Los vecinos de La Emilia, la localidad de San Nicolás que se vio profundamente afectada por la inundación de mediados de enero, se movilizaron ayer para pedir respuestas a las autoridades municipales y provinciales.
Los vecinos explican que no se ven avances en las obras y que todo sigue igual. Ante esto, no hay garantías de que no vuelva a suceder tal catástrofe. Por otra parte, quieren que cada afectado sea indemnizado y muchos de ellos también piden la renuncia del actual delegado municipal Mario Díaz, ante su constante inacción.
«Estamos reclamando las obras urgentes. Si se larga a llover no podemos estar pensando siempre que nos vamos a volver a inundar. Queremos que las autoridades se hagan cargo y que seamos todos indemnizados», explicó una vecina de La Emilia durante la marcha.
«Nadie nos da una respuesta ni de lo que pasó, ni por qué no se nos aviso con anticipación, por qué no se nos alertó y tampoco nos explican cómo están las obras», sostuvo una de las afectadas.
Un hecho particular es que desde la inundación hay trece familias que están viviendo en la Escuela N° 32 de Villa Ricci, luego de que sus casas construidas de barro, ubicadas en Villa Hermosa (conocida también como La Papelera), se vieran fuertemente afectadas y clausuradas por el Ministerio de Desarrollo por peligro de derrumbe. Ante esta situación, desde el Municipio comandado por Ismael Passaglia los quieren reubicar a treinta kilómetros del pueblo, donde funciona una granja de rehabilitación de adicciones.
«Nosotros no estamos de acuerdo con que nos lleven allá, porque más allá de que nosotros tenemos nuestra familias, nuestros maridos trabajan acá en la zona, los chicos van a la escuela acá. Yo particulamente tengo a mi hijo con discapacidad y tiene su terapia en La Emilia también», explicó a Contexto Nancy, que desde hace un mes está viviendo en la escuela.
Para Nancy, estar en una situación «es lo peor que puede haber; no poder volver, inundarnos, perder toda nuestras cosas, todo nuestras pertenencia de años de trabajo, de sacrificio para poder tener algo y de repente un día o dos te lleven todo. Hasta tu casa».
El conflicto viene desde hace unos años, cuando ocho familias fueron reubicadas en un barrio cercano, con la promesa de seguir con el resto a mediano plazo. El traslado del resto de los vecinos nunca sucedió. Luego de la inundación de enero, las familias reclamaron el lugar prometido y les aseguraron que les darían terrenos y módulos habitacionales con las comodidades de un hogar. Sin embargo, a días de comenzar las clases, al Gobierno municipal le urge la necesidad de retirar de la escuela a los habitantes de «La Papelera», y a cambio los quieren llevar a este sitio, donde cada familia contaría sólo con habitaciones, sin las comodidades habituales de una casa.
Por otra parte, teniendo en cuenta que hace un mes que están en una escuela dentro del pueblo y no han recibidos respuestas, los vecinos de este barrio no quieren aceptar ser trasladados porque los invisibilizaría y no obtendrían soluciones concretas.
Los afectados de La Emilia destacaron que las autoridades estuvieron y están ausentes. «La realidad es que, a un mes de la inundación, seguimos absolutamente abandonados», destacó Lorena, ciudadana de esta localidad.
Ante la ausencia estatal, vecinos y militantes fueron los únicos que los ayudaron, pero casualmente ayer, tras la movilización, aparecieron máquinas y personal para realizar tareas de limpieza.
«La gente que nos dio una mano fue toda gente que no tenía que ver con el Gobierno», destacó Lorena, y agregó que recién diez días después de la inundación el Gobierno de Maria Eugenia Vidal envió camiones para limpiar el pueblo, tras que se anunciara un nuevo alerta meteorológico. A los quince días, en tanto, desde Cambiemos enviaron a sus «voluntarios» con sus pecheras, «cuando todos ya habíamos limpiado todo».