La realidad de la localidad platense Altos de San Lorenzo contrasta con las declaraciones de campaña del intendente Julio Garro, quien afirmó que su gestión hizo las obras necesarias en materia de obra pública para evitar inundaciones.
Durante el día de ayer, después de horas de lluvia, las calles de Altos de San Lorenzo estaban inundadas y la circulación se volvía imposible. La falta de cloacas y la irregular recolección de residuos por parte de la empresa Esur, con la que Garro hizo un jugoso contrato, complejizó aún más las condiciones del barrio.
Este medio consultó a vecinos de este territorio limítrofe con el casco urbano que cuenta con 30.192 habitantes y comprende el espacio entre las avenidas 13 y 137 entre la avenida 72 y la calle 640. La principal preocupación es que, ante las apremiantes necesidades, “no hay señales de que el Municipio venga a dar soluciones”, dijo a Contexto Susana “Pocha” Camiña, responsable del Centro de Extensión de la UNLP “Por un futuro mejor”, ubicado en 82 entre 21 y 22.
“La situación es terrible. El barro es impresionante, no entran los remisses, la policía ni las ambulancias. A los chicos les cuesta salir para ir a la escuela y lo mismo para los mayores que salen a trabajar”, resumió Camiña.
Karina Remorini, otra vecina de Altos de San Lorenzo consultada por Contexto, afirmó que “las calles que están asfaltadas son un desastre, están todas rotas y llenas de pozos. Y las que todavía no están asfaltadas, cada vez que llueve se llenan de agua, los autos no pueden circular y se vuelve un desastre”.
Al barro y el desborde de agua en las calles se le suma la basura desparramada por el deficiente servicio de Esur. “A la basura ya no sabemos dónde llevarla. Los camiones pasan cuando les da la gana”, dijo Camiña. En tanto, para Remorini “no hay un horario fijo para que pasen los camiones. Lo hacen dos o tres veces por semana, y cuando pasan la dejan amontonada en un lugar, los perros la rompen y hay que andar juntándola. Las calles están llenas de basura”.
En medio del barro, el traslado de las personas se vuelve sumamente difícil, sobre todo por las distancias que tienen que recorrer hasta las paradas de los colectivos. “El micro no llega hasta el fondo de Altos de San Lorenzo, en el barrio Puente de Fierro (de 26 a 30 y de 88 a 90)”, señaló Remorini.
Pocha Camiña apuntó a “la desidia y el abandono” municipal para dar respuestas al barrio. “Lo más triste es ver los carteles municipales que dicen “Construyendo futuro”, como si hubieran asfaltado la calle o estuvieran trabajando, pero eso no existe”.
En una de sus últimas declaraciones a los medios, el intendente insistió en que los platenses a quienes todavía no les había llegado el “Cambio” tengan “esperanza” porque su gestión apunta a que “todos tengan las mismas posibilidades”. Para Camiña, el Gobierno de Garro “sí se dedica a poner en buen estado las inmediaciones de un barrio privado que están construyendo por 25 y 80; ahí está asfaltado y con luces, todo prolijo, cuando acá tenemos pozos y basura por todos lados”. Y añadió: “Hacen obras en los lugares que se ven, como por ejemplo sobre la (avenida) 72. Pero como estila esta gente, arreglan lo que se ve y no en el fondo de los barrios donde la gente la está pasando muy mal”, cerró Camiña.