Con cincuenta oradores, entre los que se destacaron funcionarios, religiosos, médicos y militantes, se llevó adelante el onceavo plenario de comisiones por el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo en el Anexo de la Cámara de Diputados de la Nación, antes de que se tomen los dictámenes, los primeros días de junio.
La reunión informativa que tiene como principal proyecto el de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito se realizó con la modalidad de testimonios a favor y en contra de manera intercalada, según la decisión de los presidentes de comisión: Daniel Lipovetzky (Legislación General, comisión cabecera), Gabriela Burgos (Legislación Penal), Carmen Polledo (Salud) y Alejandra Martínez (Familia). Quedan alrededor de trescientos expositores.
“Queremos que saquen el aborto de la clandestinidad, que definitivamente lo legalicen. Es fundamental para la vida y la democracia. Escúchennos para así legislar de un modo justo y responsable”, exigió a los legisladores María Fournier, directora de la Diplomatura en género, políticas y participación de la Universidad Nacional de General Sarmiento. “Al finalizar esta jornada habrán abortado en nuestro país alrededor de mil mujeres. Todas en situación de clandestinidad”, sostuvo la académica. Y agregó: “Legalizar el aborto no obliga abortar. Sólo nos saca de la clandestinidad».
El sacerdote Jorge Marcelo Barrionuevo, docente terciario y universitario, se refirió a la crisis del país para argumentar en contra. Para el cura, la discusión “distrae” a la sociedad. «¿Es necesario discutir el aborto como ley en un país sumido en una crisis de incertidumbre económica y social como la que estamos viviendo, cuando el 30% del país es pobre?», preguntó, y agregó que “poner en juego la vida del inocente no evita dicha crisis económica y social actual».
En contra, María Teresa Mockevich, de la ONG Red de Familias de la Iglesia Católica, mostró un aborto en semanas más avanzadas a las estipuladas por el proyecto de ley. Con restos de un feto ensangrentado, la activista antiderechos buscó impresionar a los legisladores presentes. «Miren cómo se mueve, está vivo todavía, duró doce segundos vivo», dijo, y generó el murmullo entre los presentes.
La contracara a los fundamentalismos la dio Jenny Duran, integrante de Católicas por el Derecho a Decidir (CDD): “Estos trece años de la Campaña nos han mostrado un cambio en la opinión pública», sostuvo. «Soy parte de CDD, pertenecemos a la Iglesia del pueblo y fuimos asumiendo que el derecho al aborto es una causa justa», agregó. «La espiral del silencio se ha roto. El movimiento de mujeres la ha roto. Ahora estamos juntas. Ahora sí nos ven. Hacer oídos sordos a esta actora social es negar el futuro», sostuvo la referente de la Campaña. «Nuestras demandas recorren el mundo. Cada época sueña su porvenir. No daremos ni un paso atrás. Queremos ser soberanas de nuestro futuro», concluyó Duran.
«Nuestras demandas recorren el mundo. Cada época sueña su porvenir. No daremos ni un paso atrás. Queremos ser soberanas de nuestro futuro». Jenny Duran, integrante de Católicas por el Derecho a Decidir.
Cerró la mañana un funcionario de Cambiemos, quien mostró su misoginia haciendo referencia al movimiento de mujeres que impulsa el proyecto de la Campaña. Manuel Ignacio Chavarría, director de Relaciones Interministeriales del Ministerio del Interior de la Nación, comenzó señalando que “el aborto no es la solución” sino “el inicio de nuevos problemas”. Para el funcionario, “el colectivo que milita para despenalizar el aborto, mientras rompe la ciudad y falta el respeto a millones de argentinos discriminados por nuestra religión o concepción frente a este tema, dice que exigen el aborto, la educación sexual, y que el Estado pague por su práctica».
Abel Albino, quien entró fuera del programa difundido por Diputados, fue una de las personalidades más aplaudidas por los legisladores que se oponen al proyecto. El médico, reconocido hombre del Opus Dei, Honoris Causa de la Universidad Católica platense premiado por el Monseñor Aguer, durante su exposición consideró que “el aborto es la mayor tragedia que hemos tenido en el siglo XX”. Esto es por la cantidad “y por el hecho concreto de que, para que exista, tiene que haber una madre que autorice que se despedace un chico dentro de ella. Muy poca gente ha visto un aborto, yo he visto. He visto chicos destrozados por el aborto, en tachos de basura y en baldes. Hablo de un horror que conozco”. “Es la claudicación ética más grande de la historia de la humanidad”, opinó Albino, quien sostuvo que el aborto “es cobarde, miserable y vil” . Para el médico del Opus Dei, a las mujeres les “molesta” el embrión. “Digan que el hombrecito les molesta, díganlo por favor. Ese pequeño hombrecito, ese pulgarcito, más pequeño que un pulgar, digan que les molesta, que lo quieren matar. Pero díganlo claramente”, sostuvo a los gritos, y se fue con aplausos del sector opositor al proyecto.
El exministro de Salud de Jujuy, Víctor Urbani, fue una de las primeras voces de la tarde que se manifestó a favor. Si bien reconoció que las cifras sobre la cantidad de aborto no se saben con certeza, arrojó otros números preocupantes. “Hay 60 mil egresos anuales por abortos complicados en hospitales públicos: esa es la cantidad de mujeres registradas. Entonces, estamos ante un problema grave de salud”, sostuvo. «No voy a hablar de la concepción ni de los derechos de las mujeres: el aborto es un tema de salud pública. No es un tema religioso”, explicó Urbani, quien destacó que quienes mueren son las mujeres pobres. En ese sentido, sostuvo que «despenalizar el aborto es justicia social”.
Víctor Urbani: «No voy a hablar de la concepción ni de los derechos de las mujeres: el aborto es un tema de salud pública. No es un tema religioso. Despenalizar el aborto es justicia social”.
Mariana Amaya, abogada feminista, antes de su exposición pidió un minuto de silencio “por Ana María Acevedo y por todas las muertas por abortos clandestinos a lo largo y a lo ancho de nuestro país», lo que obligó a los diputados a ponerse de pie y quedarse callados. «Este silencio es un llamado de conciencia social. Durante milenios las mujeres hemos sido silenciadas sin consentimiento», dijo. «La democracia está en deuda con nosotras. Silenció a las mujeres que sufrían violencia, silenció a muchas guerreras durante la dictadura, silenció nuestro lenguaje. Se intentó silenciar a Madres y Abuelas con su reclamo», agregó. “Ninguna revolución es silenciosa. Sepan que no vamos a dejar de gritar nunca ‘Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir’. Nosotras al silencio no volvemos nunca más», concluyó.
La pastora Damaris Cattaneo, en contra, dijo estar en representación de “las millennials”, y “de las empoderadas que pelean por la igualdad”, al tiempo que relató el caso de Ayelén, una nena de once años embarazada producto de una violación en Santa Fe a la que los médicos le aconsejaron abortar. “Ayelén no abortó gracias al acompañamiento que le brindamos”, sostuvo la expositora, quien pidió a los legisladores que rechacen el proyecto. “No condenemos a nuestra Argentina a llorar una generación de NN chupados por la succionadora de la maquinaria abortista y una legislación que no respeta al sujeto más débil”, concluyó.
La del director teatral José “Pepe” Cibrián fue una de los principales voces que generó un fuerte impacto a favor durante el debate del Matrimonio Igualitario. También fue de la partida y apoyó el proyecto de la Campaña en explosiva exposición. «Yo quisiera preguntarles a todos los diputados que están en contra si no ha habido un aborto en su entorno familiar nunca”, comenzó diciendo el dramaturgo. «O quienes han sido partícipes de esos actos, supuestamente ilegales, ¿han corrido a denunciar al profesional, que a pesar de su juramento es tan responsable como ella y como ustedes? ¿O mejor no, para que nadie se entere?», siguió. «Y ahora se asombran de que cientos de mujeres sin recursos ni educación, ni el afecto de los gobiernos, se introducen elementos en sus vaginas, toman pastillas y mueren más y más a diario», prosiguió Cibrián cuando Lipovetsky le advirtió que le quedaba un minuto. «En algún lugar de nuestro país, en un río, en una casucha, hay una joven que se introduce metales en su cachucha, que se está desangrando y no sabe que se va a morir en un minuto, mientras hay mujeres que están en clínicas y saben que no se van a morir», sostuvo, y llamó a los legisladores a votar el proyecto: «En este minuto, ustedes son responsables, los que están en contra de esta muerte. Háganse cargo».
Pepe Cibrián: «En algún lugar de nuestro país hay una joven que se introduce metales en su cachucha, que se está desangrando y no sabe que se va a morir. ustedes son responsables, los que están en contra de esta muerte. Háganse cargo».
Alfredo Solari, exministro de Salud y actual senador de Uruguay, habló media hora: es que los presidentes de las comisiones dispusieron que, siendo extranjeros, pueden tener hasta treinta minutos para exponer. En su discurso citó números de su país, donde afirmó que sigue habiendo abortos clandestinos. «El aborto existe, existió y existirá. El tema es en qué condiciones se va a hacer y qué consecuencias traerá. Pero, sobre todo, qué consecuencias tiene sobre ese ser humano que está en gestación y que va a ser como todos nosotros somos hoy».
Una de las últimas oradoras fue la diputada provincial Florencia Saintout quien llamó a pensar el debate como “un tema de salud pública” pero a ir más allá: “Tenemos que plantearlo en una plataforma más densa, más seria y más profunda, que tiene que ver con el ejercicio pleno de la libertad”. «Acá se han leído muchísimas cifras, que tienen nombres, apellidos e historias. Hay 500 mil abortos por año en Argentina, 3 mil mujeres muertas desde la recuperación de la democracia. Y 43 muertas por año», dijo Saintout, quien destacó que diecisiete de esas muertes son en la provincia de Buenos Aires, donde María Eugenia Vidal se niega a adherir al Protocolo ILE. “Cuando una mujer decide abortar, lo hace, aun corriendo riesgo de muerte. Ninguna ley va obligar a una mujer que no quiere hacerlo a que lo haga. Pero una ley puede evitar muerte, padecimiento y albergar a su vez belleza y libertad para toda la sociedad”, concluyó Saintout.
Florencia Saintout: “Cuando una mujer decide abortar, lo hace, aun corriendo riesgo de muerte. Ninguna ley va obligar a una mujer que no quiere hacerlo a que lo haga. Pero una ley puede evitar muerte, padecimiento y albergar a su vez belleza y libertad para toda la sociedad”.
Una familia antiderechos
Desde Uruguay llegó Paloma Delacre, de una ONG Antiaborto, para hablar de la experiencia del vecino del país en una exposición que duró cerca veinte minutos mostrando videos de fetos, hablando del aborto “como un anticonceptivo más” y sosteniendo que, a pesar de que sea un embarazo no deseado, “las mujeres estamos hechas para amar incluso hasta que duela”.
La uruguaya es la sobrina de Cosme Beccar Varela, el “fundador de la agrupación ultracatólica ‘Tradición, Familia y Propiedad’ que escribió pidiendo la destitución de la Presidenta Kirchner, llamando a una ‘movilización, a la que deben sumarse todos los integrantes de las FF.AA.’”, según detalla el portal Nuestras Voces. Y Beccar Varela (quien tiene un sitio web público donde hay diversas cartas y mensajes de familiares y amigos) es primo de Alberto Rodríguez Varela, el padre de Mariana Rodríguez Varela, conocida como “la loca del bebito”.