En lo que va de 2017, el gobierno de María Eugenia Vidal ha roto el diálogo con los asambleístas que siguen de cerca los avances de las obras hidráulicas para evitar nuevas tragedias en la capital bonaerense. A esto se le suma la “desorganización del proceso de la obra” y la “ausencia o falta de comunicación de un plan integral”, objeciones que hicieron ayer los asambleístas en una conferencia de prensa realizada en el Casal de La Plata (14 entre 34 y 35).
Luego de los temporales del 29 de agosto y del último domingo que provocaron desbordes de arroyos y calles anegadas en distintos barrios del Gran La Plata, con vecinos a las corridas para socorrer la situación, referentes de las asambleas decidieron expresar su “preocupación” por la “liviandad” con la que la gestión provincial está tratando el asunto.
Los referentes afirmaron que “hay avances en las obras”, pero no estipulados en un programa integral que a su vez sea comunicado a la comunidad. En este sentido, cuestionaron los tiempos que llevarían las obras: según estima la provincia, se terminaría una primera parte en diciembre y una segunda en marzo de 2018. El principal argumento que sostuvieron giró en torno a cómo se está gestionando la obra del Arroyo del Gato, principal afluente al que está dirigida la primera parte de las obras.
“Le pedimos un plan integran de trabajo, que signifique tiempo de inicio y finalización, y un seguimiento de su avance. Pero el Ministerio se negó a mostrarnos el plan general de las obras”, dijo Hugo Gutiérrez, uno de los asambleístas que atendió a la prensa.
“Han instalado un concepto de ‘obras terminadas’ que no lo puede decir un ingeniero o una persona capacitada para trabajar operativamente en esta obra. Pueden tener el 90% de la obra terminada, pero la obra de escurrimiento del Gato, así como la están haciendo, no sirve”, consideró el asambleísta e ingeniero Roberto Denegri.
“Observamos que se hacen declaraciones (por parte del Ministerio de Agroindustria provincial) donde se adelantan cosas que no consideramos aceptables y plazos que nos parecen incumplibles por los distintos faltantes que hay en la cuenca”, afirmó Hugo Gutiérrez.
En concreto, se refiere a los cuellos de botella que tiene el Arroyo del Gato en su cauce entre el puente de la avenida 520 y la Ruta 15, es decir, en la cuenca baja, donde las obras tienen un nivel de terminación inferior al que se encuentra en la cuenca alta, desde la avenida 520 hacia 143. A esto se le añade el problema de que para avanzar en la cuenca baja –el sector crítico–, las familias que viven a la vera del arroyo han sido relocalizadas en viviendas en el Mercado Central, pero todavía “sigue siendo mínima la cantidad de viviendas definitivas que se han entregado, sin que conozcamos el cronograma de entregas”, afirmaron los asambleístas en un comunicado.
La segunda cuestión que advierten los vecinos es la intención informada por autoridades del Ministerio de Agroindustria de conectar derivadores hacia el Arroyo del Gato a la altura de las avenidas 31 y 143, lo cual generaría un aumento considerable del caudal de agua mientras más abajo, en la cuenca baja, se encuentran los mencionados cuellos de botella.
“No estamos de acuerdo con estas derivaciones hasta tanto toda la canalización que se tiene que hacer en el Arroyo desde el Camino Centenario hasta la calle 1 se termine, porque si no se haría un excedente mayor al que está y nos pondría en una situación complicada”, advirtió Alejandro Albano, de la Asamblea de Inundados de Tolosa.
Según datos construidos por los vecinos en un informe a partir de información del Ministerio que dirige Leonardo Sarquís, las obras en el Arroyo del Gato tienen un avance del 78%, mientras que en la parte más delicada de Tolosa entre el Centenario y las vías del tren sólo alcanzan un 20%. “No cuestionamos las obras, cuestionamos la fragmentación que tienen, la falta de coordinación entre sus partes”, sostuvo Roberto Denegri.
Hugo Gutiérrez sostuvo que otros contratiempos para la inauguración de la primera parte de las obras en diciembre es la “falta de resoluciones” ante la interferencia de un caño troncal de gas que alimenta a toda la ciudad que cruza los derivadores de las avenidas 31 y 143.
Por otro lado, además de la falta de inicio de las obras ligadas a las viviendas para las familias y para el gasoducto que interfiere en las derivaciones de 31 y 143, la Provincia tampoco ha retirado el terraplén que está bajo el conducto ferroviario de Ringuelet-Tolosa, que serviría para evitar el efecto “embalse” que sufrió la zona en la inundación de 2013.
La red secundaria de obras, no ligada a los grandes arroyos y sus afluentes sino a los conductos que llevan el agua a los de mayor tamaño, también fue abordada por los vecinos. “En ese plano todavía no hay nada”, señaló Luciano Pugliese, otro de los asambleístas. Ante cada temporal, son reiteradas las situaciones en las que pequeños arroyos de la ciudad desbordan e inundan barrios completos.
“Hay arroyos que no tienen mantenimiento, y es en la periferia donde se reproducen las situaciones, como pasó el 29 de agosto, donde se inundan zonas enteras y tienen que ir los vecinos a solucionar en lugar de hacerlo el municipio o la provincia, que van días después. También hay cooperativas que hacen ese trabajo, pero que al estar en conflicto con el municipio no hacen esos mantenimientos. Por eso, lluvias no tan grandes igual generan inundaciones y el agua entra a las casas”, afirmó Luciano Pugliese.
El acceso a la información pública, en deuda
“Cuestionamos la liviandad, la desorganización y la falta de información pública sobre todo este proceso, que nos preocupa porque no sabemos cómo se están abordando las cosas frente a un tema tan importante para proteger a la región”, añadió Pugliese.
La falta de información publicada por el gobierno provincial había motivado que las asambleas recurrieran a la Justicia. Una sentencia en el fuero Civil y Comercial ratificada en Cámara ordenó a la Provincia a que haga públicos los estudios que permitan conocer qué lluvias soportan las obras en marcha cuando estén terminadas en cada una de las zonas de la región. Sin embargo, al momento la Provincia todavía no cumplió.
“En lugar de informar a la gente de manera detallista, con información al alcance de todo el mundo en las páginas web y las redes sociales, los funcionarios hacen superficiales comentarios en medios de prensa”, lanzó Pugliese.