La Cámara Federal porteña rechazó este viernes el pedido de apartamiento de la jueza María Eugenia Capuchetti que habían presentado los abogados de la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner.
La resolución se produce en respuesta al pedido que habían realizado los abogados de la querella, para quienes la jueza perdió la imparcialidad por el rechazo de pruebas presentadas y el nulo o tardío accionar en la producción de pruebas que den avance al caso.
En el último escrito que presentaron ante la magistrada, la querella había cuestionado dúramente su rol, acusándola de no tener como objetivo investigar el hecho «sino sacarse de encima esta causa rápido».
A pesar de haber descartado el temor de parcialidad, los camaristas que confirmaron a Capuchetti sí le ordenaron profundizar la investigación sobre la pista Milman. El diputado nacional, cercano a Patricia Bullrich, fue señalado por un testigo en un bar donde habría comentado a dos mujeres que «cuando la maten yo voy a estar camino a la costa».
A pesar de haberse corroborado la presencia de ese testigo, el propio Gerardo Milman y dos de sus asesoras, Capuchetti no tomó demasiadas medidas al respecto. Incluso, fueron citadas a declarar ante la Justicia las asesoras del legislador e incurrieron en serias contradicciones.
Lo que los camaristas Pablo Bertuzzi, Mariano Llorens y Leopoldo Bruglia señalaron es «la gravedad institucional» del hecho que motiva que «se agote toda línea de investigación que pueda tener algún impacto en la hipótesis delictiva».
«Si bien consideramos que, con acierto, la Sra. Jueza ha procurado evitar un menoscabo a las garantías constitucionales de dos testigos –respecto de quienes no se acreditó por el momento ninguna vinculación delictiva al caso–, lo cierto es que dada la gravedad institucional del hecho aquí investigado –el intento de dar muerte a la vicepresidenta de la Nación, Cristina Elisabeth Fernández– tornan imperiosa la producción de todas aquellas diligencias probatorias que puedan resultar pertinentes y útiles para el descubrimiento de la verdad, sin escatimar esfuerzos y premura, aunque optando siempre por la alternativa que resulte menos lesiva para las garantías constitucionales en juego», señalaron.
En en este sentido, acompañaron el reclamo de la querella de secuestrar los teléfonos de las dos testigos a fin de determinar la existencia de diálogos que permitan inferir un conocimiento previo de Milman sobre el intento de asesinato de Cristina Kirchner.