La profecía del Apocalipsis estaba alcanzando su clímax aquel pegajoso 31 de diciembre de 2012. Si los mayas no erraban la puntería, era el último día de la humanidad tal cual la conocemos y en la calle, en la radio, en la carnicería, la gente fantaseaba con un final estrepitoso, cinematográfico. Cristian, en cambio, tenía bastantes más problemas que ese: una novia lejana, un suegro sorete, un amigo lelo, una banda de rock que parecía no articularse con su vida y un lechón por recuperar horas antes de la cena de fin de año.
El Lechón, dirigida por Germán Greco y Conrado Taiana, además de un largometraje de aventuras atravesado por el humor y el absurdo, es también la cristalización de una joven generación de realizadores que en La Plata viene logrando un aporte de gran valor. Junto a su productora, Brazo Armado Cine, se han cargado algunos de los mejores trabajos del último tiempo -desde el video «Bosque de faso» de Damián Fredes y Os Cogos hasta «Creo que te amo», la película de los 107 Faunos- con creatividad, calidad y mínimos recursos. «Esto es lo que menos plata nos deja y lo que más tiempo nos saca. No nos fuimos de vacaciones para hacer esta película», dice Greco, que junto al equipo reclutó a un buen número de músicos y amigos que participan del elenco, entre integrantes de Las Culebras, Mostruo!, normA, The Hojas Secas y El Mató. «La necesidad es la de contar nuestras historias, queremos filmar películas».
«Pusimos el relato por encima de las capacidades técnicas, que es lo que distingue la película del cine más experimental o de vanguardia»
Para El Lechón, además, se asociaron con Del Indie Cine, productora del director y guionista Pablo Siciliano -también cantante de Indiana-, cerrando un clan equilibrado. La película, completamente filmada en la ciudad -con un gasto total de 25 mil pesos- acaba de ganar el premio al mejor largometraje en la categoría «La Plata filma» de la reciente edición del FESAALP, el clásico festival de cine latinoamericano con sede en nuestra ciudad. «Es una comedia muy bien planteada, con buen ritmo y un torbellino de situaciones descolocadas. El escenario y anclaje en los espacios platenses es otro de los destacados de esta comedia que revaloriza al género», fue la justificación del jurado.
¿La intención inicial fue hacer una comedia?
Todo el mundo dice que es una comedia… El Lechón es una película que tiene gags, que tiene chistes y desarrollo de personajes graciosos, pero nosotros la consideramos básicamente una película de aventuras. Queríamos que sea algo divertido. Estamos en una posición opuesta a lo que es tradicionalmente una escuela de cine, de un festival, de hecho no nos han elegido mucho justamente por eso. No es habitual ver este tipo de realización, más popular, pero sobre todo más divertida, y no algo tan experimental de un estudiante de cine.
Hacer una película de aventuras no parece asunto fácil: tiene que tener acción, lograr tensión…
Sí, realizativamente y en la puesta en escena es una película que va en función del relato, sencilla de filmar: no hay planos complejos, planos secuencias o tomas difíciles porque no se justificaba. El presupuesto y los tiempos tampoco nos daban para experimentar mucho en ese sentido. Sobre la superficie de la película lo que hicimos fue que esté el relato por encima de las capacidades técnicas, que es lo que la distingue del cine más experimental o más de vanguardia, el cine sofisticado de festivales.
Hay muchos músicos dentro del elenco, ¿cómo fueron cerrando el casting?
Siempre supimos que el protagonista era Gastón [Markotic], que está en todas las escenas menos en una y al mismo tiempo es productor de la película. Después todos los que son jóvenes, sub 35 o 40, son amigos y conocidos, gente que siempre nos dice que quiere actuar. Manu [Sánchez Viamonte, guitarrista de El Mató] quería participar y cuando empezamos a escribir el guión con Pablo dijimos «el Virgo tiene que ser Manu», que es bastante parecido. El personaje que hace Finocchi [de Mostruo!] también medio que fue pensado para que lo haga él y fue genial, porque se lo mostramos y ni ensayó.
Es una película muy localista, por sus actores y lugares en donde se rodó, ¿creés que puede perder efecto por fuera de La Plata?
Todavía no tuvimos la experiencia de mostrarla afuera de la ciudad, pero que creo que si bien es una película que nos identifica por la vida que llevamos -porque conocemos los lugares y a la gente que participa-, queríamos que sea algo universal. Si bien es re localista, creo que si la ve una persona de otro lugar no queda afuera de ese mundo que se está construyendo. Ojalá que eso no sea una traba a la hora de mostrarla.
¿Cuánto les sirvió todo el trabajo de videos que vienen haciendo con bandas?
Esa fue la verdadera escuela para nosotros, porque la facultad la hice pero lo mejor que saqué fueron mis amigos. Aprendimos haciendo videos y juntándonos con los que nos teníamos que juntar. Nos vamos complementando entre todos, creo que es el mejor modo de aprender. En la facultad no tuvimos mucha práctica y la orientación no es buena, es todo muy solemne y teórico, y a la hora de filmar no sabés dónde poner la cámara. Es algo medio instintivo y te vas haciendo solo.
¿Y cómo fue ver la reacción de la gente durante la proyección en el festival?
Está buenísimo volver a ver la peli con público. Hay cosas que nunca las pensamos como graciosas pero la gente va entendiendo los personajes y les causa gracia, se ríen mucho. Y por ahí pusimos dos o tres chistes con los que nunca se rió nadie y para nosotros son buenísimos.
*El Lechón se proyecta mañana viernes 25 de septiembre en el marco del festival Otra Ventana en el Olga Vázquez (60 e/ 10 y 11). 19 hs.