Por Ramiro García Morete
De La Plata a Bariloche, el pianista y baterista presentan su primer single con reminiscencias de cool jazz: “Watching Sonha”
“La música empieza donde se acaba el lenguaje” (E.T.A. Hoffmann). Un diálogo casi accidental, dirá Calónico. Corría el verano pasado y una conversación “sobre la escena local del jazz pero también el intercambio de diversos trabajos” motivó la idea. Desde hace unos años, Tenti no solo vive en Bariloche sino que estudia exhaustivamente piano derribando algunos mitos que cree peligrosos: “Que para ser músico hay que saber música, y la otra que estudiar música es algo complejo”. Con discos como “Los Aliados” o labores como integrante de “Los Amorosos”, el músico ya había expuesto su cariz de cantautor. Pero las teclas lo harían sentir-como él mismo define- “más libre y despojado”.
Entre abril y septiembre habría “un trabajo de ida y vuelta entre Bariloche, Buenos Aires, y La Plata, donde de manera lo-fi intercambiábamos fragmentos de las posibles piezas a grabar”. Finalmente, pianista y baterista se encontrarían en una sala “para terminar de repasar, pero también re-afirmar que esa atmósfera podía llegar a funcionar”.
Con Álvaro Videla en bajo y Ezequiel Gutiérrez en corneta, grabarían los cuatro en vivo monitoreados por Eduardo Carreras en Druh. El resultado sería una pieza que remite al cool jazz, cuya atmósfera serena no resta profundidad y calidez, con espaciadas armonías de piano que dan aire suficiente para que la corneta se mueva con delicada ligereza sobre el pulso conciso de bajo y batería. “Wathching Sonha” es el nombre de este single que auspicia nuevos episodios de esta conversación llamada Tenti, Calónico et al.
“La idea en todo momento-introduce Calónico- es trabajar con el mejor audio desde la fuente de origen, y apuntar a una ejecución sólida y bien cuidada. Con ello apuntamos a mantener la frescura y efervescencia de la canción. Priorizamos el esfuerzo a la hora de tocar y dejar la pieza lo más original posible para tener una edición rápida y que suene genuina” En la quizá no muy feliz necesidad de señalar referencias o influencias, Tenti responde: “Bueno, creo que uno tiene referencias directas, en lo que respecta a texturas y formas, pero también están las indirectas. Quizás Oscar Peterson y Bill Evans sean los pianistas que más vengo escuchando estos años y eso puede influenciar un poco las armonías o recursos, pero la aventura del jazz modal que proponen Miles y Coltrane pueden llegar a ser mi fuente de inspiración más grande”. Y aclara: “Debo admitir que no soy un jazzero de primera línea, que no me conozco todos los discos de todo lo que me gusta. Voy tratando de escuchar y asimilar. Me gusta el bebop, pero también me vuelvo loco por una buena balada. Por ahora el vínculo es instrumental, pero quien sabe, quizás termine canturreando algún standard alguna vez”.
Calónico extiende conceptos sobre el vinculo que el jazz: “Por un lado se ha decidido trabajar sobre piezas originales y no sobre standards, algo que suele ser un buen inicio para cualquiera que decida abordar el género. Básicamente hicimos el camino inverso. En nuestro caso particular hemos abordado el género a través del estudio y la exploración de cada uno de los instrumentos que ejecutamos. En ese sentido, consumimos muchísima música además del jazz, que puede ir desde el be bop, tango, canción, indie, pasando por el trip hop, etcétera”.
“En lo personal, me sentí mucho más libre y despojado-cuenta Tenti sobre este perfil distinto al de cantautor-. El hecho de que sea mi primer acercamiento a la música instrumental me permite ser más expresivo de lo habitual. Por momentos tengo la sensación de que esto también me ocurrió cuando empecé a hacer mis primeras canciones. Aclaro que las canciones no se fueron, y menos que menos las letras, pero debo reconocer que cada vez pienso más el paso que voy a dar dentro de ese mundo cancioneril. Allí las decisiones son un poco más lentas y los respiros son más que necesarios, siempre”. Y Calónico aporta: “Al no contar con una línea vocal como vector de la canción, se debe trabajar sobre una proyección -y en consecuencia una exigencia- mucho mayor del resto de los instrumentos, sumado al nivel de interpretación que el género jazz supone. Lo más bello, y en el mejor de los escenarios, es poder dialogar entre todos los instrumentos durante la ejecución de la pieza”.
“Durante el transcurso del verano concluiremos otra pieza que hemos grabado en esa misma jornada y de la que pronto habrá novedades-concluye Calónico-. En líneas generales estamos muy conformes con los resultados las devoluciones que nos han hecho desde nuestro entorno, pero también desde otras latitudes donde el jazz no es consumido habitualmente y ha sido muy bien recibido. Como expresión de deseo nos gustaría seguir trabajando con esta modalidad y quizá en el transcurso de 2022 podamos tener alguna novedad en materia de continuidad del proyecto”.