[quote_recuadro]El sistema de justicia de Argentina: Primera entrega[/quote_recuadro]
Por Flavio Rapisardi
La Jueza Federal María Roqueta es bella y coqueta. De perfil bajo, es conocida por sus lecturas obsesivas que le comen los fines de semana, por su trato correcto y respetuoso que no reconoce jerarquías. Como debe ser. Como sus convicciones no necesitan dar prueba en desmanes orales, escucharla es un placer, es una invitación a leer en el lenguaje de ese poder las torsiones, los blancos y espacios donde habla lo que es silenciado. Conocedora de los laberintos del Poder Judicial se merece el respeto “profesional” de un amplio arco y hasta la retracción de verborágicos del pasado.
Una anécdota la pinta de cuerpo y alma. En los inicios de su carrera judicial puso en su escritorio una foto de Eva Perón. Y aunque no lo crean, en el Poder Judicial existe una normativa por la que sólo se permite exhibir imágenes de próceres. Interrogada por esa foto, contestó de manera impecable a un representante de la “familia” judicial que la visitaba “¿Usted no cree que ella es una prócer?”. La foto sigue allí. Y el “familiar” de la justicia todavía está buscando una frase que complete los puntos suspensivos que quedaron detrás del “bueno…” que atinó a decir.
La Dra. María Roqueta es Jueza de Cámara. Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Capital Federal. Y entre sus causas intervino en “Arancibia Clavel sobre el atentado al Gral. Prats y su esposa”, “Alsoragaray, Julia por Defraudación a la Administración Pública en Entel Residual, y Secretaria de Recursos Naturales”, y en la emblemática causa “Videla, Acosta, Magnaco, Riveros, Bignone, Franco y otros sobre Apropiación de niños”.
– ¿Como Jueza Federal considera necesaria una reforma del Poder Judicial y el sistema de administración de Justicia? ¿Por qué?
-Sí, considero que es necesaria una reforma referida a los sistemas procesales, no sólo en materia penal, sino también en los fueros civil, comercial, laboral y administrativo. Se debe avanzar a la oralidad en lo posible. Si bien el Poder Judicial como función dentro de los poderes del Estado está plasmado en la Constitución Nacional, y en cada una de las Constituciones provinciales se hace necesario modernizar el sistema para que sea más ágil y otorgue en un tiempo razonable la respuesta a cualquier persona que debe acudir a que le resuelvan un conflicto, no pierda las expectativas y se desmoralice ante los vericuetos judiciales. Que el acceso a la justicia no sea engorroso y difícil.
– ¿Considera que el Poder Judicial cumple un papel que en algún sentido excede la racionalidad de una división de poderes equilibrada? ¿Por qué? ¿Considera que el Poder Judicial constituye una institucionalidad y una cultura autorreferencial en sus prácticas?
-El Poder Judicial en los últimos 40 años cumplió un papel importante, pues si bien no hubo respuestas inmediatas a la petición de justicia sobre lo ocurrido en la última dictadura, salvo el juicio a las Juntas militares y al circuito Camps, fue transformando conceptos en forma muy pausada y a veces resistida por algunos actores del derecho. Lo que sucede es que es muy amplio hablar del Poder Judicial, creo que la pregunta está dirigida a lo que sucede dentro del fuero federal penal, civil y administrativo de la Capital Federal. En la década del 90 la política por diversas razones, válidas o no, pasó a contarse y a debatirse en una ámbito peligroso, como es la materia penal. Esto ha otorgado una herramienta delicada y muchas veces incomprensible a los actores judiciales. La espuria utilización de ello provoca que en los últimos tiempos vuelva a aparecer ante la opinión pública la idea de la «irracionabilidad» o que exceda lo racional en cuanto al equilibrio de los poderes del Estado.
Creo que es asi, (en cuanto a la constitución de una institucionalidad), pero no lo veo como negativo, al contrario, es necesario. En un Estado de derecho esa institucionalidad es la que permite que el sistema republicano y democrático funcione, con todas las dificultades que pueda tener. En cuanto a la cultura autorreferencial es lo que sucede en cualquier ámbito, pero solo se evoluciona si existen políticas de estado que avancen hacia lo más democrático y ajustándose a los tiempos. La mayor amplitud de derechos y garantías que puedan ejercerse y ser respetadas tiene que modernizar algunos conceptos que han quedados fijos y estereotipados.
-¿Considera que el Poder Judicial posee una estructura mucho más opaca y accesible que los otros poderes?
La estructura del Estado, en general, siempre se presenta ante cualquier persona como opaca e inaccesible. Esto alcanza a los tres poderes. Sí, es cierto que otros poderes como el Ejecutivo, quiero resaltar el ANSES, han producido mecanismos de transparencia y acceso que en el Poder Judicial comenzó a esbozar esta tendencia bajo con los centro de acceso a la justicia.
-Si proveer justicia es un servicio público ¿Qué reformas considera necesarias?
-Como servicio público una de las reformas necesarias consiste en que exista alguna planificación o programa que informe al habitante cómo puede acceder a la justicia fácilmente. Y que la estructura este cerca de la cotidianidad de las personas.
-¿Considera que cuando se habla de reforma de la justicia existe una fuerte respuesta corporativa que imposibilita su modernización y democratización?
-Siempre existe una fuerte respuesta corporativa, pero no es justa la generalización porque existe un caudal de personas que consideran la necesidad de reformar muchos aspectos de la administración de justicia.
-¿Qué opina del movimiento Justicia Legítima?
-Motivó una importante y saludable discusión, deliberación y transparencia de la opinión.
-¿Cómo prevé el futuro del Poder Judicial
-El futuro del Poder Judicial depende de las políticas de Estado que se apliquen en el futuro. Cuáles son los valores que la sociedad en su conjunto reclamen y cuáles serán las políticas que se vayan a implementar. No obstante tengo una mirada positiva porque considero que el debate está presente en cualquier lugar del país y los reclamos de la sociedad se han presentado con mucha fuerza y no hay espacio para volver atrás.
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