Por Rocío Cereijo
La Facultad de Bellas Artes (FBA) de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) hizo entrega de 35 legajos reparados a familiares de estudiantes, docentes, graduados y no docentes detenidos, desaparecidos y asesinados durante la última dictadura cívico-militar. Desde 2015, por resolución, la UNLP estableció «disponer la inscripción de la condición de detenido-desaparecido o asesinado, en los legajos» de las víctimas del genocidio y dejar constancia de los «reales motivos que determinaron la interrupción del desempeño laboral o estudiantil» en el marco del plan sistemático de desaparición, tortura, apropiación y exterminio.
El acto homenaje se llevó adelante en la sede central de la FBA y fue conducido por la organización Familiares de Detenidos Desaparecidos por Razones Políticas, que también trabajó en la reconstrucción. Estuvieron presentes durante el acto familiares, amigos, compañeros, autoridades, docentes, no docentes, estudiantes y organismos de derechos humanos. Con un auditorio repleto, se dispusieron pantallas en los pasillos y la transmisión en directo de la actividad que se extendió hasta pasado el mediodía.
La prosecretaria de derechos humanos de la UNLP, Verónica Cruz, celebró «poder estar materializando esta política de reparación documental que es mucho más; es la restitución de la identidad de nuestros compañeros y compañeras desaparecidos por el genocidio». En esta línea, comentó que la universidad lleva identificados hasta el momento más de setecientos legajos de víctimas del Estado genocida, labor que «expresa la decisión de comunicar la verdad histórica que visibilice los efectos del genocidio en nuestra universidad».
En relación con el accionar de los interventores de las diferentes casas de estudios superiores en el marco del plan sistemático de desaparición, tortura, apropiación y exterminio, Cruz repudió su intención en borrar el paso de las 35 personas hoy recordadas. «La Universidad Nacional de La Plata no fue sólo víctima, sino también victimaria», dijo, y manifestó la intención de la gestión actual de intentar reparar ese daño. Cruz concluyó repudiando el negacionismo del actual gobierno nacional y rescató la importancia en la «construcción de una sociedad más justa e igualitaria, reafirmando que fueron treinta mil y que fue un genocidio».
El decano de la FBA, Daniel Belinche, afirmó: «Lo primero que hay que decir cuando reparamos los legajos es que no reparamos nada; porque la muerte es irreparable. Es imposible la reparación y la sutura. Cuando uno ve los legajos encuentra distintas historias de militancia y distintos tiempos. El tiempo, que es un contenido del arte, pasa distinto cuando hay una pérdida». En esta línea, expresó: «La memoria es una, pero los recuerdos son muchos. Como decía [Walter] Benjamin, el pasado no es un camino de éxitos donde siempre se avanza. Uno mira para atrás y ve ruinas; le gustaría mirar para atrás y poder reparar lo irreparable, pero no se puede».
Finalmente, Belinche comentó la iniciativa de su gestión en renombrar la casa de estudios a su cargo como «Facultad de Artes»: «Es una reivindicación con la que creo que los compañeros que no están hubieran estado de acuerdo». Antes de leer el proyecto que ya fue aprobado por el Consejo Directivo, explicó: «El asunto del arte hace mucho tiempo que dejó de ser la belleza. Es más complejo: es el tiempo, es el espacio, son los materiales y son formas en que podemos hablar con las cuales podemos construir imágenes. Construir imágenes metafóricas».
Familiares, compañeros, amigos y miembros de la comunidad educativa de Bellas Artes recibieron los 35 legajos reparados tras la lectura de una reseña de cada uno de ellos. Al cierre del acto también se brindó un homenaje a Carmen Josefina «Reyna» Suárez Wilson de Diez, la primera decana de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, que también se desempeñó como docente en la Escuela Superior de Bellas Artes y en el Bachillerato de Bellas Artes. «Todo esto es un legado para el que lo quiera tomar, para seguir con las banderas de los compañeros que nos enseñaron a ser sumamente críticos y pensantes», manifestó su hija, quien en memoria de su madre convocó a construir «unidad, lucha, organización y resistencia».