Por Ramiro García Morente
«Aunque sé que a veces me escuchan pensando que soy / el mausoleo de una generación / cuyas reivindicaciones ahogó la dureza de estas décadas / y se asombran de que aún emprenda animosa el viaje / hacia corazones y lenguajes jóvenes / siga hablando del color con que vi el mundo / y lea con más gusto a unos desconocidos que a viejos compañeros / debo decirles que aprendí hace mucho / que no hay nada más patético / que la canción del verano la canción del momento / pasado ese verano pasado ese momento». Tan personal como auténtica, la obra y la persona de Juana Bignozzi -si es que pueden separarse- difícilmente puedan clasificarse o ceñirse a una etiqueta o una época. Quizá por ello no solo se mantuvo vigente tras un largo exilio, dialogando con las juventudes de entonces. Sino que hoy, tantas décadas después, sus palabras siguen siendo revisitadas con asombro.
Un ejemplo de ello es el notable film realizado por Laura Citarella y Mercedes Halfon. «Una poeta muere -señala la sinopsis-. Otra, más joven, recibe como herencia el mandato de hacer conocer su obra. A esa tarea se suma un equipo de mujeres de cine. Ese extraño triángulo pone en marcha este film que, curiosamente, no adopta la forma de una investigación sino de un entramado aún más complejo y sutil. Previsiblemente, surgen preguntas, pero también revelaciones, momentos casi secretos de belleza y de lucidez, y una persistente incertidumbre que acaba por volverse un objetivo. A través de esas estrategias laterales, Juana Bignozzi acaba por aparecer en el film en todo su esplendor, invencible y vital: el film triunfa».
Y en ese triunfo del esplendor, la figura de Juana contiene múltiples facetas. Una, ineludible, es la de una mujer lúcida y valiente. O como dirían, «adelantada a su tiempo», si es que pudiera pertenecer a uno en particular. «Voy a la cocina y me siguen / voy al baño y golpean la puerta / me despiertan en la noche para preguntarme si duermo / llaman por teléfono en todas mis ciudades / para avisarme cuidado con el vino y la vida literaria / no he perdido padre ni tíos / ni ahijado ni amigos de juventud / por no perder no he perdido ni editor / ni ese hombre que ya sombra aún cuida mi paso en las esquinas».
Así es que, en la semana del 8M, el espacio Compás convoca a su ciclo Encuentro de Perdidas, donde la figura de Juana será central en un evento cuya programación indica Las poetas visitan a Juana Bignozzi (Laura Citarella y Mercedes Halfon), Las Picapedreras (Azul Aisenberg), YON (cortometraje dirigido por Barbara Lago) y lectura de la obra de Juana Bignozzi.
«En el marco de un mes en el que se conmemora la lucha de mujeres trabajadoras, convocando a lo que sea que una mujer sea y a quienes disienten de diversas maneras acerca de sus asignaciones sexogenéricas fugando de ellas es que nos gustaría hacer una primera celebración desde Compás», informan desde el espacio.