Por Franco Ruiz Díaz
Angel Brience, de 71 años, nació en Capital Federal. Pero a la corta edad de ocho años se mudó a Burzaco ( Almirante Brown), donde reside actualmente.A sus 44 años descubrió la pasión por el atletismo y después de media vida sin darle importancia al deporte, se convirtió en uno de los mejores en la competencia de pista en la categoría de adultos mayores.
Brience comenzó a correr por hobby con un amigo, se federó en 2007 y desde entonces ganó un total de 13 campeonatos, 2 medallas de plata en los juegos sudamericanos y tres récords argentinos que aún conserva en la actualidad.Esta es la historia de la superación de un hombre que nos enseña a no rendirnos, que la edad no importa y que nunca debemos dejar de soñar.
-¿Cómo fue el inicio en la disciplina?
-Un amigo me dijo de salir a trotar. Después me di cuenta de que le sacaba una amplia diferencia y me insistió para anotarnos en una maratón. Primero de 10 km, después 42 km y actualmente ya no participo por la edad.
-¿Cuándo descubriste que tenías un talento particular para el deporte?
-Lo descubrí cuando empecé a hacer podios en mi categoría. Esto me incentivaba a esforzarme más y por esta razón decidí federarme. Ya no me llenaban las carreras de calle y federarme fue otro nivel, otra gente y competencia de más rendimiento
-¿Cómo fue la clasificación a los juegos sudamericanos?
-Primero fue en Arequipa. Conseguí medalla de plata en Cross y 10.000 metros. Costó mucho por la altura. Después participé en el mundial de Porto Alegre donde conseguí un quinto puesto en Cross y un séptimo en 10.000 metros. Me faltó experiencia y conocer mejor mis tiempos. Notaba una diferencia de preparación entre los europeos y el resto, ellos tenían pistas para entrenar. Entrenaba solo en una plaza o donde podía. La pista, además, no era de sintético sino de conchilla.
-¿Cómo fue representar al país en los juegos sudamericanos?
-Fue un orgullo como argentino, saber que estás compitiendo con atletas de alto nivel “corredores de toda la vida”. Yo empecé a mediana edad. Si hubiese empezado antes, me hubiera gustado participar de un Juego Olímpico. Hasta que no practicas el deporte no sabés que sos apto. Por eso es importante darle la chance a los chicos de que practiquen deporte. Yo nunca practiqué ninguno.
-¿Qué sentiste al romper el récord argentino?
-Uno ya va con la idea, cuando sabe que puede conseguirlo. La preparación fue prácticamente como siempre…un poco más de preocupación, nada fuera de lo normal. Me puse la meta de romper el récord, ahora tengo la idea de romper otro el año que viene en mi categoría.
Me gustó competir en obstáculos y el foso de agua principalmente. La primera vez que competí estuve a 4 segundos del récord argentino. Cuando cambié de categoría pude conseguirlo en el Sudamericano de Chile.
-¿Qué rol tiene el deporte en tu vida?
-El deporte es importante, uno se siente tan bien que ya no lo puede dejar. Estás acostumbrado a entrenar. Cuando no puedo entrenar me preocupo. Entreno cuatro días por semana, pero en invierno se me complica por la baja temperatura. El frío me puede afectar a los pulmones y esto a veces me resta días de entreno.
No sigo dietas ni planifico mis entrenamientos, aunque sé que si fuera más riguroso tendría mayores resultados, pero tengo 71 años. No puedo hacer lo mismo que un pibe de 20. De igual forma, busco seguir rompiendo marcas.
-¿Cómo hacías para trabajar y dedicarte al atletismo como hobby?
-Ahí era más complicado, llegar de trabajar y tener que entrenar. El cansancio es más mental que físico, me sentía mucho más cansado cuando no entrenaba.
Ahora que estoy jubilado tengo más tiempo libre para entrenar, pero el cuerpo no me da para hacer lo mismo que hacía años atrás.
Me jubilé como autónomo. A lo largo de mi vida pase por varios oficios tuve torneria, fui comerciante, electricista y me adaptaba a las condiciones del país.
-¿Vivís en el mismo barrio en el que te criaste?¿A que se dedicaban tus padres?
-Sí, toda mi vida fui de Burzaco. Nací en Capital, pero desde los ocho vivo en Burzaco. No vivo en la misma casa de mis padres sino a dos cuadras.Mi papá era plomero y mi mamá no trabajaba. Cuando se enteraron que competía se emocionaban. No podían ir a verme, yo les llevaba los trofeos que ganaba. Mi mamá enloquecía con los trofeos. Que los padres estén orgullosos de los hijos es impagable.
-¿Cómo está compuesta ahora tu familia?
Mi hija y mi esposa, que me acompaña a todos lados, ayudan a uno a estar mejor. Vamos juntos a todos lados excepto cuando compito afuera. Mi hija no practica ningún deporte, pero tengo la esperanza que se enganche de grande como yo. Tiene 41 años y todavía le queda. Le gusta que compita aunque me pide que no me exija demasiado.
¿Cómo es tu relación con el municipio?
-Están orgullosos, me hacen sentir cómodo, me brindan el espacio para entrenar y la buena onda. El municipio me brinda el lugar y el apoyo. Me gusta ver a los chicos entrenar en cualquier deporte, aunque no les recomiendo ninguno. Que simplemente practiquen cualquiera.
-¿Participaste en ediciones anteriores de los Juegos Bonaerenses?
-Sí. En la edición pasada terminé séptimo, aunque acá tuve un problema porque cuando estás federado se compite en categoría de cinco en cinco, en los Bonaerenses tengo que competir con gente de 60 años. Si miro mis tiempos, cuando tenía 60 años hubiera ganado. Se te hace difícil por la diferencia de edad.
-¿Cuáles son tus planes a futuro en el deporte y en lo personal?
-En el deporte seguiré participando hasta donde me dé el físico. En lo personal disfruto. Si me decís de competir todas las semanas yo contento.
-¿Te hubiese gustado competir a los 20?
Me hubiese gustado probar en ese momento. Creo que las condiciones las tenía, pero en esos años el atletismo no tenía la difusión. Uno ve que tenía posibilidades de estar bien, por esto hay que darle una oportunidad a los deportes.
-¿Algún mensaje para que otras personas se animen a practicar deportes?
Está a la vista, el deporte me cambió la vida. Es importante para la gente grande, vas a ganar salud, yo no tomo medicamentos a mi edad. Aconsejo que algún deporte hay que hacer.
