Durante un acto esta tarde desde El Calafate, la vicepresidenta Cristina Kirchner pidió «discutir políticas y no personas» para sacar al país adelante, cuestionó al exministro Martín Guzmán por su «irresponsabilidad política» al renunciar de la forma en que lo hizo y cargó contra los sectores del mercado que presionan con corridas cambiarias para sacar los dólares de la economía. Además, retomó temas habituales en sus últimas intervenciones públicas: la gestión de los planes sociales desde el Estado y la economía bimonetaria.
Fue luego de una semana en la que mermaron los cuestionamientos internos en el Frente de Todos. Cristina y el presidente Alberto Fernández volvieron a encontrarse el lunes en una cena, después del llamado que mantuvieron el domingo para acordar la reemplazante de Guzmán y antes de la reunión del miércoles en Olivos junto con el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa.
En su discurso, Cristina puso énfasis en construir acuerdos entre todas las dirigencias. «Si es difícil ponerse de acuerdo en las políticas, es casi imposible si situamos la discusión en términos de las personas», remarcó. «Algo a lo que tenemos que acostumbrarnos los argentinos y las dirigencias sociales, políticas, empresariales, sindicales, es a no hablar de acuerdo a la cara que más me gusta o que más me conviene, sino a números concretos. Es importante que los argentinos acordemos sobre determinadas cuestiones», acentuó.
Sus palabras fueron en el acto de inauguración del Cine Teatro Municipal de la ciudad de El Calafate, que encabezó junto con la gobernadora santacruceña, Alicia Kirchner,º y el ministro de Educación, Jaime Perczyk.
La renuncia de Guzmán
Se trató del primer acto de Cristina luego de la renuncia vía Twitter del sábado pasado del ex ministro de Economía, Martín Guzmán, mientras la vicepresidenta hablaba en el acto de Ensenada por el aniversario de los 48 años de la muerte de Juan Domingo Perón. Sobre este episodio aseguró que «fue un inmenso acto de irresponsabilidad política» y un «acto de desestabilización institucional».
«Con el mundo como está no parece bien hacerle enterar al presidente de una renuncia por Twitter. Y creo que fue un acto de ingratitud hacia el presidente. Este presidente había bancado a este ministro de Economía como nadie. ¿Se merecía eso?», agregó sobre este tema.
«Cuando se negoció con el FMI, todos los medios, todos los partidos, todo el establishment, planteaba que el ministro era racional y la postura era enfrentarnos, porque se discuten personas, no políticas», resaltó.
Para dar un ejemplo de esto último, leyó un extracto de un informe de la Unión Industrial Argentina (UIA) sobre la producción, la inversión y el trabajo industrial. Allí, la entidad ubicó como «metas» de estas variables los datos registrados durante el periodo 2008-2013.
«La UIA elevó su propuesta para los próximos cuatro años en producción industrial, empleo industrial, empresas industriales, exportaciones e inversión. En producción industrial proponen un aumento del 27 % para llegar al 2011, que fue el punto más alto. Proponen un 22 para llegar al 2012. El máximo de industrias fue en 2008, plena crisis. En exportaciones, el tipo lo tuvimos en 2011. Y la meta de inversión es de 2013. Hay que crecer en 30.000 millones de dólares para llegar a eso, y lo dice la UIA», detalló.
Economía bimonetaria
La jefa del Senado volvió sobre esta problemática que trató en sus anteriores intervenciones públicas como uno de los principales problemas para estabilizar el país. Fue luego de una semana intensa en materia financiera tras la renuncia de Guzmán, con suba récord del dólar blue, caída de bonos y acciones y suba del riesgo país.
«La brecha siempre se produce cuando hay regulación cambiaria, cuando no se deja acceder a los dólares que quieran en el mercado. Mientras vos no regulás el mercado de cambios, forman activos en el exterior; cuando se comienza a regular, salta la brecha», apuntó la vicepresidenta mientras mostraba un gráfico con el que comparó su primera presidencia, la gestión de Macri y lo que transcurrió del gobierno del Frente de Todos.
«Durante el gobierno de Macri se endeudaron primero y sacaron los dólares después. Durante mi primer gobierno los activos en el exterior eran con dólares genuinos producidos en el país. Los dos están mal, pero el de nuestro gobierno es menos nocivo. Y no se puede impedir, porque cuando lo hacés denuncian que hay cepo», advirtió.
«Si no pueden sacar los dólares que quieren del país, se comportan como adictos. Si no es por las buenas, es por las malas. Y si es por las malas, hacen estallar la economía del país», denunció la vicepresidenta en relación con quienes fugan en dólares las ganancias obtenidas en el país.
«Ayudar no es callarse la boca y esconder la mugre abajo de la alfombra»
En otro tramo de su discurso, la vicepresidenta machacó la necesidad de encontrar acuerdos políticos más allá de las fronteras del Frente de Todos para encauzar la salida de la crisis. «Ni yo voy a renunciar a mis ideas ni le voy a pedir a nadie que renuncie a las de ellos, pero tenemos que encontrar un punto de coincidencia común, sino no va a haber Argentina para nadie», afirmó.
La titular de la Cámara Alta había comenzado el discurso retomando sus críticas a la gestión de los planes sociales y poco después retomó las hechas a principios de junio al ex ministro de Producción, Matías Kulfas, por no exigir a la empresa Techint que realizara en el país la producción de los caños para el gasoducto Néstor Kirchner.
«Hoy Clarín publicó que Techint acaba de comprar por 460 millones de dólares una fábrica de caños sin costura en Lousiana, Estados Unidos, casi la mitad de los 200 millones que le dejaron sacar del país», apuntó. Y siguió: «Yo quiero ayudar, pero ayudar no es callarse la boca y esconder la mugre abajo de la alfombra. Si estoy equivocada, que me convenzan. A mí con argumentos y razones me llevan a cualquier lado; a las trompadas, a ninguno».