Tras la explosión de un transformador de EDELAP, el barrio San Cayetano, ubicado en la localidad platense de Melchor Romero, se encuentra prácticamente a oscuras desde el lunes. Cinco días después, la empresa no ha brindado respuestas concretas y el Municipio de Julio Garro les da la espalda, argumentando que ese derecho, por ser tierras ocupadas, no les corresponde.
Según relataron los vecinos, desde EDELAP les dijeron que es el Municipio quien se debe hacer cargo de los gastos de cableado, pero desde la delegación les dijeron que ellos no pueden dar ninguna respuesta firme al respecto. “El delegado (Fabián Perunetti) nos decía que no podemos reclamar. ‘Ustedes no pueden pagar el servicio siendo de terrenos que no están bien’, dice. Siempre nos hacen hincapié en eso, cuando la tierra ya fue expropiada”, explicó a Contexto Liz Segovia, frentista del lugar.
San Cayetano surge el 7 de agosto de 2011, cuando doscientas familias llegaron a terrenos abandonados en la zona de 161 a 167 entre 526 y 528 en Melchor Romero. Tras la lucha llevada a cabo en conjunto, pudieron impedir en la Justicia varios intentos de desalojo y lograr la ley de expropiación del predio. Conformado ya como barrio, los vecinos instalaron un sistema de cañerías y el servicio de agua a través de la cooperativa local, al tiempo que consiguieron un transformador con medidor comunitario para luz, del que debe hacerse cargo el Municipio. Pero, con los años que pasaron y con el crecimiento del barrio (hoy son ochocientas familias), el medidor explotó.
“El cablecito que pusimos hace siete años atrás no abastece y no se quieren hacer cargo EDELAP ni el Municipio”, explicó a Contexto Juan Rivarola, vecino del lugar.
“Desde la delegación nos dicen que los papeles no están en regla. El delegado de Romero no conoce ni en qué situación están nuestros papeles, para él no sirven”, agregó el frentista, quien detalló que, lograda la expropiación, desde Nación les mandaron un certificado de vivienda a todos, con el que pudieron solicitar el servicio de agua. Sin embargo, el gobierno local no los reconoce.
El día jueves, cansados de no tener respuestas, los vecinos cortaron la avenida 520 y la empresa de energía se hizo presente en el lugar pero los arreglos no fueron suficientes y el barrio sigue entre la falta de luz y la baja tensión, quemando focos, heladeras y televisores.
“Si queremos tener la heladera prendida tenemos que apagar todas las luces. Tenemos que prender un solo foco para que los artefactos que son más valorables no utilizarlos porque ya se nos quemaron las cosas”, sostuvo Segovia.
“A nosotros no nos llega ninguna ayuda, estamos olvidados, vivimos en el barrio, cada semana nos quedamos sin luz. Nos sentimos discriminados. La única excusa que escuchamos es que no estamos legalmente”, agregó una vecina de San Cayetano, desde donde no descartan volver a movilizarse.