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Manos de la Tierra festeja su 7º aniversario

Por Florencia Abelleira

Ya son un integrante más del paisaje local las carpas blancas repletas de frutas y verduras donde los propios productores familiares ofrecen lo que cosechan en el cordón hortícola platense. Pero en 2008, los pioneros en implementar este intercambio entre quienes producen los alimentos y quienes los consumen fueron un grupo de agricultores que crearon la feria Manos de la Tierra, que hoy festeja su 7º aniversario. La jornada se realizará en los jardines de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales (calle 60 y 119), y comenzará a las 10 de la mañana con una radio abierta y finalizará a las 17 con un brindis. Habrá sorteos de canastas con productos, feria de platos y bandas en vivo.

“La idea de la feria Manos de la Tierra es poder sostener un espacio de visibilización de ese proceso muy novedoso al que dio inicio la Universidad cuando se metió en la comercialización y el espacio público”, dijo Sergio Dumrauf, investigador del Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar (IPAF), que depende del Inta.

“La idea de la feria Manos de la Tierra es poder sostener un espacio de visibilización de ese proceso muy novedoso al que dio inicio la Universidad cuando se metió en la comercialización y el espacio público”, dijo Sergio Dumrauf.

Es que Manos de la Tierra nació en 2008 de un proyecto de extensión de la Facultad de Ciencias Agrarias, que hace una década comenzó a apoyar y reunir a pequeños productores de la región golpeados por la crisis económica de 2001. Fue la primera experiencia en la que una entidad universitaria le otorgó microcréditos a productores para que pudieran continuar con sus quintas.

En 2008 se creó un Consejo de Productores, como instancia de encuentro de los distintos grupos agricultores. “Llegó a haber más de veinte grupos de productores de la zona, de Arana, de Parque Pereyra Iraola, Romero, El Peligro o Abasto”, explicó Dumrauf, también integrante del proyecto de extensión. Y aclaró que ese año se decidió crear Manos de la Tierra, evento que hoy se lleva adelante los miércoles en la Facultad de Ciencias Agrarias, los viernes en la de Ingeniería y una vez por mes en la de Veterinaria.

“Muchos de los feriantes que arrancaron con la feria hoy constituyen asociaciones de productores que les permiten acceder a políticas públicas o subsidios. No es sólo ir a vender, sino que se visibilizan y se empoderan”, subrayó Dumrauf.

El gran problema: los intermediarios

Para el investigador, el sector de la agricultura familiar se encuentra a mitad de camino de la reivindicación plena de su actividad. Durante todo este tiempo ha habido gran cantidad de políticas en función de mejorar las condiciones de los trabajadores rurales, como la creación de un Registro Nacional de la Agricultura Familiar (RENAF), del monotributo social agropecuario, la Ley de Agricultura Familiar; pero todavía faltan algunas cuestiones importantes, como la reglamentación de la ley, la creación de un banco de tierras, la búsqueda de otros canales de comercialización además de las ferias.

Por eso, el lema de Manos de la Tierra es “Del productor al consumidor”, sin intermediarios. El gran problema del sector es que “la gran parte de la renta queda en el medio. Entonces, en el planteo de la venta directa del productor al consumidor se acorta el canal de intermediación y, por ende, beneficia a ambos”, señaló Dumrauf.

el lema de Manos de la Tierra es “del productor al consumidor”, sin intermediarios, para evitar que la mayoría de la renta quede en el medio. 

Hay un proceso de concentración de la comercialización donde hoy las seis empresas de hipermercado más grandes concentran el 60% del consumo de alimentos y bebidas a nivel país. Ese proceso oligopólico es el que fija lo precios. “No hay una fijación de precios en función de los costos, sino en función de cuánto menos se le puede pagar a un productor y cuánto más se le puede cobrar a un consumidor”, agregó.

Manos de la Tierra, entonces, es una experiencia que pone en disputa otros espacios distintos, que genera otras condiciones para los productores, y también la posibilidad de construir otros consumos.


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