Search
Close this search box.
Search
Close this search box.

Alerta por los riesgos de un «tratamiento mediático irresponsable» sobre el COVID-19

Si bien la alarma ya estaba puesta sobre la propagación de noticias falsas acerca del COVID-19 –lo que propició la creación de la plataforma Confiar a través de la agencia Télam–, un episodio mediático que incluyó la prueba de un test rápido encendió una vez más la alerta por el tratamiento mediático irresponsable en plena etapa de cuarentena.

Desde varios sectores salieron a repudiar la transmisión en vivo por la señal Telefé en la que el conductor Santiago Del Moro se hizo una prueba no con la técnica aplicada en Argentina (la llamada PCR), sino con el llamado «test rápido», elemento de baja efectividad y que es utilizado solo por profesionales autorizados para medir los porcentajes de la población en general con el virus.

«Hacemos un test de COVID19 en vivo» fue el anuncio de zócalo durante la transmisión del programa Juntos podemos lograrlo. Este test rápido ha sido recomendado para estricto uso de personal científico y sanitario para mediciones poblacionales. Su exposición en público provocó otra vez la preocupación de la comunidad científica sobre la falta de criterio y ética de los medios de comunicación en medio de un contexto de emergencia.

«El tema con estos test rápidos es más grave. los diagnósticos por serología que detectan anticuerpos en sangre implican que una persona haya tenido el virus y haya desarrollado memoria inmunológica. La memoria arranca en el cuerpo a partir del quinto o séptimo día»

«El tema con estos test rápidos es más grave. Los diagnósticos por serología que detectan anticuerpos en sangre implican que una persona haya tenido el virus y haya desarrollado memoria inmunológica. La memoria arranca en el cuerpo a partir del quinto o séptimo día. Por lo tanto, estarías detectando personas que tuvieron coronavirus hace cinco días o hace seis meses. No sabés cuándo estuvo infectado. Y, a su vez, todavía está en duda en la comunidad científica si realmente deja inmunidad», explicaron a Contexto desde el equipo anti-fake news del CONICET, coordinado por Soledad Gori.

Según señalaron, la problemática frente a estos test es que sirven como indicadores de diagnóstico en la población, pero no para detectar de manera individual la portación del virus. Eso ayuda a generar estadísticas sobre cada región y población en particular. En el caso argentino –tal como se procedió en otros países–, el Estado está siguiendo los casos sospechosos y aplicando la modalidad PCR bajo un determinado criterio.

«Corea del Sur y Alemania frenaron la pandemia por los test masivos. ¿eso quiere decir que testearon a toda la población? No, de ninguna manera. Eso se hizo de acuerdo con la definición de ‘casos sospechosos’»

«Está esta idea de pedir test masivos, solo por pedirlos. Y nadie entiende muy bien qué son los test masivos. Por eso la desinformación es tan riesgosa. Corea del Sur y Alemania frenaron la pandemia por los test masivos. ¿Eso quiere decir que testearon a toda la población? No, de ninguna manera. Eso se hizo de acuerdo con la definición de ‘casos sospechosos’. Se siguió por geolocalización a quienes estuvieron en contacto con países de riesgo, y también a las personas con las que estuvieron. Nosotros hacemos eso también, y, además, estamos en aislamiento. Hacer más test no quiere decir que te vaya a ir mejor», expresaron desde el equipo.

«Los test serológicos tienen un 30% de efectividad. La prueba PCR, que se usa en Argentina, tiene del 97%. Y el diagnóstico para detectar partículas virales, que es otra posibilidad, tiene entre un 30% y 80% de efectividad, nunca es total. Está bien utilizarlos para investigación, ver cuánto de la población está infectada. Se hace un test expandido –no masivo– para determinar una población. A partir de eso se toman datos, como por ejemplo qué personas pueden donar plasma», agregaron desde el equipo. «Pero de ahí a decir ‘yo con esto voy a poder saber si tengo o no tengo coronavirus’ es muy peligroso».

El equipo anti noticias falsas del CONICET trabaja codo a codo con la plataforma Confiar, donde se encargan de aportar información científica de rigor para despejar dudas sobre temas vinculados a COVID-19, así como de desmentir las noticias falaces que circulan tanto en medios como en redes sociales.