Mientras presiona para aprobar el controversial Código de Convivencia que afectaría -entre otros puntos- el trabajo de vendedores ambulantes y cartoneros, Julio Garro arremete contra este sector desde los medios de comunicación. El intendente de La Plata volvió a victimizarse en declaraciones recientes para justificar el recrudecimiento de controles sobre la tracción a sangre, y adjudicó el conflicto a los propios recicladores.
«A todos los que son cartoneros y andaban con caballos en la calle, les pedimos reemplazarlo por una moto que nosotros le damos. Se hace difícil que lo acepten», fueron las declaraciones de Garro, en el marco de una entrevista radial transmitida este miércoles. Cabe destacar que la utilización de tracción a sangre en el trabajo de reciclaje es uno de los puntos sobre los que el nuevo Código de Convivencia que impulsa la Comuna busca aumentar las penalidades.
El capítulo VIII de esta normativa establece normas de «convivencia responsable con animales», con la prohibición en el artículo 229 de la «tracción a sangre». El proyecto establece penas de hasta 136.500 pesos «y la realización de un curso de cuidado animal con una carga horaria de 8 horas». Asimismo, el Municipio mantiene una larga campaña de decomiso de caballos dentro del sector de cartoneros y carreros, sin ofrecer ninguna alternativa a cambio.
«El Municipio parece que a veces no se acuerda, pero estamos haciendo nuestro trabajo. Ojalá el Municipio nos diera más recursos y más puestos de trabajo. Ojalá nos llamen para conversar», expresó Marisa Cantariño, promotora ambiental del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) en La Plata, sector que nuclea al sector cooperativo de cartoneros y cartoneras en el Municipio.
«A nosotros en ningún momento se nos contó que Garro estaba ofreciendo motos para el trabajo que hacen los compañeros y compañeras todos los días para llevar un plato de comida a la casa. Nosotros siempre estamos abiertos al diálogo, debe haber algo ahí que no ha funcionado, o se olvidaron que estamos nosotros, para comunicarnos eso», dijo Cantariño, quien desmintió las afirmaciones de Garro.
«Hace más de tres años que venimos haciendo un servicio al Municipio con el trabajo puerta a puerta, en postas, trabajando con carritos en mano. Esos puestos iniciales de trabajo fueron por dejar el caballo. El cartonero quiere evolucionar, mejorar su trabajo, un trabajo que es esencial y beneficia el medio ambiente», aclaró la referente del MTE.
«Nosotros cambiamos la tracción a sangre animal por la tracción a sangre humana. Y lo hacemos contentos porque todos los días los vecinos y vecinos están muy contentos con el trabajo de los cartoneras y cartoneros, ahora llamados recuperadores», añadió.
Una de las primeras avanzadas de la gestión de Julio Garro sobre los cartoneros tuvo lugar a mediados de 2019, cuando la Municipalidad secuestró unos ochenta caballos utilizados para la tarea. Desde entonces, los trabajadores del sector comenzaron un paulatino reclamo de recursos para reemplazarlos, hasta el momento desatendido por el jefe comunal.