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A pesar de los años y los momentos vividos

Por Ramiro García Morete

Rápido y sin vueltas, Carlo Dantón Seppaquercia pateó y a cuatro segundos del puntapié inicial concretó el gol más precoz en la historia del fútbol argentino. Unas horas más tarde de ese mismo 18 de marzo de 1979 nacería el autor de un libro que no incluye esta historia. Tampoco aquel “3 a 0” con baile el mismo día, muchos años después, celebrando su cumpleaños en la tribuna junto a su padre y su hermano. Posiblemente sea el oficio periodístico que ejerce y ha ejercido en medios gráficos y radiales o el rigor de las estadísticas que de pequeño lo fascinaba, pero desiste bastante de incluirse en los textos tanto como de las adjetivaciones. Inclusive para definir ese club que es parte esencial de su vida y que, como él entiende, va más allá de un equipo de fútbol o de sus vitrinas. Rápido acudió a su sede tras el fatídico 2 de abril de 2013, cuando la ciudad inundada precisaba todo y, como otros centros sociales, Gimnasia y Esgrima abrió sus puertas. Esa historia sí la menciona, quizá porque es su idea sobre uno de los dos clubes más importantes de La Plata (al otro no lo nombra, pero respetuosamente): se trata de un colectivo y por ende de una memoria. Y como un aporte surge este compilado de relatos breves, desprovistos de sentimentalismos y pretensión épica. Jugadores olvidados, giras extrañas y otros rescates de archivo se entremezclan con ilustraciones (a cargo de Gastón Olmos) en un libro que incluye reseña de Agustín Masaedo, prólogo de Santiago Motorizado y que –como su autor dispuso– se lee rápido y sin vueltas: 22 historias cortas sobre Gimnasia, de Gerónimo Guillén. Para extensa y enardecida está historia entera del club.

“Soy de Gimnasia y siempre me interesaron las anécdotas, los datos, las historias –introduce–. Al ser periodista durante toda la vida fui de manera intermitente escribiendo y publicando. Y tenía cositas sueltas. Cuando empecé a colaborar con la revista oficial del club, como era muy irregular, empecé a buscar esas notas que son más atemporales. Historias perdidas, el dato anecdótico, cosas poco conocidas.” Ese proceso comenzó hace dos años y, al contabilizar algo más de diez, decidió seguir investigando para alcanzar el simbólico número veintidós.

Desde la estética se advierte cierto rescate emotivo de un fútbol que, parece, ya no es el mismo: “Básicamente hay notas o capítulos de distintas épocas. El más viejo es del 62, cuando Gimnasia jugó con el Santos de Pelé, hasta una de 2013, 2014, sobre los penales de Litch. Pero es verdad que hay algo con los ochenta y noventa. Creo que tiene que ver con una cuestión de cercanía, hechos que viví y que conocía por la edad. En los noventa siendo adolescente era un habitué de local y muchas de visitante. Además, los noventa fue la mejor época futbolística del club en los últimos tiempos. Pero sí: hay un poco de una añoranza de ese fútbol, no sólo de Gimnasia sino en general. Era otra época que se movía en un marco que no era hiperprofesional”.

Respecto al tono general, Guillén señala: “Hay ya otras historias más ficcionadas o tipo cuento. Por otro lado, al ser un libro de fútbol, apunté a que fuera fácil. Tenía primeras versiones donde había más datos duros… y se hacía muy rígido. Y a lo que apunté es a que fuera fácil de leer”.

La selección de historias se dio medio aleatoriamente. “Apunté a muchas que ya conocía pero investigué más. Por ejemplo, hay una foto muy conocida de Maradona en 1984 con la camiseta. Esa foto circula, está en las redes, era conocida. Pero nadie sabe por qué fue. Maradona ya había firmado con el Nápoles.” Guillén destaca que no hay un capítulo sobre la Copa Centenario (“simplemente no me salió”), pero sí una prueba abierta de Timoteo Griguol o la gira por India: “Apenas llegaron los jugadores, tras viajar dos días, se descompusieron. Se olvidaron parte de la ropa en La Plata y tuvieron que salir a comprar en Calcuta. Ese torneo fue una experiencia de vida más que nada, vieron la pobreza de verdad”.

El libro puede obtenerse en el “Loboshop” de la sede, en el Museo del Club en El Bosque, en librería Crumb (Diag. 77 e/ 4 y 5) y, “en algunos casos, entregas personales para los que escriban por la cuenta de Instagram”.

Para el cierre, intenta definir a Gimnasia: “La podría tribunear, pero no me gusta adjetivar. Es un club que representa más que un resultado, un torneo. El club es más grande que otros clubes que pueden llegar a tener más estrellas, titulo o jugadores, pero no tienen ese apoyo incondicional de la gente y esa identidad que lo define, popular”.