Por Maximiliano Ceci
“’Detrás de cada reclamo, hay una injusticia’, dijo Evita, y así lo entendieron los compañeros que hoy recordamos con este monumento. Ellos pelearon por el boleto, sin armas, con los lápices que hoy siguen escribiendo. Cada vez que pasen por esta esquina, recuerden que acá hay un monumento que simboliza la vida, el amor y la lucha”, dijo este viernes al mediodía Agustín Cerdá, vicepresidente del centro de estudiantes del colegio industrial Albert Thomas de La Plata.
La frase fue en el marco de la inauguración del Monumento a la Lucha Estudiantil en la esquina de 1 y 58. Del acto participaron además Estela de Carlotto, presidenta de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, Adelina Alayes, miembro de Madres de Plaza de Mayo, y el intendente Pablo Bruera.
“Para nosotros es muy importante, ya que nos llevó cinco años de trabajo. Hoy, con el apoyo de la Municipalidad, pudimos terminar el primer monumento de la ciudad que conmemora la lucha estudiantil y que nos permite reivindicar el Nunca Más”, agregó a Contexto Cerdé, en referencia a la obra diseñada por Sergio San Martín, ex alumno y actual estudiante de diseño gráfico.
Un cubo de hormigón macizo, rodeado de cadenas oxidadas, muestra la opresión que se vivió durante la dictadura. De esta base florecen seis lápices de colores, punzantes y vitales como la lucha estudiantil de los jóvenes secuestrados por las Fuerzas Armadas. “Cada lápiz representa a cada uno de los seis estudiantes que aún siguen desaparecidos, es decir, Claudia Falcone, Horacio Ungaro, Francisco López Muntaner, María Clara Ciocchini, Daniel Alberto Racero y Claudio de Acha”, explicó Cerdá.
“Este monumento va a ser el símbolo de estos jóvenes que se enfrentaron y se opusieron con sus vidas a un proyecto económico feroz”, dijo Carlotto, quien se mostró emocionada por su relación con el establecimiento.
“A veces, por minimizarlo, dicen tonterías, pero no es cierto, tenemos la juventud más maravillosa de todos los tiempos. Chicos que saben lo que quieren, que caminan pensando en otro, que quieren ayudar a no olvidar”, amplió.
Estela de Carlotto: «Tenemos la juventud más maravillosa de todos los tiempos. Chicos que saben lo que quieren, que caminan pensando en otro».
En el mismo sentido, Sergio Figuereido, director del colegio, en diálogo con Contexto expresó: “Nosotros tenemos centro de estudiantes hace mucho años y tratamos de apoyarlos en todas la iniciativas que ellos tienen. Hoy parece fácil sacar un carnet para poder tener el boleto gratuito, pero hubo muchos chicos que murieron por eso”.
“Establecer un círculo de memoria entre esta escuela y la sociedad me parece muy importante. Felicito a las autoridades que han abierto la escuela, es un paso de democracia. Es una forma de contar la historia a nivel popular”, concluyó Carlotto en referencia a la figura que se encuentra a metros de donde funcionó un centro clandestino de detención, que empezó a operar la misma noche del golpe de 1976 y alojó al menos 183 detenidos ilegales.