Se realizó anoche una nueva vigila tras 24 años de desaparición del estudiante de periodismo Miguel Bru en manos de la Policía bonaerense, en la Comisaría 9ª de La Plata.
Desde las 19 hs, familiares, amigos, compañeros, madres y padres de otras víctimas de violencia institucional, como las familias de Emilia Uscamayta Curí y de Johana Ramallo y organizaciones de derechos humanos, políticas y sociales, se hicieron presente frente a la Comisaría 9ª para preguntar «¿Dónde está Miguel?».
La radio abierta arrancó pasadas las 20 hs, con la lectura de las adhesiones y un documento elaborado por la Asociación Miguel Bru. «En estas vigilias de las que llevamos catorce, cada 17 de agosto hacemos memoria de lo que sucedió aquí», arrancó el escrito.
Luego hizo una breve reseña sobre los sucesos que padeció Miguel, los avances de la causa y la conformación de la asociación que lleva su nombre.
«Hoy la búsqueda sigue, pero se modificó el contexto. Desde que Cambiemos es el Gobierno, estamos viviendo una regresión en derechos humanos», denunció el documento. Y agregó que sería extenso mencionar «el avasallamiento y la violación de derechos humanos de este Gobierno» y que «mucho de lo que se deshace nos permite tomar dirección de lo mucho que se hizo en los doce años de Néstor y Cristina».
Al finalizar la lectura, se pidió por la aparición con vida de Santiago Maldonado, la libertad inmediata de Milagro Sala y el avance de la causa de Emilia Uscamayta Curí, la estudiante de periodismo que falleció ahogada en una fiesta ilegal que pagó coimas a los funcionarios municipales.
«Basta de represión ilegal y persecución a los sectores populares. Basta de violencia de las fuerzas de seguridad y complicidad del Poder Judicial».
Como cada año, los presentes empapelaron las paredes con la foto de Miguel y prendieron velas en el piso de la comisaría con fotos de otras víctimas de gatillo fácil y violencia estatal, entre ellos, Emilia Uscamayta Curí y Johana Ramallo, la joven desaparecida hace dos semanas.
«Queremos decirles que no olvidamos a Miguel y no olvidamos tampoco a los que lo asesinaron», sentenció Rosa Schonfeld Bru por el micrófono. Además, agradeció la presencia de todos y todas por acompañarla un año más, en el lugar donde «Miguel pasó sus últimos momentos».
Luego explicó que con el padre de Miguel tomaron la decisión de negociar con la abogada de Justo López –el principal condenado por la causa– su libertad a cambio de la información sobre el paradero del cuerpo de Miguel, porque «nosotros no queremos que esté detenido, queremos que diga dónde está y terminar con este reclamo que lleva 24 años».
También, en consonancia con el documento leído, pidió por la aparición con vida de Santiago Maldonado y aclaró que «no quisiera estar en los zapatos de la familia», que tiene que lidiar con «un Estado que no comprende lo que son los derechos humanos y por lo tanto está ausente».
Del mismo modo, reclamó por la desaparición de Johana Ramallo.
«No me va a alcanzar la vida apara agradecer lo importante que fue la lucha de los jóvenes de ayer y hoy, de la Facultad de Periodismo, por tanto compromiso, solidaridad y fuerzas que ustedes me transmitieron», finalizó.
Entre los familiares de víctimas de violencia institucional estaba presente Gumercinda Jiménez, referente de la Tupac Amaru, que viajó desde la Villa 31 para acompañar en la vigilia. Jiménez es madre de Judith, una joven de dieciséis años que en 2007 sufrió un femicidio en manos de un gendarme. «Así conocí a Rosa y a la flaca, Milagro Sala, y junto a ellas me levanté de ese pozo tan profundo, que no se lo deseo a ninguno de ustedes, porque es más feo de recorrer si sos negro, villero e inmigrante».
El femicida fue condenado gracias a la lucha colectiva de estas mujeres, porque «ellas me enseñaron a salir a luchar y pedir justicia, porque nosotras somos la voz de nuestros hijos y nuestras hijas».
Además, se refirió a Sala en su situación de presa política: «Milagro dignificó a muchísimos argentinos que no existían para el Gobierno. Un día dijo basta y se fue a luchar por estos cabecitas negras, por eso la tienen presa».
Durante la jornada de lucha también se hicieron presentes bandas de música y la Murga Conventillo Nacional.
Florencia Saintout, candidata a diputada por Unidad Ciudadana y decana de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social a la que asistía Miguel, remarcó que «no es el único día que recordamos a Miguel ni que peleamos por él, pero este es un día en llaga», e hizo extensivo el abrazo a la familia Bru.
«Este es un tiempo nefasto, una parte de este tiempo, como hace veinticuatro años, y que como antes y ahora hay una parte de la sociedad que es indiferente y esta vez además los tenemos en el Gobierno, que forma parte de esa jauría de hombres degenerados, como decía Walsh», expresó.
Y agregó que hay otra parte de la sociedad «muchísimo más grande, que sigue peleando por solidaridad, porque el otro sea un hermano», como lo fue hace veinticuatro años «la familia de Miguel, como hoy está saliendo la familia de Emilia (Uscamayta Curí), de Santiago (Maldonado), sin ningún tipo de especulación», porque «el amor siempre es entrega y poder dar algo más de lo que se tiene y se es».
«Hoy más que nunca en esa sociedad Miguel sigue siendo una presencia y un horizonte en el cuerpo, el alma y el corazón de todos nosotros», finalizó Saintout.
La causa
Este mes, Rosa Schonfeld de Bru y su familia presentarán a la Justicia un pedido basado en el «derecho a la verdad», con el objetivo de que Justo López, condenado por la causa, brinde información sobre el paradero de Miguel y reciba a cambio beneficios sobre su condena.
Por otra parte, luego de denunciar durante mucho tiempo las irregularidades del fiscal Cartasegna, pudieron lograr su destitución: «Tuvimos la suerte de que nos dieran lugar de elegir el fiscal que fuera confiable para la búsqueda de Miguel, el fiscal Martini, en el cual tenemos todas las esperanzas puestas», aclaró Rosa Bru.