de una integración al BRICS significaría, para Karg, «una noticia positiva para América del Sur, visto y considerando que, sumando las poblaciones de Argentina y Brasil, se integrarían casi 250 millones de sudamericanos a esta importante herramienta multipolar que actúa con fuerza desde su creación, en 2009”.
«Es una noticia positiva para América del Sur, visto y considerando que, sumando las poblaciones de Argentina y Brasil, se integrarían casi 250 millones de sudamericanos a esta importante herramienta multipolar.» Juan Manuel Karg.
«Argentina, además, aportaría al bloque dos pujas importantes en el contexto geopolitico: el litigio contra los fondos buitres y por un marco normativo internacional que prevenga este tipo de ataques especulativos”, destacó el politólogo.
Otra de las posibilidades que abriría la incorporación del país al bloque internacional se reflejó en la fotografía que Lula se tomó, ladeado por Cristina y Scioli, en la que sostenía un cartel con la imágen de las Islas Malvinas junto a un pedido de diálogo al Reino Unido. En ese sentido, un eventual ingreso al BRICS actuaría en forma contundente en la balanza internacional, presionando a “favor de reanudar el diálogo con Gran Bretaña en relación con la soberanía de las Islas”, detalló Karg.
«Si bien el momento político y económico que viven los países de los BRICS es por demás complejo fruto de una crisis internacional que se ha trasladado de las potencias a los países emergentes, esta importante herramienta se vería fortalecida y posiblemente repotenciada con un hipotético ingreso argentino”, concluyó el analista.
Por su parte, Pablo Nemiña recordó que el ingreso de Argentina a ese bloque internacional “ya había sido propuesto algunos años atrás, poco antes de una cumbre por Rusia, pero el pedido se diluyó en una invitación a todos los países del Cono Sur porque, extraoficialmente, Brasil no veía con buenos ojos la inclusión de otra nación de la región”, apuntó Nemiña a Contexto.
De cualquier manera, el investigador consideró que “hay que ver si la situación planteada expresa una decisión política respaldada por los factores determinantes del Gobierno brasileño”, como puede ser el partido oficialista, los poderes legislativos o el sector empresario del vecino país, añadió Nemiña.
“Este pedido abre una nueva puerta para Argentina”, aclaró, y subrayó que, de concretarse, se caminaría hacia una mayor presencia de América Latina en el concierto internacional y el afianzamiento del camino hacia un mundo multipolar.